
Miguel Ángel García es investigador asociado de Fedea y profesor de economía aplicada en la URJC, también ha colaborado recientemente con el Instituto Santalucía y es una de las voces autorizadas del análisis del sistema de pensiones en España, ya que fue miembro del equipo de redacción del Pacto de Toledo. Ha sido uno de los profesionales más críticos con la reforma, y ahora es entrevistado por este medio. Díaz, esencialmente, quiere que la sociedad conozca las consecuencias de las nuevas medidas y reclama más información sobre "cuánto cuesta" y "quién paga" los esfuerzos extra de la nueva reforma.
¿Cuál es su valoración general de la reforma de pensiones ahora que se conocen los detalles?
Se ha perdido una oportunidad muy interesante de realizar una reforma que realmente equilibrara la suficiencia de las prestaciones con un grado de contributividad razonable y, además, garantizara la sostenibilidad. En un año llega la generación del baby boom y la oportunidad de aplicar medidas sobre el gasto prácticamente desaparece o se reduce muchísimo.
¿Las pensiones futuras están garantizadas? ¿Con qué optimismo lanzamos ese mensaje a los jóvenes?
Como criterio general, las pensiones siempre están garantizadas, lo que no sabemos es a qué nivel. En eso no soy nada catastrofista y no pienso que el sistema no tiene futuro. El sistema tiene futuro, la cuestión es que la distribución de las ventajas y esfuerzos entre generaciones cambia. Los jóvenes cobrarán pensión pública, pero preocupa la renta disponible que les quedará durante su vida labora por tener que aportar todo lo que requiera el sistema por las pensiones de generaciones anteriores. Vamos hacia una era de mayor esfuerzo en cotizaciones y habrá una brecha entre la prestación y la base máxima de cotización. Esta generación y la siguiente tendrá que realizar esfuerzos superiores para cobrar una cuantía de pensión similar. El Mecanismo de Equidad Intergeneracional incluye un mecanismo de cierre que, si sale como tiene previsto el Gobierno, subirá las cotizaciones de forma importante sobre todos los trabajadores para recibir, en el mejor de los casos, una tasa de reposición igual.
La Ley, por tanto, deja en el aire una nueva subida del MEI para cubrir el desvío del gasto
Tiene dos partes, primero una subida inicial que sube a 1,2 puntos el tipo de cotización para todo el mundo. Además, incluye una subida de la base cotización máxima para todas las rentas superiores a 50.000 euros y después se aplica una cuota de solidaridad para la parte que no cubra ese destope de la base máxima. Además, considera el Ministerio que el Régimen de Autónomos va a recaudar 0,5 puntos del PIB a partir del año 2032. Es decir, la reforma tiene una primera subida de cotizaciones evidente y una segunda, que es la más importante y ha pasado desapercibida, que se dará de no cumplir unos criterios establecidos por el Ministerio y, bajo mi punto de vista, de muy difícil cumplimiento.
¿En qué se basa la reforma de Escrivá?
El primero es que el gasto en pensiones no superará el 15%. Para conseguir eso, el Ministerio se ha apoyado en dos variables de muy difícil cumplimiento, por no decir imposibles. La primera es que el 55% de los jubilados demorará 3 años su retiro voluntariamente, es decir, jubilación activa hasta los 68 años. Y una segunda parte, que también le parece difícila organismos como la AIReF, que es un crecimiento del PIB del 2% hasta 2050, cunado la Comisión Europea maneja un escenario central del 1,2. En el caso de que se produzcan reformas estructurales en el mercado laboral podría subir al 1,6%. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones está infraestimando el gasto en pensiones sobre el PIB entre 2,8 puntos como mínimo y 4 puntos del PIB a mitad de siglo.
¿Y en qué punto estamos ahora?
El punto de partida es un déficit elevado de entorno a 1,8 puntos. Habría que analizar las variables que tenemos que tocar. La AIReF dice que con la actual estructura de ingresos y gastos el déficit estructural de las Administraciones será del 7%, con un peso de las pensiones no menor. La deuda pública llegaría al 150%, hay que reflexionar de la posición fiscal del país. La sociedad siempre es soberana de elegir lo que quiera, pero necesita buena información sobre cuáles son las ventajas y los esfuerzos que se van a exigir a los trabajadores.
¿Qué pasará con la revisión del gasto de 2025?
Dado que en el año 2025 no se va a cumplir ni el objetivo del gasto en pensiones de 15% ni el 1,7% de nuevos ingresos, habrá una revisión, que es la cláusula de cierre. Desde mi punto de vista, una herramienta que la Comisión Europea pone en duda, por eso pone en duda los datos del Ministerio y les obliga a tomar decisiones sobre el gasto o los ingresos para ajustarlo a estos parámetros. ¿Cuál es el problema? Si no hay acuerdo sobre el gasto o los ingresos, la disposición adicional segunda deja abierta la posibilidad de que se suba el tipo de cotización por contingencias comunes una quinta parte cada año hasta cubrir la desviación del gasto. Esta reforma es una patada hacia adelante.
¿Tendrá un impacto sobre el empleo?
La regla de gasto subirá los esfuerzos de los trabajadores en cotizaciones, unos esfuerzos superiores a los establecidos en primera instancia y que pueden tener un impacto negativo en el empleo, tal y como dice la investigación y la experiencia. Si subes los costes laborales y no eres capaz de subir la productividad, el riesgo de destrucción de puestos crece.
¿Ha faltado ambición con el periodo de cómputo?
Rompe lo que se ha hecho en el Pacto de Toledo desde 1995. Yo formé parte del equipo de redacción y con qué criterios se redactó, y precisamente uno de ellos era buscar un equilibrio entre la suficiencia y la equidad entre generaciones. En 1985 se aumentó de 2 a 8 años, en 1996 de 8 a 15 años y posteriormente en el 2011 de 15 a 25 años. Lo que se ha pretendido así es que el gasto en pensiones creciera de una manera más asumible. Esta tendencia se había usado asumiendo que las pensiones iniciales serán peores que las actuales, pero que el gasto en pensiones no absorbiera todo el presupuesto. Esto se ha roto con la nueva reforma.
¿A qué se enfrente el sistema en el futuro?
Reitero lo dicho inicialmente, el problema es que se ha perdido una oportunidad única. El número de pensiones crecerá drásticamente, con una tasa anual media de 1,5 puntos hasta mitad de siglo y un máximo de 2,2 puntos en 2034. Si se quieren aplicar reformas posteriormente, lo que antes se hace de manera gradual ahora prácticamente es una probabilidad que desaparece. Hay un hipotético caso en el que haya que reducir el gasto en pensiones y es una opción que no hay que descartar por el desequilibrio del sistema y de las cuentas públicas.
En Fedea habéis sido muy detallistas y críticos con la reforma. ¿Qué plantearíais para mejorar la reforma?
La sociedad española se debe plantear qué transferencia quiere hacer a las personas que terminan su vida laboral. Desde 2018 a 2023, el gasto ha crecido 1,3 puntos y parece difícil de creer que no te termine absorbiendo. Con un choque demográfico [el retiro del baby boom] de estas características, lo primero que hay que manejar es estadísticas creíbles de evolución del gasto con la estructura actual de ingresos y a partir de ahí alcanzar un consenso sobre cuál es la transferencia que queda para la sociedad. Hay que informar claramente a toda la sociedad sobre las ventajas e inconvenientes de tener un gasto en pensiones del 15%, 16% ó 17% del PIB. Igual hay que pensar que la tasa de reposición debe ser algo inferior o también valorar que la revalorización con el IPC se podría hacer sólo en condiciones favorables y que los pensionistas hagan algún tipo de esfuerzo en situaciones como la actual, igual que hace el resto de la sociedad. Debe haber un mantenimiento adecuado del poder adquisitivo a medio y largo plazo, pero dentro de unos criterios razonables.
¿Cómo valora las respuestas personales del ministro a sus 'colegas' de profesión?
A mí me gusta hablar de argumentos, la sociedad pide hablar de datos que sean creíbles y no de descalificaciones personales. En mi caso, no entro en esa línea y todo lo voy a intentar argumentar siempre de la manera más sólida posible: cuál es el análisis que se realiza y cuáles son las alternativas y cuáles las ventajas.
¿Cómo valora la mejora de las prestaciones mínimas o la cobertura de las lagunas laborales?
Todos queremos lo mejor para todo el mundo, fundamentalmente para las pensiones mínimas que se ha decidido que aumenten hasta el 60% de la renta mediana y eso significa que hay personas que van a tener una mejor calidad de vida. Lo que sí me gustaría es que cualquier valoración que se hiciera sobre la reforma fuera general, no quedarse solo con la parte más deseable o lo más costos. Una reforma tiene que conseguir el equilibrio entre la suficiencia de las prestaciones y la equidad del esfuerzo financiero a medio y largo plazo. Esta reforma no lo cumple y para mí es la mayor crítica, con independencia de la parte positiva de que algunas personas mejoren con ella.
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