
Primero fue la demanda desorbitada de todo tipo de productos aupada por los confinamientos de 2020 la que dejó los estantes vacíos en los supermercados, luego el bloqueo en el Canal de Suez tras quedar atravesado durante varios días el portacontenedores Evergreen, y después la incertidumbre de la guerra en Ucrania, que también incitó en cierto modo al acopio. Las cadenas de suministro llevan más de dos años en tensión y parece que la segunda mitad del año en marcha no dará tregua: las protestas laborales prometen ser el nuevo foco de estrés de la oferta.
Con la inflación por las nubes, las peticiones de revisión de los salarios se multiplican ante la evidente pérdida de poder adquisitivo en un contexto generalizado de altos precios. Y esta mejora se reivindica en todos los sectores, aunque impacta más cuando la huelga se da en logística o transporte de viajeros.
Los puertos del norte de Europa están entre los más congestionados del mundo, en parte por los brotes persistentes de covid y en parte por los esporádicos de paros laborales que están teniendo lugar. Pero la huelga portuaria también tiene a EEUU contra las cuerdas.
Ya hay un 'atasco' de entre ocho y 10 días en el puerto de Savannah, en Georgia, debido a que allí se están desviando cargamentos procedentes de Asia que buscan evitar posibles disturbios laborales en Los Ángeles (EEUU); el contrato de los trabajadores portuarios de la costa oeste expiró el viernes y las conversaciones continúan, de momento sin acuerdo, recoge Bloomberg. En el área de Nueva York, los barcos llegan a esperar 20 días para salir.
Caos también en el aire
Y de puertos, a aeropuertos. El descontento de los trabajadores se está haciendo notar especialmente EEUU y Europa, donde se están cancelando miles de vuelos porque la escasez de personal no permite abarcar la euforia turística postcovid en su totalidad. En estas, el mercado de la carga aérea puede salir también afectado porque a más vuelos en tierra, más se reduce la capacidad de carga habilitada en los vuelos comerciales (las reglas temporales de Europa que permiten que las mercancías viajen en cabinas de pasajeros vacantes expiran a finales de este mes).
El suministro energético también está en vilo y no solo por la escasez y la amenaza rusa. Los trabajadores también reivindican mejoras salariales. Esta mañana se ha dado un gran alivio para el gas al desconvocarse, de momento, la huelga convocada en Noruega por trabajadores del sector petrolero y gasista, que exigen una revisión de los salarios en línea con la inflación.
El conflicto amenazaba con paralizar el suministro de hidrocarburos al resto de Europa continental y Reino Unido, en un momento de máxima tensión.