El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, hizo un hueco este lunes por la tarde a elEconomista. Estaba a caballo del viaje a Costa Rica, de donde regresó el viernes, y se preparaba para marchar a Dubai. "Nosotros hemos hecho el trabajo que teníamos que hacer y si no sale, cada uno tendrá que responder muy bien de por qué no ha salido", dice sobre el debate de la reforma laboral este jueves en el Congreso.
¿Cree que se va a aprobar la reforma laboral tal y cómo se acordó con los agentes sociales?
Nosotros hemos hecho el trabajo que teníamos que hacer y hemos planteado lo que pensamos que hay que aprobar. Cuando se hace una negociación, cada coma tiene un sentido y son horas de negociación. Y, por eso, nosotros, y también los sindicatos, estamos diciendo que se apruebe lo que hemos hecho en el diálogo social, dentro del espacio que nos marca la Constitución. Y yo no voy a entrar en lo que decidan los políticos; tienen todo mi respeto y la legitimación para cambiar, pero lo que sé es que nosotros vamos a aceptar exclusivamente lo que hemos negociado. Que se me entienda: si digo que no se puede cambiar una coma no es porque esté chuleando a los políticos, es que para eso no hace falta que nos llamen, que se limiten a hacer lo que tengan que hacer; y ya está. Pensamos que este acuerdo da una estabilidad al país impresionante, no sólo de presente sino de futuro; para mí es un acuerdo importantísimo con los sindicatos que somos los que estamos en el día a día. Hemos acordado sobre algo que se lleva muchísimo tiempo diciendo que había que cambiar y hemos llegado a un acuerdo que ha costado, porque llevamos nueve meses negociando.
¿Cómo ve las posiciones de los partidos políticos?
Todo lo que llevo escuchado hasta ahora es mucho de política y menos de lo que se ha negociado. Nosotros respetamos la legitimidad de los políticos, pero tengo que decir que yo no he llamado a ningún partido para decirles que es lo que tienen que hacer. Es verdad que Ciudadanos nos ha llamado para explicarnos, pero yo no he llamado a nadie. Yo no sé que va a pasar el jueves, lo que sí sé es que si sale será una buena noticia para el país y lo digo en genérico y si no sale cada uno tendrá que responder muy bien de por qué no ha salido. Y hay algo que quiero transmitir: no es un planteamiento de si me gusta el acuerdo cómo está, sino que hay que ver lo que nos venía encima. Nosotros no hemos negociado sobre lo que había, hemos negociado sobre un documento que establecía el cambio que podía haber. En fin, dar espacio a la sociedad civil, en este sentido los agentes sociales, y que hayamos llegado a un acuerdo es sin duda una buena noticia. De hecho, en una carta, la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, lo pone en valor.
No entró en la posición del PNV porque creo que es más un planteamiento político que la realidad empresarial
¿Qué opina de la postura del PNV sobre los convenios autonómicos?
Insisto, estamos en clave política y yo hablo en clave empresarial. Desde este punto de vista, la prevalencia de los convenios autonómicos ya existe y además hay un acuerdo en el País Vasco [2017] para que se desarrollen; y la realidad es que en el día a día en el País Vasco, hay lo que hay. De hecho, se apuesta más por los convenios de empresa. Por tanto, no entro, porque creo que es más un planteamiento desde la política que la realidad empresarial. Y recordar que en la CEOE representamos también los intereses de Confebask. Y me gustaría decir otra cosa: a cualquier empresario, respetando su ideología, le complica mucho la vida que pueda haber 17 conceptos diferentes a la hora de gestionar. Si por esta casa fuera, a nosotros nos encantaría que hubiese una regulación europea, porque si apostamos por Europa, cuánta más regulación europea, mejor. Y todo lo que no sea así, especialmente en la pyme, complica mucho las cosas.
Lo ha dicho en otras ocasiones y lo ha repetido hoy. ¿Qué implica qué si hay cambios en el acuerdo, la CEOE se descolgaría del acuerdo?
Nosotros no tenemos capacidad normativa, aunque tenemos la capacidad de negociación. Eso sí, hay algo que digo siempre y creo que es el titular: 'La paz social es la mejor infraestructura de un país'. Bueno, pues la paz social la da básicamente las 4.500 mesas abiertas de negociación colectiva entre los sindicatos y los empresarios que estamos en el día a día. Y el acuerdo es consecuencia de esta paz social. Llevamos diez años oyendo que esto hay que cambiarlo. Yo creo que mal no lo hemos hecho, cuando no les gusta a unos y a otros. Por lo tanto, hemos hecho un acuerdo con el que nos sentimos a gusto los empresarios y los trabajadores. Pues no me la líe, porque los que trabajamos el día a día somos nosotros. Cuando hablamos de cambiar una coma, ¡cuidado!, que una coma para mí lo es también para los sindicatos. Porque nos hemos dado la mano en un acuerdo, y los acuerdos nuestros van a misa. Y eso es lo que yo estoy diciendo. No sé si saldrá como Real Decreto-Ley o Proyecto de Ley, lo que sé es que la coma no pueden cambiarla. Ahora bien, si quieren aprovechar y decir tras llegar a un acuerdo que vamos a matizar, pues yo les digo que para eso que no nos llamen. En el mundo laboral, cada "y" y cada "que" tienen significados diferentes y nos hemos pasado horas, y horas, y horas cambiando las cosas. Si viene ahora alguien y quiere reinterpretarlas, pues para eso que lo hubiesen escrito ellos. Insisto, con toda la legitimidad del Parlamento, aunque creo que el Parlamento también tiene que escuchar a la sociedad, en este caso al diálogo social, que está amparado por la Constitución.
El Parlamento también tiene que escuchar a la sociedad, en este caso al diálogo social
¿Está contento con el resultado del acuerdo?
En la vida hay que ser prácticos. Aquí, lo importante es que da estabilidad al país en el tiempo y, nosotros consideramos que hemos conseguido sostener la clave de bóveda de lo que fue la reforma laboral de 2012. Pues claro que es un buen acuerdo y pensamos que es muy importante para las empresas. Amen, de que hemos trabajado cosas que no estaban en la reforma laboral de 2012, como la subcontratación, el artículo 42 del ET, que no se había tocado entonces. Y eso es el tema de las kellys, por ejemplo. Era algo que había que mirar, que había un riesgo de que se acabase con la subcontratación si era la empresa principal la que tenía que aplicar los convenios, bueno pues ha quedado clara que es la sectorial. O el artículo 41 [Modificaciones sustanciales de condiciones de trabajo], que se ha quedado cómo está y es muy importante. O los Ertes, que ya existían y han demostrado ser eficaces. Pero los hemos modificado y ya pueden tener hasta un 90% de exenciones a la Seguridad Social, o que en caso de despido, la sanción va a ser solo sobre la persona que se despido y no por toda la compañía o el nuevo modelo RED, etcétera. Son cosas que no estaban, y ha sido bueno ponerlas en común. E, insisto, el gran valor del acuerdo es que en la mesa los sindicatos hayan dicho que sí. Estoy, pues, satisfecho, porque entre todos lo hemos hecho. Pero como en todo acuerdo, siempre hay cosas que te gustan más; alguna un poco menos. Aunque en conjunto, es bueno para el país y, de hecho, todas las empresas nos lo están diciendo.
¿Qué cosas del acuerdo gustan un poco menos a Antonio Garamendi?
No voy a entrar. Esto no consiste en si he ganado o no he ganado. Podría decir muchas cosas, pero ahora tenemos la legislación y es el momento de trabajar entre todo. No es momento de decir te he arroyado o me han arroyado. Desde el punto de vista de las empresas, creo que hemos hecho un trabajo muy potente en una legislación laboral que es de futuro, una legislación del siglo XXI. Que es lo que planteaba la Unión Europea que pedía hablar de la flexibilidad, que lo hemos conseguido, pero también de la temporalidad, que tampoco estaba en la reforma. Y es verdad que en la temporalidad España tiene unas tasas superiores y hay que ver cómo se puede evitar. Y luego se han producido acuerdos paralelos, como en el sector de la construcción, que supondrá 800.000 empleos menos en el plano temporal. O hay herramientas, como el fijo-discontinuo que se tiene que utilizar de otra manera. Debemos, pues, adaptarnos a los nuevos tiempos.
Hemos conseguido sostener la clave de bóveda de lo que fue la reforma laboral de 2012
¿Ha existido mucho debate interno en la CEOE para aprobar el acuerdo?
No, creo que es más imagen, que de lo que se quiere plantear. Para empezar, ha habido cuatro abstenciones, que son abstenciones que no votos en contra, que son comprensibles. Algunos han planteado que les gusta cómo están las cosas hasta ahora, pero insisto es que había que ver lo que se nos venía, contra lo que hemos negociado. U otros que decían que había que ir a más de un plano de flexibilidad: pero eso no es de lo que se estaba hablando en la mesa. Respecto a los sectores, se abstuvieron dos, uno fue por un caso muy específico en el automóvil [Anfac], aunque el resto el automóvil voto que sí; y el otro es el campo [Asaja] que básicamente es que la gente que viene de fuera tienen 120 días de temporalidad y la española 90 días. No en el resto de materías; era un tema muy específico del campo, que vamos a ver. El otro día hemos tenido Comité Ejecutivo y la Junta Directiva y vamos todos a una, aunque se magnifica todo, porque los debates internos, son debates internos. Y cuando uno dice una cosa, aparece en prensa que se ha dicho no sé qué. Son los debates lógicos que tiene que haber en una organización.

En este sentido, ¿qué opinión le merece el documento interno de Foment criticando duramente la reforma?
Respeto mucho la opinión que tengan; aunque las empresas y los sectores están muy conformes con lo que se ha trabajado. Pero si queremos sacar pegas a todo, pues sacamos pegas, incluida a la reforma anterior de 2012 de la que podemos sacar también muchas pegas porque algunas cosas de las de ahora vienen de esa reforma. Pues si queremos escribir una carta a los Reyes Magos, la podemos escribir.
En conjunto, es acuerdo es bueno para el país y todas las empresas nos lo están diciendo
¿Cómo se tomaron la aprobación por la vía de enmienda del mecanismo de equidad intergeneracional en la primera parte de la reforma?
Nosotros creemos que las cuestiones de la reforma de pensiones hay que estudiarlas en bloque, de forma completa. A la primera parte de la reforma dijimos que sí por varios motivos. Lo primero es que algunos temas nos venían ya dados, y el primer punto que nosotros hubiéramos planteado como objeto de estudio en la mesa de negociación es la subida de la pensiones con el IPC. Nosotros exigimos para la derogación del factor de sostenibilidad que antes de final de año se planteara otro instrumento alternativo. Si queremos subir las pensiones con el IPC, que nos parece insostenible, tendremos que saber cómo se va a afrontar. El factor de sostenibilidad no estaba aún en vigor, y cuando viene la propuesta alternativa notros decimos que no porque el ministro Escrivá propone una subida de cotizaciones que no arregla nada. Al final recaudará 2.500 millones al año, que no son suficientes ni para cubrir la subida anual de las pensiones con la inflación, que este año cuesta 6.000 millones de euros. Dijimos que no porque no nos parece que esta sea la solución.
¿En qué estado se encuentra la negociación para la reforma del régimen de autónomos?
En la mesa de autónomos está Lorenzo Amor, presidente ATA, como representación de colectivo en esta casa, y es quien está dando la cara. La mesa de autónomos es homóloga a la del diálogo social, y el ministro Escrivá muy desafortunadamente, dice quienes representan y quienes no. En esa mesa están todos los autónomos que estamos muy orgullosos de representar, y también están los autónomos afectos a UGT y CCOO. A estos les parece bien lo que dice el ministro, pero nosotros también tenemos representados y de los que se está hablando de rendimientos sin que se descuenten todos los gastos que pueden tener. Se está confundiendo la facturación con los ingresos reales de un autónomo. Vamos a ver qué puede pasar con este punto, pero nosotros estaremos con el planteamiento de ATA. Va a ser difícil que lleguemos a acuerdos tal y como están planteados los temas. Creo que el ministro Escrivá tiene que aprender a dialogar un poco más, y lo digo con respeto.
La subida de cotizaciones [del MEI] no es suficiente ni para cubrir la subida anual de las pensiones con la inflación
¿Ven posibilidad de acuerdo en la reforma del Reta con las bases que plantea el Gobierno?
En el tema de autónomos, insisto, la CEOE comparte la posición de ATA y consideramos que hay que escuchar un poco más. Con esta propuesta no hay posibilidad de acuerdo. Y menos si el ministro dice nuestra asociación no está representada, como ha dicho públicamente. No es normal.
Y, ¿cómo ven el destope de cotizaciones que propone el Gobierno?
Lo vemos mal. Los seguros sociales son un impuesto. La Seguridad Social española es un 30% mayor que la media de la Unión Europea. Hace nada, se han subido las cotizaciones sociales. Y en este momento, las empresas españolas tienen un planteamiento impositivo mucho mayor que en las empresas europeas. Esto lo único que hace es ir contra la competitividad de las empresas, por lo que este punto no lo vamos a ver bien.
Vemos mal el destope de cotizaciones, va contra la competitividad de las empresas
¿Consideran que el Gobierno está activando un reflote de las arcas del Estados gravando más a las rentas altas con varias medidas?
En España hay 7.000 ricos, no puedes recaudar de ahí. Hay que trabajar la eficiencia, hay que coger actuarios y hablar claramente de los años de cotización, de la edad de jubilación, y comprendo que no es lo cómodo y que no da votos. Pero si se quiere hablar de la sostenibilidad del Sistema de las pensiones... la otra fórmula es ir a Presupuestos Generales del Estado. Pero si todo consiste en cargar siempre a la empresa, no es así, porque el coste se va a trasladar del trabajador a la empresa a través de la negociación colectiva. Echo de menos que nos den el tiempo que se le ha dado al Pacto de Toledo, que ha estado nueve años para llegar a un acuerdo, y a nosotros nos dicen que decidamos en un mes y medio. Esto es un tema de pacto de Estado. Lo que no se puede pretender es aprobar los temas de un día para otro.
No es el momento de plantear la subida a 1.000 euros del SMI
Sobre el SMI, los sindicatos dicen que el Gobierno les ha garantizado subir este año a 1.000 euros. ¿Hay, pues, margen de maniobra?
Cada vez que hay una Comisión de Expertos me pongo a temblar y, por eso, nosotros nunca entramos en estas comisiones porque luego te dicen que tú estabas entre ellos. Y yo represento a 2 millones de empresas y a un montón de autónomos, y los expertos se representan a sí mismos; con todos mis respetos. Dicho lo cual, en los últimos tres años el SMI ha subido un 30%; en segundo lugar hay sectores muy tocados y si hablamos de algunos como el campo a los que está afectando la subida de la energía, sufren unos problemas reales donde no tiene capacidad. Tercero, y quede claro que no quiero romper la unidad de mercado, pero para que se sepa en 8 comunidades autónomas el SMI es superior al 60% del salario medio. Cuando hablamos del SMI, no me llama nadie de Madrid, pero sí de Extremadura, Andalucía o Canarias. Cuatro, y digo la frase de 'te invito a cenar, pero pagas tu la cena', para hacer referencia de los contratos públicos, en los últimos años los costes laborales han subido el 30% porque me obliga la Administración, pero tengo que mantener los precios del concurso. Y suelen ser para servicios de muy poco valor añadido, donde pesa el SMI. Y esto lo llevamos reclamando las tres subidas anteriores y ni caso. Y hay un quinto punto que es preocupante. El SMI afectaba hace unos años afectaba a un millón de personas y ahora ya a un millón y medio. Si se supera las cuotas de los expertos, dentro de dos años estimamos que puede haber cuatro millones y medio afectas al SMI. Si hablamos de 13,5 o 14,5 millones de personas que trabajan en el sector privado, pues acabamos teniendo un factor regulado como la energía porque el Gobierno se está saltando las tablas de los 4.500 convenios o los está presionando hacia arriba. El ministro de turno dirá cuál es el SMI y todos a aplicar el criterio. Ya no tendrá sentido sentarse a hablar, porque acabará siendo un factor regulado. Con esto, creo que es muy clara nuestra posición.
Entonces, nada de subir a 1.000 euros…
Pues yo creo que ahora no. Porque, además, estamos olvidando la palabra formación. Hacen falta un montón de instaladores eléctricos, y dónde están y hay gente en paro. Pero en construcción falta gente, y en hostelería y el metal, que son sectores que van a pagar salarios muy superiores al SMI, con convenios y con contratos indefinidos. Se está pues perdiendo la perspectiva del mundo real, que además el SMI se ha subido hace tres meses.
Lo que más nos preocupa son las cuentas del Estado y que entremos en sendas de déficit muy elevadas
¿Cómo ve la situación económica general? ¿Hay preocupación?
Nosotros ya dijimos que el PIB de 2021 iba a estar en 5%. De hecho, ya nos han dado varios premios a esta casa por acertar las previsiones. Llevamos tiempo avisando que el crecimiento no iba a estar en el 6,5%. Y pensamos que hay relaciones con el Presupuesto que deberían modificarse. En una empresa cuando sabes que no vas a facturar lo previsto, te pones en marcha. En Presupuestos el petróleo está valorado en torno a 60 euros y el barril casi llega a los 90 euros. Y cada 10 puntos de subida de precio suponen un coste de 5.000 millones de euros. En el plano económico, ni las cosas van magníficamente bien, ni tampoco va horriblemente mal. El terreno de la política nos está invadiendo en exceso. La situación es mejor, los datos de empleo no son malos, pero tenemos mucho que recorrer. Además, no nos preocupa tanto la evolución de la actividad privada, lo que más nos preocupa son las cuentas del Estado y que entremos en sendas de déficit muy elevadas -del 4,5% o 5%-, que habrá que pagar. Se tiene que trabajar más la eficiencia del Estado, hay muchas duplicidades que se podrían revisar.
¿Qué les parece la polémica de los fondos europeos?
Es un tema que tiene muchos matices. Efectivamente, tal y como le he plantado al Gobierno, hay que agilizar os trámites administrativos. También hay una parte que depende de las comunidades autónomas. Por otro lado, hay que hablar de la solvencia de las pymes en este punto. Pedimos que en lugar de un 30% se destine un 50% de los fondos. A las empresas españolas les importa más la reforma laboral que los fondos europeos. Por ejemplo, en el plan de energía hasta 2030, el 80% de las inversiones corren a cargo del sector privado. Si hay seguridad jurídica, estabilidad regulatoria y calidad en la norma, puedo pedir financiación sin problema al banco. En agosto hubo un concurso en el que solo dieron 10 días de margen para contestar. Se dice de los fondos que son el maná y las pymes lo van a acabar repercutiendo si la economía va mejor y mejora la actividad, no porque les vaya a llegar dinero directamente. Todavía falta mucha agilidad.
No contemplo la posibilidad de una segunda negociación de reforma labora, es taxativo
¿Habría posibilidad de abrir una segunda negociación de aspectos que se han quedado fuera de la reforma laboral, como la indemnización por despido?
No contemplo esta posibilidad, es taxativo. Hemos llegado a un acuerdo en el tiempo. El acuerdo tiene fortaleza porque perdura en el tiempo. Un acuerdo es para respetarlo.
"En el plano económico, ni las cosas van magníficamente bien, ni tampoco va horriblemente mal"
¿Se presentará a la reelección para presidir la CEOE?

Cuando toque lo plantearé. Queda un año. Es algo que no está encima de la mesa.
No creo que haya habido injerencia de Pablo Casado en la CEOE, respetamos la opinión del PP
¿Cuál es su relación con Yolanda Díaz?
Yo represento a las empresas españolas y trato con el Gobierno que han elegido los ciudadanos. Trato con los ministros que me toca, y en ese sentido, con Yolanda Díaz como ministra de empleo tengo una relación buena. Tenemos diferencias pero trabajamos para llegar a acuerdos, que es nuestra obligación.
¿Crees que ha habido una injerencia de Pablo Casado en la CEOE?
No, no lo creo. Respeto profundamente las opiniones del Partido Popular, como en el caso de la reforma laboral. Cuando aprobamos la reforma laboral en la junta directiva llamé al presidente del Gobierno para comunicarlo, e inmediatamente llamé a Pablo Casado. Tenemos un buen trato y un contacto permanente. Respetamos profundamente la opinión del PP, pero ni ellos me dicen lo que tengo que hacer ni viceversa.