
Finalmente se produjo, el Banco Central de Turquía (CBRT por sus siglas en inglés) realizó este jueves una subida histórica de los tipos de interés desde 8,5% al 15%, es decir, 650 puntos básicos de golpe, tras casi 30 meses sin tocarlos.
Los principales analistas económicos y expertos ya se barajan las posibles consecuencias de este giro a la ortodoxia por parte del gabinete de Erdogan y la gobernadora del Banco de Turquía, la 'exGoldman' Hafize Gaye Erkan. El consenso predice la recalentada economía turca podrá resistir al cierre del ejercicio con un crecimiento positivo.
No en cambio, el economista de JP Morgan, Nicolae Alexandru-Chidesciuc, aseguró que se espera "una recesión económica en el segundo semestre de 2023 debido a un endurecimiento de las condiciones crediticias". Una afirmación que también confirmó el Wall Street Bank. Desde JP Morgan mantienen que los tipos seguirán subiendo "al 30% a final de año, con riesgos de alza".
Así es todo, el comportamiento de la economía turca parece que ha generado músculo para aguantar el tirón de los tipos. El consenso de Bloomberg, que reúne una media de los pronósticos de los principales analistas macroeconómicos, prevé que el crecimiento del país esté en torno al 2,6% y se estanque en el 2024. De hecho, tanto JP Morgan como Fitch coincidieron a mediados de mes, cuando Erdogan ya había puesto a cargo del CBRT a Erkan y a Mehmet Semsek en Hacienda, que el crecimiento del país para este año estaría en el entorno del 2,5% y el FMI pronosticó en abril un crecimiento del 2,7% para 2023. Los más pesimistas fueron los de S&P Global, que calculan que Turquía se expandirá un 1,9% este año.
Por su parte, los más optimistas fueron los expertos de BBVA research, que apuntaron a principios de junio que "suponiendo que no habrá una marcada normalización de las políticas económicas por las elecciones locales de 2024, prevemos que el crecimiento del PIB se sitúe en torno al 4% o 5%" para este año 2023.
Lo cierto es que en el primer trimestre del año, el PIB turco se expandió un 4,3% interanual, por lo que parece que el crecimiento se apoya en un buen colchón.
Aún así, Turquía todavía tiene muchos retos por delante. Simsek y Erkan tienen que desenmarañar las reglas que cargan a los bancos con bonos del gobierno en liras de bajo rendimiento, mientras mantienen la moneda bajo control. "Si el aumento de los tipos son demasiados agresivos, podrían erosionar las reservas de los préstamos y ejercer presión sobre el sistema financiero", dijeron los expertos de Bloomberg Economics.
Los próximos pasos a dar en políticas complejas
En un informe de Bloomberg Economics aseguran que en el largo plazo, esperan que el banco central "atenúe algunas de sus regulaciones prácticas en favor de la lira". Al mismo aseguran que "se espera especial atención a las intervenciones sigilosas del mercado de divisas", que estiman que son 199.000 millones de dólares desde 2021.
"Esperamos que el CBRT aproveche el verano para moderar las políticas que afectan a las reservas de divisas al mismo tiempo que el turismo preste un apoyo adicional a la moneda", sentencian.