
La economía española sigue emitiendo signos de resistencia en este 2023. El producto interior bruto (PIB) real avanzó un 0,4% en el segundo trimestre después de que el consumo de las familias repuntara con fuerza compensando el desplome en las exportaciones de bienes y servicios. Aunque el dato es ligeramente inferior al 0,5% del primer trimestre (revisado a la baja desde el 0,6%), la senda de crecimiento permanece sólida pese al escenario de incertidumbre que afronta Europa y al impacto del año de fuertes subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). Otra nota positiva es que el PIB ya está un 0,4% por encima de su nivel prepandémico. Pero también hay datos menos optimistas: en términos interanuales, el PIB ralentizó su avance al 1,8%, frente al 4,2% del trimestre precedente, precisamente por la menor aportación del sector exterior.
Según los datos de contabilidad nacional avanzados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el crecimiento entre abril y junio se ha sustentado en la demanda nacional (consumo e inversión), que aportó 1,9 puntos, mientras que la demanda externa (exportaciones menos importaciones) restó 1,5 puntos al avance económico del primer trimestre.
Lo más destacado en este flanco fue la significativa recuperación del consumo de los hogares, que creció un 1,6% entre abril y junio, cuando el trimestre anterior caía el 1,4% y el previo un 0,6% (el PIB español voló por primera vez sin su tradicional motor), en tanto que la inversión se incrementó un 4,6%, sobre todo por el aumento del 7,3% de la inversión en vivienda y construcción (el repunte anterior fue del 0,9%), frente al menor avance de la inversión empresarial (1%). El avance del 1% en los servicios frente al 0% intertrimestral del primer cuarto refleja que el sector vuelve a 'tirar del carro'.
El golpe en el sector exterior se refleja en una caída del 4,1% en las exportaciones que contrasta con la subida del 5,6% de enero a marzo. Las importaciones, a su vez, mostraron una contracción del 1%, frente al avance del 2,7% previo. La caída de las exportaciones se explica por las exportaciones de bienes, que se contrajeron un 5,9% intertrimestral. En contraposición, las exportaciones de servicios se redujeron un modesto 0,3% intertrimestral, aunque las de servicios turísticos aumentaron un 1,5%.
"El consumo de los hogares aumentó apoyado por la fuerte caída de la inflación, pero sigue estando en torno a un 1,5% por debajo de su nivel del tercer trimestre de 2022. El crecimiento del turismo fue insuficiente para compensar el desplome de las exportaciones de bienes. La fortaleza de la demanda interna significa que el PIB de España podría no contraerse a finales de este año, como habíamos previsto", valora Adrian Prettejohn, analista de Capital Economics, tras conocerse las cifras.
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos en funciones, Nadia Calviño, ha destacado que la economía española mantuvo un "sólido crecimiento" en el primer semestre del año.
"El dato de crecimiento del segundo trimestre ha estado en línea con lo que contemplaba nuestro escenario de previsiones. Si bien la revisión a la baja del crecimiento en una décima en el cuarto trimestre de 2022 y en el primero de 2023 reduce ligeramente el efecto arrastre sobre el crecimiento de este año, el cambio es suficientemente pequeño como para que los riesgos que rodean nuestra previsión del 2,3% se mantengan equilibrados", señala Oriol Carreras, de CaixaBank Research.
Ahondando en las tasas interanuales, la desaceleración del 4,2% al 1,8% supone la tasa más moderada desde el primer trimestre de 2021. Según Estadística, la demanda nacional aportó 1,5 puntos al crecimiento del PIB interanual en el segundo trimestre, una décima por encima a la del trimestre precedente, mientras que la demanda externa contribuyó con tres décimas, 2,5 puntos menos que en el trimestre anterior y su menor aportación en dos años.
El consumo de los hogares moderó su crecimiento interanual 1,2 puntos en el segundo trimestre, hasta el 0,5%, mientras que el gasto público aceleró su avance interanual más de dos puntos, hasta el 3,8%, su mayor aumento en dos años. La inversión también aceleró con fuerza con un crecimiento interanual del 2%, unos 1,4 puntos por encima de la del primer trimestre. Al contrario, las exportaciones desaceleraron su crecimiento interanual más de nueve puntos, hasta el 0,7%, y las importaciones avanzaron un 0,2% interanual, 3,1 puntos menos que en el primer trimestre de 2022.
Horas trabajadas y productividad
En el apartado del empleo, la medición del mismo en horas trabajadas subió un 1,3% en el segundo trimestre respecto al anterior. Sin embargo, en términos interanuales, el número de horas efectivamente trabajadas retrocedió cinco décimas, hasta el 0,6%, su tasa más baja desde el primer trimestre de 2021.
En el caso de los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, la tasa crece en 1,1 puntos respecto a la del primer trimestre. Estos puestos se incrementaron un 2,9% interanual, seis décimas más que en el primer trimestre, lo que supone que en un año se han creado 546.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo.
La productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo registró un descenso interanual del 1,1%, frente al crecimiento del 1,8% del trimestre anterior. Es su primera tasa negativa desde el tercer trimestre de 2021. Por su parte, la productividad aparente por hora efectivamente trabajada creció un 1,1%, tasa 1,9 puntos inferior a la del primer cuarto del año.
"Detrás de la desaceleración del PIB está la caída de la productividad por hora trabajada, que disminuye nueve décimas. Las horas trabajadas en el segundo trimestre crecen un 1,3%, frente al 0,4% del PIB. La productividad se sitúa solo una décima por encima de su nivel del cuarto trimestre de 2019", explica en un hilo de Twitter Rafael Doménech, de BBVA Research.
Horizonte hasta final de año
Las métricas españolas siguen siendo mejores que las de sus grandes socios europeos (Alemania, Francia -con permiso del segundo trimestre, con un crecimiento del 0,5%- e Italia) y rubrican en cierto modo el momentum de la economía nacional tras la reapertura posterior al covid. También apoyan las previsiones actualizadas esta semana por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que casi ha duplicado su proyección de crecimiento económico para España este año, hasta el 2,5% desde el 1,5% anterior, lo que la sitúa en camino de convertirse en una de las naciones desarrolladas de más rápido crecimiento del mundo en 2023.
Sin embargo, lo visto en las exportaciones evidencia los vientos en contra que vienen del resto de Europa y será la fortaleza del turismo este verano la que indique si se puede llegar a números como los estimados por el FMI.
Continuando el repaso de los datos más recientes, la tasa de desempleo cayó al 11,6% en el segundo trimestre, la más baja en 15 años, pero aún por encima de la media de la eurozona. La Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este jueves por el INE arrojaba también un récord histórico de ocupados por encima de los 21 millones. El gran dato de ocupados en el segundo trimestre no se ve acompañado en esta última lectura de PIB por el menor avance de las horas trabajadas.
En el frente de la inflación, el índice de precios al consumo (IPC) desaceleró hasta el 1,9% en junio, ya por debajo del objetivo del 2% del BCE, si bien en julio ha repuntado al 2,3%. No obstante, la inflación subyacente (excluye energía y alimentos frescos), la que más quebraderos da al banco central por su persistencia, sigue enquistada y en julio ha repuntado tres décimas hasta el 6,2%. El deflactor implícito del PIB aumentó un 6% en el segundo trimestre respecto al mismo cuarto de 2022, tres décimas menos que en el primer trimestre de este año.
En el horizonte, falta por ver si la incertidumbre política tras las elecciones generales del 23 de julio impacta en la economía. Según Wouter Thierie, economista de ING, la perspectiva de una repetición electoral pueden introducir un elemento de inestabilidad en la economía y dificultar las perspectivas de crecimiento a largo plazo. Otros analistas, sin embargo, solo ven un impacto limitado, ya que los fondos europeos para la recuperación siguen fluyendo y el sector turístico es fuerte.