
La inflación y la crisis energética siguen golpeando a los hogares, empresas y economías de todo el mundo. Una situación a la que los bancos centrales y los gobiernos están respondiendo de maneras muy dispares. Solo hay fijarse en las posturas adoptadas por el de España y el Reino Unido: mientras que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se encuentra ultimando los preparativos de un nuevo impuesto para las grandes fortunas españolas, la nueva primera ministra británica, Liz Truss, ha anunciado una batería de medidas que beneficiará principalmente a los ricos.
El nuevo plan de crecimiento destinado a impulsar la economía de Reino Unido se ha convertido en la segunda mayor rebaja de impuestos de la historia del país. Entre las medidas que incluye, destacan cinco: la suspensión de la subida del impuesto de Sociedades del 19% al 25% prevista para 2023, la bajada de 5 puntos (del 45% al 40%) del tipo máximo del IRPF, la anulación de la subida de 1,25 puntos de las cotizaciones sociales, el aumento de 125.000 libras del mínimo exento para el impuesto del 5% en la compra de vivienda y la reintroducir la exención del IVA para los turistas internacionales.
Asimismo, pretende anular la prohibición a los bonus para los banqueros impuesta tras la crisis financiera. En una entrevista concedida a Sky News, Truss justificó esta medida señalando que el "crecimiento relativamente bajo" del Reino Unido se debe a la falta de inversión de capital, por ese motivo "está dispuesta a hacer lo que haga falta para que el dinero de la City de Londres fluya".
En total, el estímulo económico de Truss ascenderá a 165.000 millones anuales durante dos años y se financiará con la emisión de más de 75.000 millones de libras en bonos adicionales en 2022. A esto tendrá que sumar, además, los 130.000 millones de libras al año destinados a congelar las facturas de la luz y los 45.000 millones de libras que las arcas británicas dejarán de ingresar cada ejercicio. Según el análisis de emergencia de la Resolution Foundation, estas medidas permitirán que 30.000 millones de libras se queden en los bolsillos del 5% más rico del país.
En cambio, el gravamen temporal que está preparando Hacienda busca que los grandes patrimonios sean quienes hagan un "mayor esfuerzo" para salir de esta crisis. Por el momento, el ministerio de María Jesús Montero solo ha detallado que entrará en vigor en 2023 y que la idea es recaudar unos 2.300 millones, 1.100 millones más que lo habitual.
Otra de las cosas en las que chocan ambos países es en la forma de financiar las ayudas a la electricidad. En el caso de España, el Gobierno de Pedro Sánchez ha diseñado un impuesto extraordinario que gravará los beneficios de las compañías energéticas. Liz Truss, por su parte, dejó claro que su plan para hacer frente a la crisis actual no incluiría un tributo a los ingresos de las eléctricas. En ese sentido, la primera ministra señaló que su objetivo es "atraer la inversión" para "aumentar la producción de energía", no lo contrario.
La vuelta del Tax Free
Dos años después de que el ministro de Hacienda de Boris Johnson, Rishi Sunak, suprimiera las compras sin IVA por considerarlas una "costosa desgravación" de la que solo se beneficiaba Londres, Kwasi Kwarteng ha decidido recuperarlo.
Con este impuesto, el actual ministro de Hacienda quiere que las tiendas, aeropuertos y centros comerciales se beneficien de los millones de turistas que visitan cada año Reino Unido. El Tesoro calcula que el nuevo gravamen costará unos 1.270 millones de libras en su primer año en vigor (2024-25), según recoge Vogue Business.
Las grandes marcas y los minoristas de Reino Unido -como Harrods y Selfridges- han acogido con gran entusiasmo la vuelta de las compras sin IVA. En su momento, algunos de sus directores generales expusieron a Sunak la desventaja competitiva en la que quedaba Londres respecto a otras ciudades europeas.
Por su parte, Walpole -el organismo que agrupa a los miembros del sector del lujo- publicó un informe en que concluía que se podrían alcanzar ventas al por menor de 1.200 millones de libras y atraer a 600.000 turistas más si se reintrodujera el conocido como Tax Free. En dicho documento, también especificaba lo que aporta el sector a la economía británica: aproximadamente 30.000 millones de libras cada año.