
La segunda cumbre Comunidad Valenciana-Baleares además de mostrar la buena sintonía entre los tripartitos que gobiernan ambas regiones y las aspiraciones federalistas de sus dos presidentes socialistas ha servido para concretar medidas en uno de sus principales motores económicos: el turismo.
En la clausura del encuentro, el presidente valenciano Ximo Puig y la presidente balear Francina Armengol han anunciado que plantearán al Gobierno la creación de un fondo estatal de formación para empresas y trabajadores turísticos, que gestionen las comunidades autónomas. Según Puig, el objetivo es que esos fondos se utilicen para cursos de formación durante la temporada baja, de forma que los trabajadores fijos discontinuos puedan seguir de alta laboral en el periodo en que no trabajan.
Una medida que el presidente valenciano consideró que incentivaría la productividad de dos regiones con un fuerte peso turístico y que suman 23 millones de turistas internacionales al año.
Precisamente ambos Gobiernos autonómicos pusieron en marcha con la pandemia programas para incentivar el consumo turístico interno ante las limitaciones a la movilidad y ahora lanzarán un bonoviaje común. Para ello habilitarán una plataforma digital con la oferta conjunta de empresas de los dos destinos, que incluya alojamientos, servicios turísticos y compañías de transporte aéreo y marítimo que conectan las dos comunidades, e irá dirigido a ciudadanos y ciudadanas de ambas comunidades.
Aunque Puig aseguró que el programa, bautizado como Val-Bal, aún debe cerrarse con el sector privado, aseguró que el sector público aportará la plataforma y la promoción y las empresas adheridas aplicarán un descuento del 15 % sobre el precio de mercado. Un porcentaje notablemente inferior al aplicado en el caso del bono viaje valenciano, en que la administración subvenciona entre el 50% y el 60% del gasto y que para el año que viene prevé una dotación de 15 millones de euros.
Viejas reclamaciones
Esas dos iniciativas son las más concretas incluidas en la 'Declaración de València', firmada por ambos, que además recoge algunas posturas comunes que Puig y Armengo defienden desde hace años, como un "federalismo de hechos" para los distintos territorios que integran España y, por supuesto, una reforma en la financiación autonómica que aporte más recursos a las comunidades.
En esa línea, también reclamaron más peso en las decisiones y en la gestión de los fondos europeos. La presidenta balear consideró fundamental "reforzar el escudo social ante la inflación" e incluyó dar más capacidad a las autonomías en la normativa sobre el alquiler de viviendas, un problema en ambos territorios.
Los dos líderes socialistas se desmarcaron de las críticas de otros barones regionales por la reforma de los delitos de sedición y malversación, y defendieron que el diálogo político del Gobierno de Pedro Sánchez ha mejorado la situación en Cataluña.