El Consejo General de Economistas (CGE) ha elevado desde el 1,5% al 1,8% su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para el 2023. No obstante, alerta de un cierto parón en la actividad manufacturera, "que no termina de arrancar", con las consecuencias directa que eso tiene sobre la industria.
Este crecimiento del PIB lo atribuye al buen comportamiento en los dos primeros trimestres del año del turismo y de las exportaciones, así como a la menor presión inflacionista, la disminución de los problemas de la cadena de suministro y la paulatina aplicación de los fondos vinculados al programa Next Generation EU.
Sin embargo, el Consejo General de Economistas considera que "existen ciertas incógnitas para el segundo semestre de este año debido, entre otros motivos, a la reducción de la bolsa de ahorro de las familias y la caída de la demanda interna, el posible freno del turismo, las consecuencias de la sequía y el incremento del precio del dinero con su incidencia directa en el sector inmobiliario y de la construcción".
El organismo ha recordado también que, comparando el nivel del PIB real actual respecto al momento previo al inicio de la pandemia, este se sitúa todavía en España un 0,2% por debajo del observado entonces (2,5% por encima en el área euro).
Parte de este crecimiento obedece, según el CGE, a que en Europa los indicadores del sector servicios están teniendo un mejor comportamiento que los indicadores del sector industrial, hecho que es apuntado también con la observación de los índices adelantados del PMI compuesto y manufacturero.
"Es por ello que los países donde el sector servicios es más fuerte, como España, está arrojando una mayor ratio de crecimiento, con su consecuente impacto positivo en el mercado laboral del mismo. Esta situación nos permite revisar ligeramente a la baja la tasa de paro prevista a final de año en tres décimas, situándola en un 12,7%" apunta el presidente de la Comisión Financiera de este organismo, Antonio Pedraza.
Por su parte, el presidente del CGE, Valentín Pich, ha recordado que la economía española sigue siendo la única de las cuatro grandes economías de la eurozona que no ha recuperado los niveles previos a la pandemia Covid-19.
Comparando el nivel del PIB real actual respecto al momento previo al inicio de la pandemia, este se sitúa todavía en España un 0,2% por debajo del observado entonces (2,5% por encima en el área del euro). No obstante, Pich ha augurado que el dato de crecimiento del segundo trimestre probablemente colocará ya el nivel de PIB por encima del anterior a la pandemia.
"Si realmente queremos que ser un país puntero dentro y fuera de Europa, necesitamos seguir prestando atención a la aplicación eficiente y transparente de los fondos Next Generation, al tiempo que se deberá garantizar que la retirada de estímulos que pronto vencerán -salvo que se prorroguen- se hace en el momento adecuado y no antes, y pensar en el posible efecto que ello va a tener", ha señalado el presidente de los economistas.
En torno al crecimiento de la actividad industrial, los economistas se muestran más pesimistas, cuando señalan que el PMI manufacturero traslada unas expectativas muy distintas al PMI compuesto [demanda].
"Así, el primero a nivel nacional ha estado estabilizado en torno a 50, por tanto, aún en una frontera de cierto estancamiento sin terminar de arrancar, cerrando en abril con la cifra por debajo de 50, concretamente 49. El PMI manufacturero europeo ha tenido un comportamiento similar, e incluso peor al nacional, estando en toda la serie de 2023 por debajo de 50, cerrando abril en 45,5", subrayan, en el CGE.
El director del Servicio de Estudios del CGE, Salvador Marín, ahonda en esto al referir que "los índices adelantados de nuestra economía nos dan una de cal y otra de arena, ya que frente al buen comportamiento que nos trasladan los datos energéticos, el índice de volatilidad y la inversión española en el exterior, lo que sin duda puede ir alineado con cierta mejoría en las expectativas empresariales y el mejor comportamiento de exportaciones y turismo, nos encontramos con un PMI manufacturero que no termina de arrancar, con las consecuencias directas que esto tiene sobre la industria y sus efectos derivados, y con el hecho de que sigue sin resolverse de forma completa en precio de los fletes"
En consecuencia, Marín sostiene que nuestra economía sigue un proceso de ajuste de expectativas que no termina de consolidarse, "cierto que con algunos índices macroeconómicos en mejor situación dentro del contexto europeo a corto plazo, pero con las incertidumbres clásicas de la deuda pública, déficit y desempleo presionando en sentido negativo de cara al medio y largo plazo en ese mismo ejercicio comparativo, a lo que se une que la confianza de los consumidores tampoco está ayudando a despejar de forma rotunda las posibles dudas a futuro".
Desaceleración del empleo
En cuanto al mercado laboral, los economistas apuntan a que tanto las cifras de contabilidad nacional como las de la Encuesta de Población activa (EPA) relativas al primer trimestre reflejan cierta desaceleración del empleo, repuntando la tasa de paro al 13,3%.
No obstante, en abril el paro se ha situado en 2.788.370 desempleados, un 2,58% menos que el mes de marzo y un 7,75% menos que en abril de 2022, mientras que los afiliados a la seguridad social superan los 20,6 millones de afiliados por primera vez.
Con este escenario, el Consejo General de Economistas ha decidido reducir la tasa de paro estimada para el conjunto de este año desde el entorno del 13% de la anterior previsión publicada en abril, al 12,7%.
Sobre la subida de precios, los economistas han mantenido sus estimaciones para la tasa de crecimiento prevista de la inflación general en 2023 en una horquilla entre el 4% y el 4,3%, idéntica a la estimación anterior.
Crecimiento de la deuda
Por otro lado, los economistas han señalado que el endeudamiento de la economía española respecto al PIB continua su tendencia decreciente, no así en términos de volumen.
Considerando que el crecimiento de la deuda sigue creciendo, 5,58% en tasa interanual en marzo, los economistas han revisado sus estimaciones para la ratio de deuda pública sobre PIB en 2023 hasta el 113%, desde el 111%.
El CGE considera que el déficit, de su lado, cerrará el año en el 4,4%, mientras que las estimaciones del Ejecutivo lo sitúan en el 3,9%. Hay que mencionar el compromiso del Gobierno de España para que, a finales de 2024, el déficit público se reduzca al 3% de acuerdo con el nuevo Programa de Estabilidad 2023-2026 remitido el pasado mes de abril a Bruselas.
Por último, los economistas esperan nuevas subidas de tipos de interés para intentar controlar la inflación en la eurozona que ha repuntado hasta el 7% en abril.
"Mientras no se consiga doblegar la inflación, que en abril repuntó en la eurozona hasta el 7%, es posible que sigan subiendo, tal como ha anunciado el Banco Central Europeo en el sentido de seguir adoptando medidas para conseguir el objetivo del 2% en 2025.