Se esperaba que el banco central de Turquía (CBRT por sus siglas en inglés) diese un giro contundente a su política monetaria y así lo ha hecho. El organismo ha aprobado este jueves una espectacular subida de tipos del 8,5% al 15% (650 puntos básicos de golpe) tras 27 meses sin subir el precio del dinero. La inflación turca supera aún el 40%, si bien ha registrado lecturas por encima del 80% hace meses.
Pese a la magnitud del alza, esta estaba prevista en el marco da la vuelta del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a la ortodoxia económica tras su victoria en las últimas elecciones. Como parte de esta vuelta a la 'normalidad' económica y financiera, se nombró como presidenta del banco central a Hafize Gaye Erkan, antigua banquera de Goldman Sachs.
El nombramiento fue la segunda pata de un movimiento iniciado con el rescate del veterano Mehmet Simsek como ministro de Finanzas. El antiguo estratega de Merrill Lynch ya fue ministro de Economía con Erdogan entre 2007 y 2009 y viceprimer ministro entre 2015 y 2018. Con reputación y credibilidad entre los inversores, su regreso ha intensificado las expectativas de que Turquía se prepara para cambiar su enfoque económico y financiero.
El CBRT había subido los tipos hasta el 19% en marzo de 2021, pero Erdogan mandó a los responsables a recortarlos pese a la abrasiva inflación que vivía el país con el propósito de mantener el crecimiento. El mandatario destituyó cargos y para llevar los tipos a un solo dígito pese a la coyuntura nacional y mundial.
La subida, aunque significativa en el sentido de que supone todo un mensaje y va en la expectativa del mercado, se ha quedado insuficiente para el rango que daban algunos analistas, situándose el consenso en el 20%. Esto ha afectado a la cotización de la lira, que se deja más de un 2,4% con el dólar por encima de las 24 unidades, perforando los mínimos históricos marcados días atrás. Las expectativas oscilaban entre el 15% y el 40%. Es decir, había algunos expertos que hablaban de una subida de más de 3.000 puntos básicos en un solo movimiento.
"La reunión de hoy fue la primera prueba clave del cambio hacia la formulación de políticas ortodoxas desde los nombramientos de un nuevo gobernador del gabinete y del banco central. Si bien el aumento de los tipos ha sido menor de lo esperado, la declaración en general fue alentadora y sugiere que se están preparando más aumentos. Ha habido una evaluación más realista de la evolución reciente de la inflación que en reuniones anteriores y el banco central dijo que este era el comienzo de un proceso de endurecimiento", valora Liam Peach, de Capital Economics.
"Es posible que los inversores se conformen con un ciclo de endurecimiento más gradual, siempre que los tipos de interés sigan subiendo a un nivel suficientemente elevado. No hay nada en los comunicados de hoy que nos sugiera que los tipos de interés no podrían seguir subiendo hacia el 25-30% este mismo año", añade el estratega.
Marek Drimal, estratega principal de Société Générale en Londres, quien pronosticó con precisión el aumento de la tasa al 15%, considera la decisión como "positiva". "El banco central señaló correctamente el problema de la fuerte demanda y la inflación subyacente elevada, y también se comprometió a aplicar más medidas de ajuste. Esperamos 500 puntos básicos de aumentos de tipos en las reuniones de julio y agosto, lo que eleva la tasa de política al 25%", agrega.
El enfoque "gradualista" del banco probablemente resulte en "un proceso de aprendizaje entre los mercados y los políticos en los próximos meses", señala Simon Quijano-Evans, economista jefe de Gemcorp Capital Management en Londres. Aun así, "es una señal positiva y un paso en la dirección correcta, pero se necesita hacer más. Es probable que el mercado se sienta decepcionado de que el movimiento de política inicial del nuevo equipo económico no haya sido más contundente y vigoroso", plantea Todd Schubert, jefe de investigación de renta fija con sede en Dubai en el Banco de Singapur.