Economía

Los nuevos impuestos a la banca y las energéticas ayudan a reducir el déficit un 6,6% hasta junio

  • Ambos gravámenes junto con el del plástico recaudaron 1.685 millones
  • El agujero de las comunidades autónomas creció un 131,6% en mayo
La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero.
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Los impuestos temporales a los beneficios extraordinarios de las energéticas y la banca, así como el impuesto a los envases de plástico hicieron que el déficit del Estado se situase en 24.090 millones de euros hasta junio. Esto supone una caída del 6,6% con respecto al mismo período del año anterior y lo dejan en el 1,71% del PIB, frente a la tasa del 1,94% que arrojó hasta junio de 2022.

Según señalaron desde el ministerio encabezado por María Jesús Montero, estos resultados son debidos al aumento de los ingresos financieros del 7,9%, frente al comportamiento de los gastos, que crecieron a un ritmo del 5,2%. En concreto, los recursos no financieros se situaron en 122.192 millones, lo que implica un 7,9% más respecto al mismo periodo de 2022. Los impuestos alcanzaron los 101.692 millones, el 83,2% del total de los recursos, y crecieron un 5,5% respecto a junio de 2022.

En concreto, el ingreso del nuevo Impuesto Especial sobre los Envases de Plástico y los Gravámenes Temporales a las energéticas y la banca recaudaron un importe conjunto de 1.685 millones hasta junio.

Por su parte, el déficit de las Administraciones Públicas, la Seguridad Social y las comunidades autónomas, excluida la ayuda financiera, fue de 17.481 millones de euros al cierre del ejercicio del mes de mayo, es decir, un 17,2% menos con respecto al mismo mes del año anterior y equivale al 1,24% del PIB, frente al 1,59% del mismo período correspondiente a 2022.

Si dentro de la cuenta se introduce el saldo de la ayuda a las instituciones financieras, dicho déficit se mantuvo en el 1,24% del PIB, según los datos que publicó ayer en un informe el Ministerio de Hacienda y Función Pública.

En el comunicado emitido por Hacienda ayer aseguraban que "continúa la senda del descenso del déficit iniciada en 2021 y confirmada en 2022 como consecuencia de la reactivación económica y la creación de empleo".

A pesar de este descenso en el agujero de las cuentas públicas del Estado, las comunidades autónomas marcaron un incremento del 131,6% de sus números rojos en mayo de este año, hasta los 6.193 millones de euros. Esto equivale al 0,44% del PIB de España. Dicho agujero se situó en el 0,2% en mayo de 2022. Este incremento es debido al aumento de los gastos de los gobiernos regionales un 9,2%, mientras que los ingresos crecieron a un ritmo del 5,1%.

Por su parte, los Organismos de la Administración Central registraron el pasado mes de mayo un superávit de 2.188 millones, un 85% más que el superávit registrado en el mismo mes del año 2022.

Los impuestos de las comunidades autónomas crecieron un 8,4% y, dentro de ellos, los ingresos por impuestos sobre la renta y patrimonio subieron un 12,7% hasta situarse en un total de 24.017 millones. Por su parte, los ingresos percibidos por impuestos sobre el capital ascendieron a 1.276 millones.

Ajuste de 10.000 millones

El Ejecutivo en funciones va a ser el encargado de cumplir con los designios de Bruselas y realizar un ajuste presupuestario de casi 10.000 millones de euros en 2024 en el caso de que el gasto de España crezca más del 2,6% el próximo ejercicio. Un escenario que se ve factible en el caso de que sigan vigentes las ayudas antiinflación que se acaban de prorrogar hasta diciembre, en lugar de ponerles fin en junio, como han hecho Francia o Alemania para cumplir con las reglas fiscales. 

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