
Un informe publicado por el Banco de España analiza el impacto de perder un trabajo en las futuras ganancias de los empleados de distintos países, un lastre que se percibe con mayor intensidad en España.
El trabajo, firmado por Antoine Bertheau, de la Universidad de Copenhague, Edoardo Maria Acabbi, de la Carlos III de Madrid, Cristina Barceló, del Banco de España, Andreas Gulyas, de la Universidad de Mannheim, Stefano Lombardi, del Instituto Vatt de Helsinki y Rafael Saggio, del National Bureau of Economic Research (NBER), analiza la situación tras el despido en Dinamarca, Suecia, Francia, Austria, Italia, Portugal y España.
Las conclusiones son contundentes: son los ciudadanos de los países nórdicos los que experimentan las mermas de ingresos más reducidas, mientras que para los del sur de Europa fueron tres veces más altas. En este punto, es España el país que se anota el mayor retroceso.
Para los autores, la clave de estas diferencias es que los despedidos del sur de Europa tienen menos posibilidades de volver a encontrar un empleo tras un despido. Pero no es el único factor.
También apunta a la "menor generosidad" del sistema del bienestar para los desempleados y a la "pérdida de las primas salariales específicas que pagan los empleadores", como una parte sustancial de las pérdidas salariales en todos los países.
El informe muestra que, en el momento del despido, la pérdida de ingresos es superior en Italia que en España. Pero en el primer año estas se incrementan hasta un 45% en nuestro país, la más elevada de la tabla.
A los 5 años, siguen siendo un 32,5% más bajos que antes del despido, una pérdida que prácticamente triplica la sufrida en Dinamarca, Suecia o Francia.
Sin embargo, la peor evolución de los ingresos de los españoles no se corresponde con una peor situación en lo que se refiere a su empleabilidad.
La tasa de despedidos que permanecen en paro en el primer año es del 40,4%, pero se reduce el 14,4% en los cinco años siguientes. Casi diez puntos menos que Portugal y cinco menos que Italia, aunque 11 puntos más que Suecia.
Aun así, el estudio muestra que España es también el tercer país con la probabilidad más alta de permanecer en desempleo tras un despido, después de sus vecinos del sur.
La mayor pérdida en futuros sueldos
En el apartado en el que España sí lidera el ránking de estos siete países es en la pérdida salarial al acceder a un nuevo empleo.
Así, las personas que pierden un empleo en nuestro país acumulan la mayor caída de sueldo al acceder a uno nuevo. Un efecto que se agrava además con el tiempo y coloca a nuestro país como el 'farolillo rojo' del informe.
En este punto, el análisis trata de determinar cuánto de este retroceso se debe a la pérdida de las "primas salariales" con el despido. Es decir, las subidas acordadas en función de la productividad o la antigüedad o la productividad.
Este factor cobra también más relevancia con el tiempo. Así, en España la pérdida de estos 'extras' explicaría un 26% del retroceso salarial en el primer año y un 35% en el quinto año.
Sin embargo, el peso de esta variable es más bajo en España que en el resto de países. Queda por detrás de Dinamarca (46% del descenso salarial) y a una distancia aún mayor de Portugal, donde la desaparición de las primas explica un 98% de la pérdida salarial.
Por otro lado, el estudio revela hasta qué punto la indemnización por despido influye en la evolución salarial. Así, en España este abono impide una pérdida neta en el momento del despido. En Francia, Italia y Suecia se produce una ganancia.
Por el contrario, en Dinamarca, donde el coste de despedir es mucho menor que en el resto, esa pérdida se produce con mayor intensidad en primer momento, pero cinco años después sus trabajadores son los que más cerca están de recuperar el nivel salarial previo al despido en su anterior trabajo.