
La guerra de las comisiones bancarias ha llevado a muchos consumidores a buscar alternativas a los bancos tradicionales.
Los grandes costes que tienen que soportar las entidades clásicas debido a que tienen que sostener una red inmensa de sucursales y hacer frente a regulaciones más estrictas, ha provocado que las cuentas en estas entidades tengan unas grandes exigencias, bajo pena de comisiones que pueden superar los 100 y hasta los 200 euros.
Los neobancos online se han erigido como una fórmula de esquivar estos pagos. Su principal característica es que ofrecen cuentas online sin comisiones que permiten retirar dinero en diferentes bancos físicos, aunque tienen importantes diferencias con las cuentas corrientes de bancos tradicionales.
Aunque los neobancos se presentan como entidades, cada uno tiene sus propias licencias para operar, según estén registrados en el Banco de España, por lo que no tienen por qué comercializar los mismos productos que un banco clásico ni estar sometidos a una regulación tan estricta.
Según el Banco de España, los neobancos pueden acogerse a varias modalidades de negocio. "Suelen asociarse con una entidad de dinero electrónico (EDE) ya constituida, solicitar su propia licencia de EDE, operar como entidades de pago o prestar exclusivamente servicios de agregación de cuentas e iniciación de pagos", de forma que sirven para comprar con tarjeta en establecimientos.
El regulador bancario recuerda la importancia de saber quién es realmente la entidad que guarda nuestro dinero, ya que será la que tenga que responder si tenemos problemas para recuperar nuestros ahorros. Y añade: "las EDE, a diferencia de las entidades de crédito, no están afiliadas a un fondo de garantía de depósitos, pero, como garantía, deben depositar el dinero de sus clientes en cuentas especiales en bancos o bien invertir dichos fondos en activos más seguros como los de renta fija".
Similitudes un banco tradicional
-Puedes realizar todo tipo de operaciones de pago con estas cuentas, tanto por internet como en comercios
-Dispones de una o más tarjetas prepago o de débito
-Algunos de estos bancos te asignan un IBAN, un código único que permite reconocerla de forma inequívoca, por lo que no tendrás problemas en domiciliar recibos, suscripciones o ingresar tu nómina. Tanto si el IBAN es español o de la zona euro, podrás realizar transferencias dentro de España y hacia los 36 países miembros del SEPA.
Diferencias con un banco tradicional
-Las limitaciones legales hacen que estos bancos tengan límites de gasto y de recarga (al día, al mes y al año) y del saldo que puedes guardar en la cuenta. Tampoco pueden reembolsarte un pago de forma inmediata
-Como estas entidades no disponen de oficinas físicas y una red de cajeros, el servicio de caja que prestan está limitado. Por lo general, no es posible realizar ingresos en efectivo, aunque algunas entidades han llegado a acuerdos con comercios para tal fin.
-Las tarjetas de neobancos que funcionan como monedero no pueden tener saldo negativo, por lo que tendrás que recargarlas antes de pagar o no podrás comprar con ellas.
-Para recargar estas tarjetas necesitarás una cuenta en un banco tradicional desde donde hacer la transferencia, ya que no aceptan ingresos en metálico.
-Es frecuente que estas cuentas sigan un modelo freemium, por el cual te ofrecerán un paquete básico gratuito de servicios y deberás pagar para tener acceso a productos o servicios con funcionalidades adicionales.
-No disponen de cheques o libretas.
-Los saldos depositados no están cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos, aquél que protege hasta 100.000 euros de ahorros en caso de que el banco no pueda hacer frente a sus deudas. No obstante, las entidades están obligadas a cumplir unos requisitos de garantía o sistema de salvaguarda.