
Ucrania se enfrenta desde el pasado 28 de febrero a una invasión rusa que supone una amenaza a su propia existencia. Aunque buena parte de la comunidad internacional ha condenado el ataque liderado por Vladimir Putin e impuesto sanciones a Rusia, la economía internacional está padeciendo un aumento de los precios de la energía y una incertidumbre del comercio global que ha tirado a la baja de las principales bolsas mundiales. Pero mientras buena parte de Occidente se enfrenta a los problemas de una inflación agravada y el riesgo de estanflación, Ucrania se ha visto obligada a poner en marcha medidas económicas excepcionales para subsistir, entrando en una verdadera economía de guerra.
El país no solo tiene que hacer frente al ataque militar ruso, sino a todas las consecuencias que apareja. Cerca de 4 millones de ucranianos han salido del país, mientras 6,5 millones se han desplazado dentro del propio país, según datos de Naciones Unidas. Esto, sumado al mandato gubernamental de que todos los hombres de entre 18 y 60 años tienen que permanecer en Ucrania y estar listos para tomar las armas, ha interrumpido de forma absoluta el sistema económico.
Los bombardeos de las ciudades y el asedio al que les someten las tropas rusas, cortando sus líneas de suministro para forzar la rendición, suponen el golpe definitivo a la normalidad. Pero las diversas instituciones del estado se han puesto en marcha para desregularizar, limitar la burocracia al máximo e intentar mantener la economía a flote.
A nivel fiscal, el pasado día 15 de marzo su Consejo de Ministros aprobó un conjunto de medidas que incluían el fin del pago del impuesto sobre la renta, y una tasa única impositiva para las empresas del 2% si su facturación no supera los 10.000 millones de grivnas (309 millones de euros), eliminando el impuesto previo sobre el IVA del 20% y el 18% sobre Sociedades, mientras que las pequeñas empresas tendrán un pago voluntario de impuestos: "Si puedes, paga. Si no puedes, no habrá preguntas", señaló Zelenski en un discurso televisado. "Los recortes de impuestos deberían salvar puestos de trabajo y permitir el funcionamiento de los negocios de Ucrania allá donde sea posible", insistió el día 16.
A ello se suma la eliminación del impuesto especial sobre el combustible y la limitación al 7% del IVA sobre los carburantes "para estabilizar los precios y asegurar el suministro". Cabe recordar que el barril de Brent cotiza por encima de los 100 dólares desde unos días antes de que comenzase la invasión, rozando los 140 dólares en la primera semana de marzo.
Por otra parte, en lo relativo a la regulación de los negocios, se han cancelado las "inspecciones innecesarias" a las empresas, marcando como único límite que las corporaciones actúen en el marco de la ley y sin violar los derechos del consumidor. Además, se ha aprobado una reducción drástica de los permisos necesarios para operar, pasando de más de 600 trámites posibles a una veintena, de forma que solo hará falta registrar el nacimiento de la empresa para empezar a operar en la gran mayoría de los sectores.
En cuanto a las ayudas, el gobierno ucraniano expandirá un programa de préstamos para empresarios, de forma que "cualquier empresa podrá obtener un préstamo al 0%" hasta un mes después de que acabe la guerra, según dijo Zelenski el día 18. A partir de entonces, la tasa de interés será del 5% con un préstamo que podrá ascender a los 60 millones de grivnas (1,85 millones de euros al cambio actual),
A nivel bancario, Zelenski solicitó al Banco Nacional de Ucrania (BNU) y al Parlamento que garanticen los depósitos bancarios al 100% mientras dure la ley marcial, en lugar de solo parcialmente. El organismo bancario ya ha apoyado la medida. Además, en las últimas semanas ha tomado otras iniciativas como facilitar los préstamos desde instituciones financieras y no financieras, y se han desbloqueado cuentas bancarias incautadas para que sus propietarios puedan hacer uso de los fondos, aunque limitado a unos 3.100 euros (100.000 grivnas).
Además, el sistema financiero ucraniano ha acelerado la incorporación de las criptomonedas, creando legislación para amparar su uso extensivo. De hecho, al esfuerzo bélico han contribuido las donaciones llegadas desde todo el mundo precisamente en criptodivisas, acortando notablemente el tiempo de recepción de los fondos, especialmente en estas transferencias internacionales. Con la nueva legislación, los bancos pueden emitir tarjetas de crédito respaldadas por estos activos digitales y cuentas corrientes en criptomonedas.
Precisamente para contribuir al esfuerzo bélico, el estado ucraniano lanzó al mercado a inicios de marzo bonos de guerra que servirían para proveer al ejército. Los bonos a un año contaban con un valor nominal de 1000 grivnas (33 euros) y tenían un 11% de rentabilidad. También emitieron deuda a dos meses con un 10% de interés. Hasta la fecha, Ucrania ha realizado cuatro emisiones de este tipo.
A ello se suma la ayuda que el país va a recibir del Fondo Monetario Internacional (FMI), que aprobó hace dos semanas conceder 1.400 millones de dólares en ayudas financieras a Ucrania, pausando además el programa actual de ayudas que les imponía algunas obligaciones y restricciones a su economía. La Unión Europea, por su parte, ha concedido más de 1.200 millones en ayudas financieras.