Economía

Francia anula las ayudas antiinflación a empresas y familias para ahorrar 10.000 millones

  • Macron quiere recortar el absentismo reduciendo los subsidios por baja laboral
  • El Elíseo anunció el fin de las deducciones fiscales por combustibles fósiles
El ministro de economía francés, Bruno Le Maire.
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El ejecutivo de Emmanuel Macron quiere ahorrar a las arcas públicas 10.000 millones de euros para mejorar sus finanzas después de años de incremento del gasto a causa de la pandemia y la crisis energética.

El objetivo es reducir el déficit presupuestario al 4,9% del producto interior bruto (PIB) al cierre de este año, bajarlo al 4,4% en 2022 y dejarlo por debajo del 3% paulatinamente para cumplir con el límite establecido por las reglas de estabilidad presupuestaria de la Unión Europea. Pero el horizonte es acabar con un déficit del 2,7% en 2027, cuando finalice el mandato de Macron.

Este lunes, el ministro de Economía galo, Bruno Le Maire, dijo que lo primero que iban a hacer desde su departamento es retirar el apoyo a empresas y hogares. El dirigente aseguró que "estamos volviendo a la normalidad" y por eso dice que el escudo del gas "ya no es necesario" y que terminará "este mes", mientras que las ayudas a la electricidad se abolirán a finales de 2024. "Nadie entendería que sigamos gastando tanto dinero cuando las dos grandes crisis – Covid-19 y energía – ya han quedado atrás".

Ante las posibles críticas acerca de la supresión de estas medidas, Le Maire se defendió asegurando que "no hay que convertir la excepción en un hábito" y recalcó que el deber de su ministerio "es proteger a nuestra nación de la deuda", apostilló. El escudo antiinflación galo costó a las arcas públicas 24.000 millones de euros.

Ahorro sin austeridad

Pero el ejecutivo galo no solo busca ahorrar cortando las ayudas por coyuntura. A finales del mes de abril, la primera ministra, Elisabeth Borne, envió una Lettre de Cadrage (directrices) donde pedía a los ministros que enviasen propuestas "para liberal el margen de maniobra financiera de sus presupuestos" con el objetivo de "fomentar la transición ecológica". Pero, en realidad, en la carta les estaba emplazando a que hiciesen los ajustes necesarios para ahorrar el 5% de sus presupuestos.

Por aquel entonces, cuando se presentó el plan de estabilidad presupuestaria, el secretario de Estado de Presupuestos, Gabriel Attal, aclaró que lo que están llevando a cabo "es un plan de estabilidad presupuestaria" y no de "austeridad". En esa misma línea habló este lunes Le Maire: "No estamos proponiendo ni austeridad ni ilusiones, estamos proponiendo responsabilidad".

Los datos hablan por sí mismos y la economía francesa está entrando en una senda de estancamiento ya que el Insee (Instituto Nacional de Estadística de Francia) pronosticó un crecimiento del 0,6% del PIB para este año, muy por debajo del pronóstico del 1% del Gobierno. "El entorno económico se está volviendo cada vez más difícil", dijo Le Maire, que se comprometió a pisar el acelerador para reducir la deuda.

Recortar el absentismo laboral

El ahorro en el sistema de salud es otro de los puntos clave en los que trabaja el departamento de Le Maire. En concreto, quieren reducir los costes de las bajas laborales y la subvención de los medicamentos con receta. En concreto, Gabriel Attal aseguró que "es motivo de preocupación" ya que el año pasado tuvieron un incremento significativo en las bajas laborales.

En concreto, según los datos oficiales, los pagos diarios de la Seguridad Social para contrarrestar las pérdidas de poder adquisitivo por enfermedad se incrementaron un 8% entre el año 2021 y 2022, alcanzando los 15.000 millones de euros. Todo esto excluyendo el factor Covid-19.

El secretario de Estado de Presupuestos remarcó que, de seguir así, Francia estaría ingresando "23.000 millones de euros anuales en 2027". Al mismo tiempo, ya había anunciado en mayo que las asignaciones diarias estaban ya en el foco de Bercy (Ministerio de Economía) para incluirlas dentro del plan de ahorro público.

Por tanto, el Ejecutivo de Macron está trabajando para rebajar las cifras de absentismo laboral que se incrementaron un 75% desde el año 2011, según las cifras del barómetro anual realizado Ayming y AG2R publicado el 12 de junio. Además, los días de baja aumentaron de 14 de media de hace diez años a los 14,5 en 2022.

Añadido a esto, Le Maire anunció que también van a realizar recortes en el apoyo a la inversión en viviendas de alquiler, capacitación laboral y una reducción gradual de las exenciones fiscales por combustibles fósiles en algunos sectores.

Lo cierto es que las finanzas públicas sieguen en el ojo del Gobierno galo ya que, según informó Bloomberg, Fitch Ratings redujo su calificación crediticia y Scope Ratings le puso una perspectiva negativa en su valoración. Al mismo tiempo, S&P Global Ratings mantuvo su perspectiva negativa de la economía gala pero sin bajar su calificación. El argumento que dieron para su análisis fue, precisamente, la elevada deuda pública.

Al final, el objetivo de Macron es demostrar a Europa que Francia está concienciada con abordar los objetivos de déficit, al mismo tiempo que intenta mostrar un país atractivo para la inversión. Por eso se arriesgó a subir la edad de jubilación de los 62 a los 64 años, una medida que le costó su popularidad y una serie de revueltas en todo el país.

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