
El primer mes del año ha arrancado con el sector exterior valenciano manteniendo su crecimiento y, sobre todo, con una fuerte caída de las importaciones con respecto al mismo mes del año anterior. Un giro que tiene un gran protagonista, el sector energético, ya que las ventas a otros países del gas natural de la regasificadora de Sagunto permiten la paradoja de que la Comunidad Valenciana logre un amplio superávit comercial en productos energéticos. Exportaciones curiosamente basadas en el carbono y que poco tienen que ver con las renovables o el hidrógeno de los que tanto se habla.
Las exportaciones de la Comunidad Valenciana han alcanzado un valor de 3.395 millones de euros en el mes de enero de 2023, lo que representa un incremento del 13,2% respecto al mismo periodo del año anterior. Por su parte las importaciones, después de que en algunos meses del año pasado llegasen a superar a las exportaciones, han caído un 12,1%, hasta 2.868 millones de euros.
Las peculiaridades de incluir solo un mes y los continuos altibajos de los precios de la energía han provocado una situación poca veces vistas en la balanza comercial valenciana. La región superó en ventas de productos energéticos a otros países a las compras, con exportaciones energéticas por valor de 341 millones de euros, un 120% superiores a las de enero de 2022, mientras la importación cayó un 54%, y se situó en algo más de 207 millones.
¿La 'Noruega' mediterránea?
Es decir, la Comunidad Valenciana registra por el momento un saldo positivo de 133 millones en energía. Aunque estas cifras no colocan a Valencia a la altura de Noruega, lo cierto es que las gasolinas y el gas generaron en enero un superávit mayor que el del sector del automóvil, que en enero alcanzó los 105 millones, o el que la química, de apenas 10 millones, y que contrasta con los déficits en sectores como las manufacturas, bienes de equipos y bienes de consumo.
¿Cómo se explica esto en una región sin petróleo, gas y que importa casi el 40% de la electricidad? Pues aunque no existe la materia prima, la autonomía cuenta con dos polos vinculados a los hidrocarburos.
Por un lado la refinería de bp en Castellón, el principal consumidor de petróleo, pero que también vende parte de sus gasolinas y combustibles transformados a otros países. Su volumen de exportaciones depende de factores como la propia demanda en España a los precios en otros mercados, si bien analizando el volumen de productos petrolíferos las exportaciones totales, por 158,6 millones, fueron menores a los 206 millones importados.
Por otro lado la regasificadora de Saggas en Sagunto, que con los altibajos de los precios del gas y los problemas de suministro en Europa por la guerra de Ucrania ya no sólo es puerta de entrada del GNL para España sino que redistribuye a otros países europeos como Italia.
De hecho, en enero la exportación de gas alcanzó un valor de 182 millones de euros y las importaciones apenas supusieron 100.000 euros según los datos oficiales. Hay que tener en cuenta que en el caso valenciano Comercio Exterior solo contabiliza como importación el gas que entra por Saggas, no el que llega a través de la red nacional que, lógicamente, procede de otros países y se inyecta en otras regasificadoras o por las gasoductos internacionales.
De esa forma los productos petrolíferos y el gas, en principio productos que pocos tildarían de valencianos, representaron el 10% de las exportaciones totales. Por ejemplo, superaron a una industria netamente exportadora como el azulejo (8,3% del total), que sigue de capa caída paradójicamente por el precio del gas y que redujo sus ventas al exterior un 7,7%, al igual que sus proveedores de fritas y esmaltes.
Situación puntual
Peso a lo llamativo de la estadística, está claro que se trata de una situación puntual y coyuntural, que no es posible que se sostenga a lo largo del año salvo y que está marcada por la elevada volatilidad en los precios de estos productos, ya que la materia prima siempre tendrá que ser importada y la mayoría de las compras se destinan al propio consumo en España.
El agroalimentario sigue liderando las ventas valencianos al exterior, al representar el 23,3% del total y crecer un 8,5%. El automóvil tras su descenso desde la pandemia se sitúa en el 14,8% del total, casi el mismo volumen que hace un año. Entre los sectores tradicionales, el calzado ha arrancado el año con un fuerte crecimiento tanto de importaciones como de exportaciones, superiores al 20% ambos.