El gobernador del Banco de España (BdE), Pablo Hernández de Cos, estima que la inflación seguirá "relativamente elevada" durante el primer trimestre del 2022. El gobernador considera que los precios cederán a partir de la segunda mitad del año y que el indicador de IPC cerrará el ejercicio por debajo del 2%.
Así lo apuntó ayer Hernández de Cos durante una entrevista en televisión. El gobernador insistió, en la línea de la dirección del Banco Central Europeo (BCE), en que la inflación sigue teniendo un "componente transitorio" que "se irá diluyendo" a lo largo del año. De Cos explicó que las altas tasas de IPC actuales se deben a un efecto base -al comparar 2021 con 2020, año de pandemia-, a los "cuellos de botella" que se han generado por el aumento "brusco" de la demanda tras el fin de las restricciones frente al Covid, y a los precios energéticos.
La tasa de inflación anual subió una décima en la UE y en la eurozona el pasado diciembre, y cerró 2021 en el 5,3% y el 5%, respectivamente, debido sobre todo al encarecimiento de la energía, según los datos revisados publicados este jueves por la oficina de estadística comunitaria, Eurostat. En 2020 la tasa se había situado en el -0,3% en el caso de los países del euro y en el 0,3% en los Veintisiete.
En la eurozona, el aumento de la inflación se debió sobre todo al incremento de los precios de la energía, que sumaron 2,46 puntos porcentuales al índice de precios de consumo, seguida de los servicios (+1,02 puntos), los bienes industriales no energéticos (+0,78%) y los alimentos, alcohol y tabaco (+0,71 puntos).
Hernández de Cos advirtió de dos riesgos para esta evolución esperada de los precios. "Los derivados de los precios energéticos y las dinámicas márgenes-salarios y cómo estos pueden acabar afectando a la inflación", explicó.
Efectos de segunda ronda
El gobernador reiteró su demanda de un pacto de rentas para evitar una "espiral viciosa" de incremento de márgenes, precios y salarios, que "se retroalimenta" y que generará pérdidas de competitividad y de empleo. No obstante, reconoció que, hasta el momento, sí se está observando una moderación de los salarios, no solo en España, sino en el resto de Europa.