
El ministro de Economía y Hacienda galo, Bruno Le Maire, desgrana para Les Échos los últimos pasos del Presupuesto para 2018, que se presentará el 27 de septiembre, departe sobre la fiscalidad del capital, y contesta sobre la polémica reforma laboral presentada por el Gobierno de Emmanuel Macron.
La primera movilización contra la reforma del Código laboral tuvo lugar este martes. ¿Se puede reformar Francia?
Los franceses esperan una profunda transformación de su modelo económico y social. Eligieron a Emmanuel Macron para iniciar las transformaciones ante las que Francia retrocedió desde hace 30 años. Algunos sindicatos se manifiestan y están en su perfecto derecho, pero es necesario que el presidente de la República y el Gobierno den muestras de determinación para llevar a cabo dicha transformación.
¿Son los manifestantes unos "vagos" o unos "extremistas"?
Dejémonos de polémicas. El presidente ya ha señalado a aquellos que, por dogmatismo o conservadurismo, dejaron el país a la deriva, pero sin duda no a los franceses ni a los manifestantes. Lo importante es que valoremos más el trabajo. Toda la transformación que estamos iniciando está orientada a pagar mejor a quien tiene un empleo. La sociedad francesa adolece de una falta de reconocimiento del trabajo.
¿Se notará esta recompensa al trabajo en el Presupuesto que se presentará el 27 de septiembre? El aumento de la Contribución Social Generalizada será en enero, pero la bajada de las cotizaciones a los trabajadores será escalonada…
Desde enero de 2018, todos los trabajadores verán mejorar su situación financiera neta. En efecto, la mayor parte de la eliminación de todas las cotizaciones salariales para desempleo y enfermedad tendrá lugar a partir del 1 de enero, y el resto tomará efecto en otoño de 2018. Gracias a esta medida, un trabajador remunerado con el SMI cobrará 250 euros más al año y un trabajador que cobre 2.000 euros al mes, casi 500 euros más al año. A esto, se añadirán el aumento de la prima de actividad, la eliminación progresiva del Impuesto de Bienes Inmuebles para el 80% de los franceses y medidas de apoyo a los más débiles. La filosofía de este Presupuesto consiste en recompensar el trabajo sin olvidar a aquellos que tienen más dificultades.
¿Cuál será la amplitud global de las bajadas de impuestos?
Las retenciones a las familias y a las empresas se habrán reducido en alrededor de 10.000 millones de euros a finales de 2018. El presidente de la República y el primer ministro han realizado dos elecciones estratégicas. La primera es iniciar la bajada de impuestos desde el 1 de enero de 2018, para que pueda sostener de inmediato el crecimiento y favorecer la creación de empleo. La segunda es valorar la creación de riqueza, la toma de riesgos y la innovación. Es una auténtica transformación cultural: en lugar de redistribuir una riqueza que no poseemos, hay que ofrecer a cada uno los medios de crearla.
La reducción de la tributación del capital, especialmente la reforma del ISF (Impuesto Solidario sobre las Fortunas) es, sin embargo, objeto de fuertes críticas desde la izquierda, donde se pone en la balanza el recorte a las ayudas a la vivienda...
Salgamos de esa ideología tan nociva para Francia desde hace treinta años, que consiste en sobregravar el capital. Al recargarlo, privamos a las empresas de la financiación que necesitan para invertir, innovar y crear empleos.
¿Cuál será el ámbito preciso del nuevo impuesto sobre la fortuna inmobiliaria (IFI)?
Afectará al patrimonio inmobiliario neto superior a 1,3 millones de euros. Nada cambia sobre el umbral inicial, los tipos y las reducciones, como la del 30% sobre la residencia principal. No se verán afectados los inmuebles vinculados a la explotación de la empresa del contribuyente. Finalmente, la suma del IFI y del Impuesto sobre la Renta no podrá superar el 75% de los ingresos. Costará unos 3.000 millones de euros.
Las rentas inmobiliarias tributarán más que los demás ingresos del capital. ¿Cómo lo justifica?
Queremos recompensar a los que se arriesgan invirtiendo su dinero en la financiación de la economía. Es una elección clara. La asumimos. Los ingresos inmobiliarios se benefician de algunas ventajas que les son propias y que no están en tela de juicio (exoneración de las plusvalías sobre la residencia principal, reducción por tiempo de posesión de los demás bienes, imputación de las cargas, amortización). Su integración en el ámbito de la Retención fija única (PFU) no habrá sido ventajosa en todos los casos. Ni mucho menos.
Ha adoptado, con Alemania, Italia y España, una iniciativa que pretende que los gigantes de la red paguen impuestos. Hasta ahora, Europa fracasó en esta materia…
Es una iniciativa en la que trabajamos desde hace dos meses, a petición de Emmanuel Macron. Nadie puede entender que una pyme francesa pague sus impuestos religiosamente y que los gigantes de lo digital, como las Gafa (Google, Apple, Facebook, Amazon) no paguen casi nada en Francia, mientras muchos franceses consumen sus productos. Es una cuestión de justicia fiscal y de afirmación de nuestra fuerza nacional y europea.
Algunas iniciativas están funcionando, a nivel de la OCDE y de la UE, para implantar nuevas reglas a la base imponible del Impuesto de Sociedades, pero las posibilidades de que se consiga algo rápido son escasas. Nuestro proyecto es más inmediatamente operativo: trata de que estas sociedades tributen sobre su cifra de negocio en cada país. El acuerdo político con nuestros socios muestra que, cuando Europa quiere, puede. Y Francia desempeña plenamente su papel de líder.