El Parlament dio definitivamente ayer luz verde a los Presupuestos de la Generalitat para este 2023, en cuyas enmiendas finales se incluyeron los cambios fiscales pactados entre ERC y En Comú Podem en diciembre.
Se trata de modificaciones al alza en dos impuestos propios: el que se aplica a los pisos vacíos (que sube un 33% en todos sus tramos) y la conocida como tasa turística, que aumenta los importes que se aplican a los cruceros.
Sin embargo, este incremento de la presión fiscal tendrá un efecto muy limitado en la recaudación, de apenas 7,15 millones de euros adicionales para su primer año completo de aplicación, que será 2024.
Según los datos del Govern recogidos por elEconomista.es, los ingresos adicionales procedentes del impuesto a las viviendas vacías de grandes propietarios serán de 5,4 millones, a cobrar en 2024, ya que este tributo se calcula a final de año y se paga en el siguiente ejercicio.
Se trata de una cifra insignificante dentro del presupuesto total de la Generalitat, que contempla un gasto total de un 41.025 millones de euros en 2023, un 7,6% más respecto a las cuentas de 2022, mientras que la previsión de ingresos no financieros y no finalistas es de 31.408 millones de euros, un 5,2% más. Con todo, supone un salto dentro de este tributo, que para 2023 estima una recaudación de 9 millones, la misma que en el Presupuesto de 2022.
En el caso del impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos, la recaudación adicional estimada por los cambios para los cruceros que pasan 12 horas o menos en puerto es mucho más modesta, de 1,75 millones para año completo, que será 2024, ya que se trata de un gravamen de liquidación semestral y este 2023 solo se aplicará el cambio seis meses.
En cualquier caso, la estimación de recaudación de la tasa turística catalana para 2023, sin tener en cuenta la modificación aprobada ayer, es de 67 millones de euros, frente a los 45 presupuestados en 2022, debido a la recuperación del turismo tras la pandemia.
Más cambios
Más allá de las modificaciones tramitadas en el marco de las Cuentas autonómicas de 2023, la Generalitat aplicará otras cargas tributarias adicionales este año. Una de ellas es la subida temporal del impuesto de Patrimonio en Cataluña para equipararlo a la nueva tasa estatal a las grandes fortunas y evitar que el Estado capte ingresos de las rentas más elevadas de la región. La Generalitat calcula que supondrá una recaudación adicional de 12 millones de euros anuales para la Agencia Tributaria de Cataluña.
Asimismo, está en trámite un nuevo impuesto ambiental sobre las emisiones de los grandes barcos de mercancías y pasajeros que utilicen los puertos catalanes, con el compromiso de aprobarlo este año. Según la memoria del anteproyecto de ley de dicho gravamen, se plantea una imposición creciente año a año, y con liquidación trimestral, que afectará a más del 70% de los barcos que pasan por los puertos de Barcelona y Tarragona (con datos de 2019), con una recaudación desde 9,7 millones en 2023 y hasta 34 millones en 2026.
Próximo objetivo: ultraprocesados
El acuerdo presupuestario entre ERC y En Comú Podem también incluye el compromiso de iniciar durante el tercer trimestre de este año la tramitación parlamentaria de un nuevo impuesto sobre los alimentos ultraprocesados, siguiendo el espíritu del actual impuesto a las bebidas azucaradas envasadas. Los ingresos recaudados, todavía no estimados, se destinarán a la creación de "un fondo para apoyar a explotaciones sostenibles del sector primario".
El Ejecutivo catalán esgrime que las nuevas figuras fiscales que está introduciendo a nivel autonómico desde hace años tienen objetivos en favor del medio ambiente, la salud y la cohesión social, y no recaudatorios.
Los Presupuestos de la Generalitat salieron ayer adelante con los votos a favor de ERC, PSC y En Comú Podem y el voto en contra de Junts, CUP, Vox, PP y Cs. Los republicanos y los socialistas rubricaron su acuerdo presupuestario el 1 de febrero, si bien no incluyeron aspectos fiscales.