
La visita al tribunal médico es uno de los pasos más importantes en el proceso de solicitud de una pensión de incapacidad permanente. Las características de este paso, que somete al aspirante a pensionista al escrutinio de los miembros del tribunal, lo convierte en el más delicado y el más temido por los solicitantes de la pensión.
A la hora de acudir al tribunal médico (como se conoce de forma coloquial al Equipo de Valoración de Incapacidades, el EVI), es importante que el solicitante de la pensión de incapacidad permanente tenga claro qué es lo que pedirán de él sus miembros, así como las pruebas que tenga que pasar antes del dictamen de ese tribunal.
Una de las pruebas por las que pasará el trabajador es la serie de preguntas que los integrantes del tribunal médico le harán con el objetivo de saber cómo le afecta su enfermedad o dolencia en su vida laboral y su vida privada. Estas preguntas tienen ese objetivo para que, después, se pueda emitir una recomendación o denegación de la pensión y, en caso afirmativo, el grado de la misma.
Entre las preguntas que los miembros del tribunal hacen al trabajador pueden darse algunas que hagan sospechar a ese solicitante de la pensión. Son una especie de 'preguntas trampa' que no se hacen con malas intenciones, pero que sí buscan dejar claro cuáles son los efectos de la enfermedad o dolencia en la persona que solicita la pensión de incapacidad permanente.
Lo que el trabajador debe hacer en todo momento es no perder la calma, estar tranquilo y responder con sinceridad total a las preguntas de los miembros del tribunal. El gabinete Fidelitis, especializado en cuestiones de incapacidad temporal y permanente, analiza cuáles son esas preguntas trampa que pueden poner en aprietos a las personas examinadas por el tribunal.
-¿Qué tal te encuentras?
-¿Has mejorado de tu enfermedad o lesión en el tiempo que llevas de baja?
-¿Has venido solo o acompañado?
-¿En qué puesto trabajas?
-¿Qué tipo de tareas solías realizar a diario?
En todo caso, el trabajador debe recordar que el tribunal médico es solo un paso más de un largo proceso que puede durar hasta 135 días hábiles, el plazo máximo que tiene la Seguridad Social para comunicar al solicitante si se le ha concedido la pensión de incapacidad permanente (y con qué grado).
De hecho, es importante incidir en que es la Seguridad Social la encargada de otorgar o denegar la pensión de incapacidad permanente. Su dirección provincial correspondiente tiene la responsabilidad de hacerlo y no el tribunal médico, cuya opinión no es vinculante en ningún caso. Eso sí, a menudo el dictamen de sus miembros es tenido muy en cuenta por la Seguridad Social, por lo que la visita a este tribunal médico puede considerarse como un paso clave en la solicitud de la pensión.