Economía

Los sindicatos se negaron a aceptar cláusulas de revisión por productividad

  • El acuerdo solo comprende actualizaciones salariales sujetas al avance de la inflación
  • No hubo representación del Gobierno en la firma del acuerdo, al contrario que en 2018
  • La productividad en España está 5,8 puntos por debajo de la media de la zona euro
En la imagen superior, relativa al IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, se encontraban Magdalena Valerio y Fátima Bález como representantes del Gobierno, juntos con los agentes sociales. Esto contrata con la firma de ayer (imagen inferior
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Ayer se ratificó finalmente el acuerdo entre patronal y sindicatos para el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) durante el periodo comprendido entre 2023 y 2025. El texto final del acuerdo, en el que se han negociado un alza del 4% para 2023 y del 3% para 2024 y 2025, y en el que se incluye una cláusula de revisión de hasta el 1% adicional sujeta al avance de la inflación, no comprende finalmente ningún requisito relacionado con la productividad y las horas trabajadas, algo que sugirieron los empresarios hace un año después de dar por imposible la negociación "en esos momentos". Finalmente, fuentes de la patronal consultadas por elEconomista.es, confirman que los sindicatos se "negaron" a incluir ninguna cláusula asociada a la productividad.

No fue así en el anterior acuerdo salarial, que estuvo en vigencia entre 2018 y 2020, y en el que se incluyó una "parte variable" del 1% ligada a la evolución de la productividad, resultados, o absentismo, entre otros.

De esta forma, la patronal no consiguió añadir uno de sus objetivos primigenios en esta negociación. Y es que ayer, durante la firma del V AENC, los presidentes de CEOE y Cepyme, Antonio Garamendi y Gerardo Cuerva, reconocieron que todos los actores "se han dejado pelos en la gatera" para alcanzar el acuerdo, pero recuerdan que van a negociar los convenios en función de la situación de las empresas.

Productividad por los suelos

En nuestro país, la caída de la productividad es una constante que se lleva prolongando desde la pasada crisis financiera de 2008 y que, en la actualidad, triplica la tasa de la eurozona entre 2017 y el pasado curso, según los datos más recientes de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat).

Esta situación se debe a la excesiva proliferación de empleos con bajo valor añadido o el auge del empleo público, que hacen que la falta de productividad sea un problema especialmente arraigado en España. Desde Eurostat nos califican en este ámbito con una calificación de 94,2 puntos en 2022, tomando como base 100 el nivel propio de la Unión Europea en la que se contabilizan 27 países.

La evolución de esta situación durante los últimos muestra una pérdida de 8 puntos en productividad, por los 2,6 experimentados en la zona euro.

Lo mismo ocurre con las horas trabajadas, que continúan por debajo de los índices previos a la pandemia, una de las variables más utilizadas para medir la recuperación económica.

Los datos de la última Encuesta de Población Activa publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan un total de 8.477 millones de horas trabajadas entre enero y marzo, un 1,4% más que hace un año. Pero siguen un 0,9% por debajo de las registradas en el mismo periodo de 2019 y un 0,5% por debajo del nivel al que cerraron el cuarto trimestre de ese mismo año. Es decir, aún por debajo de los niveles prepandemia, que a su vez seguían rezagados respecto a la crisis financiera.

Sin presencia del Gobierno

Otra de las ausencias relacionadas con el AENC ha sido la del Gobierno, ayer durante la firma del texto, al contrario que en 2018, cuando acudieron las que fueran ministras de Trabajo y Seguridad Social, Magdalena Valerio y Fátima Báñez, que emplearon el acto para hacer una especie de traspaso de poderes al frente del Ministerio.

Si bien es cierto, la negociación de la AENC es bipartita entre los agentes sociales y el Gobierno no tiene ningún papel en ella, y el acto de ratificación del acuerdo estuvo muy enfocado a la independencia de los agentes sociales a la hora de alcanzar acuerdos.

En este sentido, Garamendi destacó que este acuerdo "pone en valor" el diálogo social entre sindicatos y empresarios, da "estabilidad" a empresas y trabajadores y supone "una oferta a la sociedad". "Por tanto, esto es bueno para el Gobierno y para la oposición. Esto no va en contra de nadie, va a favor de todos y de España", afirmó.

Desde los sindicatos, sus secretarios generales, tanto Pepe Álvarez (UGT) como Unai Sordo (CCOO), destacaron la negociación colectiva como un instrumento imprescindible para garantizar el "reparto de riqueza en nuestro país".

Los distintos actores han querido restarle importancia a esto, por ser un acuerdo bipartito fruto de la negociación entre trabajadores y empresarios. "No hay ningún veto de nadie ni contra nadie. Pero también es cierto que aquí lo que queremos y tenemos que poner en valor es el diálogo social bipartito. No seamos alarmistas", comentó el presidente de la CEOE.

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