
La reciente nombrada gobernadora del Banco Central de Turquía (BCRT), Hafize Gaye Erkan, ha sacado los colores este jueves al presidente Erdogan al dar a conocer el dato de inflación del país otomano para finales de año. El Banco Central prevé que el IPC se duplique hasta el 58% en el conjunto de 2023, frente al 22,3% que marcó su predecesor en el cargo.
El nombramiento de la ex Goldman por parte de Erdogan fue una llamada a los mercados para demostrar que el país volvía a la ortodoxia económica y que la entidad recuperaría su independencia. Poco a poco, los pronósticos se fueron cumpliendo y este dato "realista" confirma las intenciones del perenne presidente turco.
A finales de abril, el Banco de Turquía hizo la mayor subida de tipos en una década, pasando del 8,5% al 15% (650 puntos básicos del golpe) tras 27 meses sin subir el precio del dinero, con el objetivo de controlar la desbocada crecida de los precios.
Los últimos datos oficiales situaban la inflación de Turquía en el entorno del 38% en junio, mientras que los expertos independientes de Enagrup publicaron a comienzos de julio que el dato "de inflación real" es del 108,58%. Los precios se dispararon un 86% el año pasado, cuando Erdogan estaba enrocado en la senda del "crecimiento a toda costa" marcada por una política monetaria muy flexible.
Con todo, Erkan aseguró en la rueda de prensa en Ankara que el Banco Central está "sentando las bases" para alcanzar una "desinflación sostenible" el próximo año, con una mejora de la tendencia de los precios prevista para el segundo trimestre de 2024. La gobernadora reiteró que durante esta transición "los mercados se están estabilizando dentro de sus propias dinámicas internas".
En este sentido, los economistas de Bloomberg, Selva Bahar y Andrej Sokol, aseguraron en un informe que la caída de la lira (cerca del 23% frente al dólar desde el 31 de mayo), la revisión al alza de los precios, junto con las nuevas políticas fiscales y el aumento del 34% del salario mínimo interprofesional "justifica una fuerte actualización".
Con tal motivo, esperan que la tasa del IPC "se vuelva a revisar a final de año" ya que mantiene su previsión del 22,3% desde el informe trimestral de octubre del año pasado. En este sentido, los analistas apuntan a que esa revisión se sitúe en la horquilla del 40% al 44%. Así, Bahar y Sokol reiteran que la inflación alcance el 55% a finales de año: "Hay un 70% de probabilidad de que la inflación termine el año por encima del 40% y un 10% de probabilidad de una lectura por encima del 60%. En comparación, las posibilidades de una inflación por debajo del 25%, o en las cercanías de la proyección de fin de año del Banco Central, son extremadamente bajas, por debajo del 5%".
Por su parte, el economista de JP Morgan, Nicolae Alexandru-Chidesciuc, aseguró que se espera "una recesión económica en el segundo semestre de 2023 debido a un endurecimiento de las condiciones crediticias". Una afirmación que también confirmó el Wall Street Bank. Desde JP Morgan mantienen que los tipos seguirán subiendo "al 30% a final de año, con riesgos de alza".
Esto casa con lo que dicen Bahar y Sokol. Ambos sentencian que el BCRT "ha decepcionado al mercado" con sus subidas de tipos pero "está entregando pronósticos realistas". Aseveran que lo que falta ahora es "una acción política seria para acercar la inflación descontrolada a su objetivo". Concluyen que es "muy poco probable" que otras herramientas llenen el vacío y anclen las expectativas de llegar al IPC deseado. "Es probable que la inflación termine el año alrededor de 11 veces el objetivo del 5%".