Economía

Se agudiza la crisis política en Italia: después del M5E también la derecha rompe con Draghi

  • El primer ministro transalpino choca con la negativa de la Liga y Forza Italia
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El paso atrás de Mario Draghi no fue suficiente. El expresidente del BCE, que anunció la semana pasada sus dimisiones, decidió dar una oportunidad a los partidos italianos frente a las numerosas peticiones de actores sociales y económicos, además de la carta de un millar alcaldes de todas las partes políticas que le pedían seguir en el cargo para garantizar la estabilidad de Italia. "Estoy aquí hoy sólo porque los italianos me lo pidieron" dijo Draghi delante del Senado - donde la semana pasada el Movimiento 5 Estrellas (M5E) no votó la moción de confianza a su plan de estímulo económico - enumerando las reformas que Italia necesita para cumplir con los objetivos del plan de recuperación europeo y pidiendo a los partidos si estaban dispuestos a renovar el pacto de "unidad nacional" que hizo nacer su Ejecutivo hace año y medio. "No tenéis que responder a mi sino a todos los italianos" concluyó su discurso el exbanquero.

Draghi criticó también las trabas puestas en los últimos meses por el M5E y la derechista Liga y pidió un compromiso claro para cumplir, sin más tensiones, con la agenda de Gobierno y los compromisos europeos: "Antes de final de año tenemos que alcanzar 55 objetivos del Plan nacional de recuperación para obtener una nueva erogación de 19.000 millones" recordó el primer ministro delante del Senado.

La negativa populista

Las condiciones puestas por el expresidente del BCE se toparon sin embargo con la oposición de las fuerzas populistas. A la ruptura anunciada la semana pasada por el M5E se sumó la negativa del centroderecha a seguir con el actual Ejecutivo. La Liga tomó como un ataque la referencia de Draghi a la reforma de la competencia: el Gobierno del expresidente del BCE buscaba liberalizar algunos sectores económicos como los taxis y las concesiones de playas que representan bastiones electorales del partido derechista liderado por Matteo Salvini. El resultado fue que la Liga pidió "discontinuidad" y un nuevo programa de Gobierno para seguir apoyando al exbanquero. Una provocación para romper con los aliados de la mayoría de "unidad nacional" e ir a elecciones anticipadas. En su ruptura la Liga se llevó consigo los restos de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi en crisis de consensos.

El resultado fue que mientras el M5E votó en contra de la confianza a Draghi, Forza Italia y la Liga decidieron apoyar una moción alternativa a la presentada por el Gobierno, en la que se pedía la formación de otro Ejecutivo. El gabinete del expresidente del BCE recibió el apoyo de varios partidos de centro y de la izquierda progresista del Partido Demócrata. Una situación de atolladero en la que la opción más viable son las elecciones anticipadas.

La idea de Salvini y Berlusconi es volver a formar, de cara a las próximas elecciones, una coalición de centroderecha con Hermanos de Italia, formación que hasta ahora ha estado en la oposición del Ejecutivo de Draghi.

Las encuestas otorgan a la coalición de derecha la mayoría de los escaños en caso de comicios anticipados, que se celebrarían en octubre. En el otro bando, la crisis provocada por el M5E rompe la alianza entre los "5 Estrellas" y el Partido Demócrata para frenar el frente conservador.

La decepción de los mercados

Durante los próximos meses el Gobierno de Mario Draghi seguiría en funciones a la espera del éxito electoral y de la formación de un nuevo Ejecutivo. Hay que recordar, sin embargo, que en 2018 - debido a la inestabilidad política y a la complejidad de la actual ley electoral - Italia tardó 70 días, después de las elecciones generales, para tener un Gobierno en pleno de sus poderes.

Resulta difícil, además, que un Gobierno en funciones pueda respetar los compromisos europeos empezando por la reformas judicial y fiscal que Draghi había indicado en su agenda para los próximos meses.

Mientras tanto el agudizarse de la crisis política sigue perjudicando a los mercados de la deuda que habían dado, en vez, un suspiro de alivio cuando, por la mañana, Draghi había congelado sus dimisiones a la espera de una señal de los partidos. Después del discurso en el que el expresidente del BCE anunciaba su disponibilidad para seguir en el cargo, el diferencial de la prima de riesgo había bajado hasta los 193 puntos, mientras el rendimiento del bono transalpino a 10 años perdía 14 puntos básicos llegando al 3,1 por ciento.

Por la tarde, tras la negativa de Liga y Forza Italia a seguir apoyando este Gobierno, el diferencial subió hasta los 237 puntos, con el bono que se acercó al 3,5%. La Bolsa de Milán se vio afectada otra vez por la banca, con los principales valores Intesa Sanpaolo, Unicredit que perdieron respectivamente el 3,5 y el 2,7%.

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