Desde que Venezuela abandonó la hiperinflación a principios de año, la crisis económica que había obligado a retirar 9 ceros de los billetes en apenas 3 años parecía haber tocado a su fin, con la dolarización oficiosa del país. Y en un año en el que el petróleo ha aumentado notablemente su precio, lo esperable era que las cuentas pudieran cuadrar sin muchos problemas. Pero el país caribeño parece haber vuelto a las andadas: en una semana, la 'máquina de imprimir dinero' se ha puesto a funcionar a toda marcha y la masa monetaria total del país se ha disparado un 36%, lo que augura un fuerte aumento de la inflación.
Los datos son históricos: es la segunda mayor impresión de dinero en una semana, solo superado por el 40% que se disparó la masa monetaria en septiembre de 2018, en medio de la ola hiperinflacionaria. A eso se le suma un aumento del 44% del tipo de cambio del dólar, la mayor subida en más de un año. Y los precios lo están notando: la media anual de inflación está en el 137%, según el Banco Central de Venezuela (BCV), pero el dato anualizado del último trimestre es del 480%, según las estimaciones de Bloomberg.
Todo ello pese a que las sanciones de EEUU están aligerándose, en parte por la búsqueda de nuevos socios petroleros tras el embargo a las exportaciones energéticas rusas. El Gobierno de Joe Biden se ha reunido dos veces con representantes del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, y el comercio entre ambos países ha aumentado un 44% en el primer semestre, alentando un crecimiento del PIB que podría rondar los dos dígitos tras 8 años de recesión catastrófica y profundísima.
El problema detrás de esta nueva crisis es que el país está volviendo a sobrevalorar el bolívar. Hasta ahora, el aumento de sus ingresos en dólares le permitía subastar suficientes divisas para mantener contentos a los bancos. Pero las reservas han vuelto a dar señales de agotamiento, y el BCV ha vuelto a recortar las subastas, de más de 400 millones en mayo a poco más de 200 millones en agosto, lo que ha disparado su precio. Por si fuera poco, hace una semana un juez de EEUU ordenó a Venezuela el pago de 8.700 millones de dólares a ConocoPhillips por la expropiación de sus inversiones en el país en 2013, presionando aún más a sus maltrechas reservas.
Para el economista José Manuel Puente, la situación solo va a ir a peor porque el bolívar está "extremadamente sobrevalorado" y un dólar debería cambiarse por 20 bolívares, frente a los 7,9 del tipo de cambio oficial. El mercado negro ya se mueve sobre los 10 bolívares, y no tiene visos de relajarse.
Con este nuevo golpe monetario, Venezuela vuelve a entrar en las arenas movedizas de las que creía haber salido el pasado mes de enero, cuando se declaró el final de la hiperinflación tras cuatro largos años. Maduro celebró el hito intentando frenar la dolarización del país, aprobando un impuesto a las transacciones con la moneda estadounidense. Pero, sin reformas reales a la machacada economía caribeña, el breve respiro parece estar tocando a su fin.