Economía

Los países bálticos son los que más calientan la inflación de la eurozona y ya se asoman a la recesión

  • La inflación de Estonia, Lituania y Letonia duplica la media de la zona euro
  • Sus economías se han contraído en el segundo trimestre respecto al primero
  • Sus bancos centrales destacan los riesgos de sus economías y ven recesión
Estonia. Foto: Dreamstime.

Los países bálticos están calentando la ya elevada inflación de la eurozona con tasas anuales superiores al 20%. Estonia, Letonia y Lituania son los peores del euro y consiguen duplicar el Índice de Precios al Consumo (IPC) medio del conjunto, que es el más elevado de la historia. Los vecinos del norte son los que más contribuyen a ese récord. El fenómeno báltico se explica por particularidades como su proximidad geográfica con Rusia y Bielorrusia, sus vínculos comerciales con los países más afectados por la guerra y por la cesta de la compra de la población.

De los tres, Estonia se lleva la peor parte con unos precios en agosto que escalan al 25,2% interanual, según la primera lectura estadística publicada este miércoles por Eurostat. Le sigue Lituania con una tasa de inflación que se sitúa en el 21,1% respecto a agosto de hace un año. Letonia, pese a que ha logrado reducir los precios en medio punto porcentual de un mes a otro, en su caso, la cifra se sitúa en el 20,8%. 

Sus tasas se alejan -y mucho- de la media de la eurozona y las comparaciones se agravan si los datos se contrastan con los que mejor lo hacen del entorno. Francia ha logrado el dato menos elevado, con su IPC en el 6,5% interanual en agosto que, aun así, triplica el objetivo de estabilidad del Banco Central Europeo (BCE). De nuevo, los números evidencian el reto que tiene por delante el organismo para doblegar la inflación y, además, lograr la correcta transmisión de su política monetaria.  

Volviendo a la situación de los tres países que asoman al Mar Báltico, allí, la espiral inflacionista de doble dígito va de la mano de un enfriamiento económico en el segundo trimestre, lo que agrava los temores de recesión. "El pronunciado incremento de los precios energéticos durante el verano hace muy posible que la economía vaya a entrar en recesión en la segunda parte del año", sostiene Kaspar Oja, economista del banco central de Estonia (Eetsi Pank). En una valoración del panorama macroeconómico publicada este miércoles, el experto explica cómo el crecimiento se ha ido al traste en la parte final del trimestre, lo que lleva a otra revisión a la baja del pronóstico ya deteriorado de primavera. Mientras, el PIB estonio de abril a julio ya refleja el impacto, tras contraerse un 1,3% respecto al primer trimestre.  

El banco central de Estonia advierte de recesión

Oja explica el contraste. Las ventas minoristas o la producción industrial empezaron el trimestre con mucha fuerza, pero "eso ha cambiado" al acercarse el último tramo del periodo. En Estonia, por ejemplo, los precios energéticos no se han moderado mientras que en el conjunto de la eurozona sí lo han hecho.  

La explicación del banco central es que el crecimiento se ha visto frustrado por las dificultades de suministro, la guerra y por los elevados precios energéticos, que han evolucionado hasta acercarse a un "escenario de riesgo". De hecho, el organismo advierte de que el coste de la energía "va a dificultar mucho las cosas a un gran número de negocios ". En Estonia han aumentado los salarios, pero no lo suficiente como para contrarrestar la inflación. 

En Lituania la situación es parecida. La inflación anual se debe, principalmente, a la electricidad, al gas, a los combustibles fósiles o a la vivienda, según Statistics Lithuania. Además, aunque su economía ha crecido en la primera parte del año, esa tendencia se ha revertido en el segundo trimestre. El PIB se ha contraído un 0,5% en comparación intertrimestral, según la estadística nacional. Es la tercera lectura del dato y la definitiva llegará en octubre. Antes de la última publicación, lo que ya muestran las cifras es la caída del consumo, que ha bajado un 2,4% de abril a julio respecto a los tres primeros meses de 2022.  

Lituania: riesgos de impago y sobrecalentamiento inmobiliario

"Mientras las economías globales y la europea salen de la parada provocada por la pandemia, nosotros nos encontramos en una nueva fase de incertidumbre debido a la invasión de Ucrania. Por eso, el sistema financiero de Lituania y la economía en su conjunto se están enfrentando a riesgos significativos", advierte Gediminas Simkus, presidente del Consejo del banco central de Lituania (Lietuvos Bankas).  

El organismo identifica tres riesgos: la posibilidad de impago de empresas y familias y el sobrecalentamiento del sector inmobiliario. En el caso del tejido empresarial, su debilidad se halla en que el comercio lituano depende, en mayor parte, de los países más afectados por la guerra; en los hogares, la inflación y las perspectivas de subidas de los tipos de interés dificultan su capacidad para hacer frente al crédito.   

Además, el banco central de Lituania avisa con especial énfasis de la situación del mercado inmobiliario. El organismo explica que el crecimiento es "insostenible" en un sector que está encarecido, en concreto, un 9% por encima de su valor real. En este caso, el temor se centra en que la burbuja explote y los precios caigan en cascada, provocando pérdidas generalizadas.   

Letonia: 40% del consumo en energía y alimentos

Yendo a Letonia, también se observa una caída del PIB en el segundo trimestre respecto al primero (-1%), según su propia estadística (Official statics of Latvia). "La comida y la energía suponen una gran parte del gasto de la cesta de la compra de los letones y esos precios están subiendo de forma especial", explica un análisis de su banco central (Latvijas Banka). Eso provoca que, en el país, la escalada de los precios sea más pronunciada y más rápida.  

El organismo calcula que el 40% del total de los gatos de su población se va a la alimentación y a la energía, mientras que ese porcentaje es del 26% de media en la zona euro. Una diferencia de 14 puntos porcentuales, que explica la escalada de los precios a doble dígito en Letonia. 

"Los precios disparados de la comida y la energía van a restringir el poder adquisitivo de la gente y van a provocar que su gasto sea más consciente", anticipa el banco central. En su caso, en su última revisión macroeconómica, el organismo ha elevado las perspectivas de crecimiento para 2022, del 1,8% al 2,9%. Sin embargo, consideran que la ralentización va a tener lugar a finales de año y, por ello, sí recalculan a la baja el PIB de 2023. En ese análisis, lo que no ven es un freno a la inflación, que siguen revisando al alza.

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