El salario medio en España, de 1.751 euros mensuales en 2021, otorga al país la tercera relación más alta de la Unión Europea entre salario medio y Producto Interior Bruto (PIB) por habitante. Sin embargo, cuando el sueldo se compara con la productividad media cae al sexto puesto en la clasificación y plantea una duda sobre su sostenibilidad.
El sueldo medio español supone un 82,6% del PIB per cápita, una relación que según el VIII Monitor Adecco sobre Salarios indica "un nivel acorde a lo que puede sostener la economía". Solo Alemania, con un 84%, e Italia, con un 82,9%, superan la proporción española.
Otros países del entorno español como Francia y Portugal reflejan una relación de salario con relación al PIB per cápita del 80,4% y del 64,6%, respectivamente. Dentro de la UE, la relación más baja está en Luxemburgo, donde el salario medio supone un 36,7% del PIB per cápita, y en Irlanda, del 41,7%.
Brecha entre el crecimiento de los salarios y el de la productividad
Los problemas surgen al comprar salario medio con productividad media, entendida como PIB por persona ocupada. La posición de España en el ranking cae hasta el sexto puesto porque el sueldo medio equivale al 34,9% de la productividad. En Alemania, en primera posición, la correlación es del 45,3%, seguido de Holanda, con un 39,1%, Dinamarca y Austria, con un 37,8% en ambos casos, e Italia, del 35,2%.
Los salarios deben guardar una cierta correspondencia con el valor de la producción que ese trabajo contribuye a realizar y alerta de ciertas dudas en la sostenibilidad de los niveles salariales de España, ya que entre 2016 y 2021 mostró la peor dinámica en esta variable.
España no es el único país que se encuentra en esa situación. En la última década se ha abierto una brecha entre el crecimiento de los salarios y el crecimiento de la productividad en la Unión Europea, apunta el informe. En concreto, entre 2009 y 2019, la productividad laboral creció a un ritmo del 12,3%, mientras que los salarios reales aumentaron un 8,4%.
O faltan ocupados o las plantillas producen menos
España presenta "el dato más desfavorable" en productividad, con una caída acumulada del 4,8% en los últimos cinco años. Esto significa que "para alcanzar un mismo nivel de producción, hacen falta más ocupados" o que "una misma plantilla produce menos que antes", sostiene el Monitor de Adecco.
Javier Blasco, director de Adecco Group Institute, indica que "el salario sigue siendo la única palanca útil en lo que algunos llaman el ascensor social" y advierte de que aunque la renta bruta disponible de los hogares creció un 2,2% en 2021, "no fue suficiente para recuperar al 100% todo lo perdido en el año de la pandemia".
"Dicen que más de la mitad de los empleados se sienten actualmente desmotivados en su puesto de trabajo, y el 62% considera que su sueldo no se ajusta al desempeño que realiza. A veces pensamos que la llamada 'gran renuncia' sólo golpea a las grandes organizaciones, pero en nuestro país seguimos teniendo miles de puestos de trabajo vacantes por su escaso atractivo salarial", añade Blasco, que se sitúa en la línea de la vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Segundo país de la UE con el salario mínimo más alto en relación al salario medio
En cuanto al salario mínimo interprofesional (SMI), fijado en la actualidad en 1.000 euros, España se sitúa como el segundo país con el salario mínimo más alto en relación con el salario medio. El SMI español equivale al 57,1% del salario medio, solo superado por el 58,8% de Eslovenia.
Desde Adecco advierten de que "es difícil justificar ulteriores subidas de las remuneraciones si previamente no se recuperan los niveles de productividad perdidos" e insiste en que en ningún país de la UE el SMI es igual o mayor al 60% del salario medio y solo en cinco países supera el 50%.
En España, la equivalencia del SMI con el salario medio depende de la comunidad autónoma. Así, en Madrid y País Vasco el SMI es un 50% de las remuneraciones medias. Sin embargo, en Canarias y Extremadura supera el 70%, y en Murcia, Andalucía y Castilla-La Mancha oscila en torno al 65%.