Aunque la semana no ha dejado de deparar noticias económicas, el debate más avivado se ha concitado en torno al último dato de inflación en España. El lunes el INE (Instituto Nacional de Estadística) publicaba el dato adelantado de IPC (índice de precios al consumo) relativo a enero, registrando una subida interanual del 6%, alta pero inferior al 6,5% de diciembre. Hasta ahí, todo normal. La polémica vino después al volver el servicio de estudios de CaixaBank al dato de diciembre y cuestionar la metodología del INE asegurando que había "un sesgo al alza" de casi dos puntos porcentuales (sus cuentas arrojan un 4,7%) por cómo se calcula el impacto de los precios de la luz. El INE no ha tardado en defenderse cuestionando el cálculo de los economistas del banco catalán.
La primera lectura que trasciende a esta discrepancia es lo vital que es el dato de IPC para calcular revalorizaciones como las de las pensiones o su uso para ajustar al alza los alquileres. Un dato mayor puede conllevar un ingente aumento del gasto público en partidas como las citadas pensiones así como acuciantes incrementos para los inquilinos. Las repercusiones también se notarían en el caso de los salarios indexados al IPC.
La disputa se iniciaba cuando, junto al indicador flash, el INE emitía una nota de prensa en la que explicaba los cambios metodológicos incorporados en su última estimación y en la que informaba de que todavía no está utilizando los precios del mercado libre de la luz a los que están vinculados el 60% de los hogares españoles para el cómputo del precio de la electricidad en el IPC. Se trata de una incorporación que el instituto tiene pendiente hacer para no contar solo con los datos del mercado regulado.
Mientras que "las comercializadoras en el mercado regulado, o de referencia, venden exclusivamente la energía con la tarifa regulada que fija el Gobierno que se llama PVPC y el Bono Social", en palabras de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), en el mercado libre todo depende de lo que se pacte con la comercializadora.
Al poco de conocerse la nota del INE, en CaixaBank Research publicaban un análisis en el que se denunciaba que, al no utilizar el INE los precios del mercado libre para el cómputo del precio de la electricidad en el IPC, se "generó un claro sesgo al alza en la estimación del IPC durante 2021".
"El INE destaca en su nota de prensa que no utiliza los precios del mercado libre para el cómputo de electricidad en el IPC a pesar de que aproximadamente un 60% de los hogares en España tienen este tipo de contrato (estos son los contratos que fijan el precio durante un tiempo determinado)", aclaraba el informe de CaixaBank.
Mediante estimaciones propias, los economistas de la entidad catalana concluían que "el IPC ha estado claramente sesgado al alza en 2021 debido a esta omisión". "Observamos que la variación anual mediana de las facturas en el mercado libre ha sido del -6% mientras que en el mercado regulado +35%", añadían.
Según sus cálculos, de incorporarse los precios del mercado libre y no sólo los del mercado regulado, España habría cerrado el año con una inflación general en el 4,7% en vez del 6,5% oficial y un promedio anual en 2021 del 2,2% frente al 3,1% oficial. "De hecho, aunque asumiéramos que los precios en el mercado libre fueran estables, nos saldría un promedio anual de 2,3% en 2021", remachaban.
Estas conclusiones no sentaron bien en el INE, desde donde se apresuraron a contestar al servicio de estudios del banco catalán defendiendo su metodología. "Uno de los cambios previstos inicialmente para su introducción en enero de 2022 era la ampliación de la cobertura de la medición de los precios de la electricidad. El INE y las empresas del sector han venido trabajando para incorporar el mercado libre en el cálculo del indicador. Sin embargo, la información suministrada al INE no tiene aún el suficiente detalle para hacerlo con las garantías de calidad necesarias", se defendía el instituto.
"Estos esfuerzos realizados por el INE en aras de mejorar la precisión de un indicador tan relevante para la sociedad, se han visto afectados por el informe publicado por CaixaBank Research", lamentaba el INE haciendo énfasis que "no comparte estas conclusiones". "Por un lado, se desconoce la metodología en la que se basa el estudio de CaixaBank (solo se sabe que ha utilizado recibos domiciliados en CaixaBank). Esto, por supuesto, es algo fundamental si se quiere dar alguna validez al informe", sostenían, disparando hacia el servicio de estudios del banco.
Pero el cuestionamiento de las cifras de CaixaBank no quedaba ahí: "Cualquier informe sobre este asunto debería tener en cuenta no sólo el importe de los recibos domiciliados en una entidad, sino también otros aspectos como: el consumo asociado a esos importes, el número de días a los que se refieren, el tipo de contrato que los regula (si pertenecen a un mercado u otro), o información que permita distinguir qué parte de la cuantía del recibo se debe a los cambios en los precios y qué parte a la evolución del consumo del hogar, entre otros".
"La clave para una correcta medición de la evolución de los precios del mercado eléctrico es disponer de información relativa a dichos precios, algo que a día de hoy, y tras diversas reuniones con las principales empresas del sector, no ha sido posible conseguir todavía", volvía a poner de manifiesto el INE.
De hecho, el instituto explica que tras los contactos con estas empresas llegaron a dos conclusiones: "Los ingresos no sirven para medir la evolución de los precios y las facturas de los clientes no sirven para medir la inflación dado que se refieren a periodos previos al mes en el que se publica el IPC". "Por tanto, si esta información no se considera válida para el IPC tampoco lo es para ningún estudio que trate de aproximar el cálculo del IPC, como el de CaixaBank Research", zanjaban.
Recordemos que el ejercicio de análisis sobre la tarifa de la luz fue ampliamente discutido. Usaba una muestra parcial de recibos totales de clientes sin incluir empresas ni autónomos, sin ajustar por consumo y, como reconoce, sin validez estadística.
— Daniel Lacalle (@dlacalle) February 3, 2022
Todo mi apoyo al @es_INE pic.twitter.com/XrKQzZDzm7
La polémica ha trascendido al propio servicio de estudios de CaixaBank y al INE, uniéndose distintas voces del mundo de la economía a la pugna. El economista Daniel Lacalle se posicionaba así del lado del INE denunciando "la campaña que se ha orquestado en contra de la institución por un informe de CaixaBank que usa un sistema de cálculo más que cuestionable (ya lo hicieron con la luz de 2021)".
"Recordemos que el ejercicio de análisis sobre la tarifa de la luz fue ampliamente discutido. Usaba una muestra parcial de recibos totales de clientes sin incluir empresas ni autónomos, sin ajustar por consumo y, como reconoce, sin validez estadística", apostillaba Lacalle antes de reiterar "todo" su apoyo al INE.