La economía de Rusia está resistiendo mucho mejor de lo esperado a las sanciones impuestas por Occidente. Frente a la debacle prevista al comienzo de la guerra, el PIB ruso retrocedió en 2022 'solo' un 2,1%. Sin embargo, pese a que la recesión ha sido inferior a lo previsto, los datos de la economía rusa revelan que el golpe está siendo suficiente para romper la tendencia que mostraban muchos de los indicadores clave de la economía rusa.
Moscú ganaba (sigue ganando) mucho dinero con las ventas de 'energía' a Europa, a la par que se beneficiaba de buenos acuerdos comerciales para importar tecnología y maquinaria europea. Ahora, Rusia tiene que 'buscarse' la vida para mantener sus relaciones comerciales y pagar un mayor precio por las importaciones, a la vez que recibe un precio más bajo por sus exportaciones. El negocio no ha sido del todo bueno.
Desde la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022, el Consejo (de la Unión Europeo) ha adoptado diez paquetes de sanciones contra Rusia y Bielorrusia. "Las sanciones apuntan a debilitar la capacidad de Rusia para financiar la guerra y apuntan específicamente a la élite política, militar y económica responsable de la invasión", asegura el Consejo en una nota publicada para explicar el impacto de las sanciones.
La caída del PIB
"Las medidas restrictivas no se dirigen a la sociedad rusa. Es por ello que áreas como la alimentación, la agricultura, la salud y la farmacéutica quedan excluidas de las medidas restrictivas impuestas", señala la nota del Consejo. No obstante, aunque las sanciones no apunten a la población, resulta casi imposible que no terminen afectando a los ciudadanos rusos en términos económicos. Uno de los efectos más claros se puede ver en la actividad del país: "La economía rusa se está contrayendo".

Según el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), 2022 fue un mal año para la economía rusa. Se estima que en 2022, el producto interno bruto (PIB) de Rusia cayó al menos un 2,1% en el mejor de los casos (estimaciones del instituto nacional de estadística de Rusia) y hasta un 3,9% en el peor de los casos.
Además, la economía de Rusia podría seguir contrayéndose en 2023. Se prevé que su PIB disminuya un 5,6% en el peor de los casos (OCDE) o un 3,3% según el Banco Mundial. El FMI espera un ligero crecimiento en 2023 (0,3%). La economía de Rusia podría haber aprovechado de mejor forma la recuperación de la economía global tras la crisis del covid si no hubiera dado comienzo a la guerra en Ucrania. El precio del petróleo y el gas se encontraba ya en niveles elevados antes del conflicto. Tras el comienzo de la guerra, las sanciones de Occidente han forzado a Rusia a vender su petróleo con un descuento de alrededor de 30 dólares respecto al Brent, la referencia global.
Caída del comercio
Las medidas restrictivas impuestas por Occidente tienen también como objetivo las importaciones de ciertos bienes de Rusia (maquinaría, tecnología...) y la exportación de otros tantos bienes (sobre todo materias primas). "La lista de productos prohibidos está diseñada para maximizar el impacto negativo de las sanciones en la economía rusa, al tiempo que limita las consecuencias para las empresas y los ciudadanos de la UE", según sentencia la nota del Consejo.

Las cifras están demostrando que las medidas restrictivas están dando sus frutos. Tanto el Banco Mundial como el FMI estimaron que en 2022, el comercio de bienes y servicios de Rusia disminuiría significativamente. En 2023, las exportaciones seguirán cayendo, mientras que se espera que las importaciones sean mayores que en 2022. En el mes de febrero se estima que los ingresos por petróleo de Rusia han caído a la mitad.
Hablando de datos ya cerrados. Por ejemplo, según la agencia Eurostat, desde febrero de 2022, cuando el Kremlin ordenó la invasión de Ucrania, hasta diciembre de 2022, las importaciones rusas cayeron desde el 9,5% al 4,3%, mientras que las exportaciones europeas hacia el país euroasiático también retrocedieron desde el 4% al 2%.
La política de sanciones para reemplazar los combustibles fósiles rusos tuvo un impacto en el intercambio comercial entre la UE y Rusia, pero es especialmente acentuado en los sectores en los que pesan las sanciones, caso del carbón, gas natural, fertilizantes, petróleo y acero.
La inflación en Rusia
En cuanto a la inflación, hay que decir que los precios han subido con fuerza en 2022 hasta promedia un IPC de alrededor del 14%. Las previsiones hablan de una moderación del IPC para este 2023 hasta el 6,5% más o menos.

Sin embargo, el último informe del propio Banco de Rusia sobre la economía admitía que las fuerzas inflacionarias están comenzando a despertar una vez más. La reciente caída del rublo frente al dólar está encareciendo las importaciones. Por otro lado, algunos analistas esperan que Rusia cubra su creciente déficit público con la emisión de moneda (la impresión de nuevos rublos, este lunes Bloomberg publicó otro nuevo aumento del déficit ruso), lo que presionaría a la baja aún más el tipo de cambio de la divisa rusa y agudizaría la inflación. De modo que las previsiones de la OCDE y otros organismos podrían quedarse cortas para 2023.
La bolsa rusa
Las sanciones también están teniendo consecuencias para el mercado de capitales ruso. "La guerra y las sanciones también han tenido un impacto significativo en las empresas rusas. Desde febrero, el índice principal de la Bolsa de Moscú ha caído más de un tercio", según explican los economistas del Eurogrupo.

Estos gráficos y datos revelan que la economía de Rusia está sufriendo un golpe importante en su economía. Sin embargo, la crisis que vive Rusia no tiene nada que ver con lo que se había previsto en un primer momento. Algunas casas de análisis es instituciones habían estimado que la caída del PIB en 2022 podía incluso superar el 10% del PIB. Rusia ha logrado esquivar parte de las sanciones a la importación de bienes extranjeros usando como puentes comerciales a varias de las repúblicas exsoviéticas con las que Moscú aún tiene estrechas relaciones. Por otro lado, grandes potencias como la India o China están comprando su petróleo en cantidades masivas, lo que ha provocado una reconfiguración del comercio ruso más que una drástica caída (que también).
Un documento del Banco para la Reconstrucción y el Desarrollo Europeo mostraba la drástica reducción de las exportaciones de la UE, el Reino Unido y EEUU a Rusia tras la introducción de sanciones económicas en marzo de 2022 tras la invasión rusa de Ucrania. Al mismo tiempo, revela el aumento de las exportaciones a Armenia, Kazajistán y la República Kirguistán (todos los miembros de la Unión Económica Euroasiática o UEE). El estudio también documenta el fuerte aumento de los flujos comerciales entre estos estados y Rusia. La UEE es una unión económica nacida en 2015 que está formada por Rusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán y que planea abrir sus puertas a otros países como Uzbekistán o Corea del Norte. Estas argucias están permitiendo que Rusia resista mejor de lo esperado pese a la caída que revelan los gráficos.