
Con el tic-tac incesante autoimpuesto por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, para sacar adelante la reforma laboral antes de que acabe el año, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, teme que las prisas den al traste con una reforma laboral que podría ser consensuada y que sigue sacando acuerdos adelante, el último, para un contrato fijo en el sector de la construcción.
La postura de la patronal no está definida por el momento. "El marco laboral se ha abierto en canal" y hasta el final es muy difícil decantarse por el 'sí' o por el 'no', ha explicado este viernes en declaraciones a TVE.
De hecho, Garamendi confía en que las reuniones puedan sacar adelante un acuerdo, por eso sigue en la mesa. "Sería triste que quedara algún punto pendiente" por la contrarreloj que domina el diálogo entre Gobierno y agentes sociales. De hecho, ha indicado que "si tenemos que decir que 'no', antes de final de año lo podríamos hacer", pero prefiere pensar en que ese escenario se evitará y más con Bruselas recordando que la fecha del 31 de diciembre era meramente "indicativa". (También ha recordado Bruselas que no exige el acuerdo de los empresarios en las reformas laboral y de pensiones).
"Supondrá mucha menos temporalidad desde el punto de vista del cómputo"
La intensidad de la negociación (las reuniones son diarias, si las agendas lo permiten, desde la semana pasada precisamente para llegar al objetivo de Díaz) va dando sus frutos. El último, un acuerdo "muy importante " cerrado ayer para el sector de la construcción, ha adelantado Garamendi: un modelo al estilo de Francia que, ha dicho, "supondrá mucha menos temporalidad desde el punto de vista del cómputo".
El acuerdo avanzado por el presidente de la patronal ha sido confirmado después por el secretario general de CCOO, Unai Sordo, aunque este ha matizado que aún no está cerrado del todo pero que se espera que lo esté en los próximos días. En cuanto a los tiempos, ha descartado que para CCOO sea imprescindible agobiar la negociación para que se cierre antes de 2022, aunque ve posible que el plazo de Díaz pueda cumplirse porque la negociación está "muy madura".
Volviendo al principio de acuerdo, Sordo ha dicho que se está estudiando que los contratos en el sector de la construcción "no sean sistemáticamente temporales". Según ha explicado durante su asistencia al acto del Consejo General de Graduados Sociales celebrado en el Senado, la mesa trabaja para que las contratas y subcontratas no sean causa o justifiquen un contrato temporal, lo que beneficiaría, no sólo al sector de la construcción, sino a todos aquellos que externalizan actividades. Si esto se consigue y se logra también que en las subcontratas haya convenios colectivos de aplicación y que los de empresa no puedan reducir los salarios de los convenios de sector, sería "el paso más importante" de esta negociación, ha subrayado Sordo.
La discusión se enmarca en la negociación concreta de la Ley de subcontratación en el sector de la construcción, que alberga una figura especial del sector, el contrato fijo de obra, que ha sido uno de los puntos de desencuentro en la negociación sobre la temporalidad, cuya reducción es la piedra angular de la reforma de Díaz.
En el borrador de finales de octubre, Trabajo había accedido a la petición de UGT de mantener el fijo por obra pero con una nueva redacción, que establece en su punto 2 que "la finalización de la obra en la que presta servicios la persona trabajadora determinará la obligación para la empresa de efectuarle una propuesta de recolocación, previo desarrollo, en su caso y siempre a cargo de la empresa, del proceso de formación o recualificación que sea preciso".