La inflación destaca como la principal preocupación de los participantes en la última oleada del Consenso económico elaborado por PwC, correspondiente al último trimestre de este año. Sin embargo, a los más de 400 expertos, empresarios y directivos consultados no les preocupan tanto los altos precios en sí mismos como las subidas salariales precipitadas, y de gran cuantía, que puedan propiciar. Así, el 86% de los panelistas consultados por PwC expresan su inquietud por esos posibles "efectos de segunda ronda" que harán que la elevada inflación actual deje de ser transitoria, y se convierta en un problema "persistente".
Si no se dieran esas circunstancias, el IPC estaría en condiciones de moderarse ya en la primera mitad del año que viene, según el 62,2% de los participantes en el sondeo. De hecho, el consenso entre estos últimos apunta a que el índice general de precios de consumo presentará en 2022 una tasa promedio del 2,5%, marcadamente inferior al 3,4% que pronostican para 2021.
Ahora bien, la realización de ese escenario resultará imposible si se generaliza el ejemplo que ya se vio en España en el sector de la industria auxiliar del metal de Cádiz, y que comienza a verse en otras actividades muy diferentes, como la gran distribución.
Atentos a los bancos centrales
Pero, además de los precios hay otras incertidumbres que atraen la atención de los participantes en el Consenso económico. Empresarios y analistas seguirán también muy de cerca el llamado tapering, es decir, la retirada de estímulos monetarios por parte de los principales bancos centrales del mundo cuyo inicio, en el caso del BCE, podría anunciarse esta misma semana.
Entre los motivos de inquietud de los panelistas está ausente la posibilidad de que vuelvan las restricciones sanitarias a gran escala relacionadas con el Covid-19, pero eso no quiere decir que las previsiones acerca del comportamiento del PIB español se mantengan inalteradas.
Al igual que ha ocurrido con los pronósticos de la OCDE, el FMI o el Banco de España, también las estimaciones de crecimiento se deterioran en el sondeo de PwC. El incremento del 6,3% para este ejercicio augurado el pasado julio se queda ahora en un magro en el 4,8%.
También hay cambios, aunque de menor cuantía, en lo que respecta al desempeño de 2022, ya que ahora se encuentra en el 5,2% frente al 5,5% que se le atribuía en los comienzos del pasado verano.
Más allá de las grandes cifras, los encuestados se muestran especialmente preocupados con el estado de salud financiero y económico de las familias españolas, ante los escasos visos de mejora. En concreto, el 65% considera que la situación de los hogares es "regular" mientras que el 68% prevé que se mantendrá igual en los próximos meses. En lo que al consumo interno concierne, resulta significativo que el porcentaje de encuestados que piensan que está en condiciones de mejorar haya descendido sensiblemente, en concreto cuarenta puntos con respecto a los resultados de julio.
Una menor inversión
Respecto a la inversión, especialmente en el ámbito inmobiliario, el preferido de las familias españolas, tampoco hay buenas noticias. Pese a los buenos datos de los últimos meses de estadísticas como la referente a la compraventa de viviendas, más de la mitad de los panelistas consideran que no continuará creciendo en los próximos meses.
Las expectativas de las empresas, por el contrario, se muestran con tintes más optimistas. Lo evidencia el hecho de que el 50,5% pronostica un aumento de su invrsión de carácter más productivo, especialmente en bienes de equipo y propiedad intelectual, mientras que más del 45% espera el mismo fenómeno en lo que se refiere a sus ventas fuera de nuestras fronteras.
El Consenso económico de PwC también se pronuncia acerca de la política fiscal en nuestro país y sus preferencias están claras. Cerca del 72% de los empresarios y de los analistas abogan por una reducción del gasto público, una vez que este capítulo ha alcanzado un nivel histórico en los nuevos Presupuestos Generales del Estado.
El mayor desembolso público se traduce en un incremento de la deuda y del déficit de las Administraciones, una evolución que no gusta a los panelistas puesto que el 56% de ellos considera que se deberían ya tomar medidas para embridar esos desequilibrios.