Era el dato más esperado del día y no ha defraudado. La inflación en EEUU mantiene su tendencia al alza, al menos en términos interanuales, y se sitúa en el 6,8%, máximos que no se veían desde 1982, con Paul Volcker como presidente de la Fed y los tipos de interés oficiales en el 15%. Hoy, la situación es muy diferente. Pese a que las tasas de inflación se asemejan a las de 1982, Jerome Powell, presidente actual de la Fed, mantiene los tipos casi en el 0%. El debate está servido.
Salvo el pequeño respiro de agosto, la inflación en EEUU no ha parado de subir desde noviembre de 2020. Las tasas de crecimiento interanuales de los precios han ido rebasando las expectativas del mercado mes a mes (en octubre los precios subieron un 6,2%, máximos desde 1991), lo que sin embargo no ha impedido por el momento que las bolsas continúen con su rally alcista y que la Fed mantenga el precio del dinero en niveles cercanos a cero.
En términos mensuales, la inflación se ha situado en el 0,8%, por encima del 0,7% previsto por los mercados. Por otro lado, la inflación subyacente, que no pondera alimentos frescos ni energía, se ha establecido en el 4,9%, el nivel más elevado desde 1992. Todos estos datos ponen bajo presión a una Reserva Federal que tiene el objetivo de inflación en el 2% a medio plazo.
En los componentes destaca una vez más los coches y los camiones usados, cuyo precio se ha disparado un 31,4% en términos anuales. La escasez de chips ha provocado parones en las fábricas de automóviles impidiendo que se fabriquen todos los coches nuevos que demanda la economía. Esto ha generado un desvío de la demanda hacia los coches de segundo mano que está disparando sus precios.
No obstante, quizá lo que más llame la atención es la profundidad que está alcanzando la subida de precios. Lo que comenzó siendo un fenómeno puramente energético está alcanzando ya a todos los componentes que forman la cesta de la compra del consumidor norteamericano: la comida sube un 6,1%, los coches nuevos un 11,4%, la ropa un 5%, el transporte casi un 4%... la inflación ya está por todos lados.
La laxitud de la Fed combinada con una inflación poderosa ha llevado a los tipos de interés reales a presentar niveles negativos que no se veían en más de 60 años. Estos tipos de interés reales negativos (los tipos oficiales menos la inflación) provocan la pérdida de poder adquisitivo de los inversores más conservadores y de los hogares que mantiene su ahorro en depósitos o activos que no se revalorizan con la inflación.
Todo sube mes a mes, con el mismo salarios cada vez se compran menos bienes y servicios. Los analistas de Commerzbank alertan en una nota de que el alza de precios ya llega a todos los bienes y servicios, no solo a los habituales sospechosos (gasolina y coches de segunda mano). "Los cuellos de botella de producción en la industria automotriz y una mayor demanda de servicios que requieren del contacto social han jugado un papel clave aquí".
"Aunque las subidas de precios de estos bienes y servicios deberían ser transitorias, se confirmó el giro alcista de los alquileres que ya habíamos advertido hace un mes. Estos han subido con fuerza una vez más, algo que es muy importante porque esta partida de gasto representa un tercio de la cesta del IPC", aseguran los economistas del banco alemán.
Los tipos de interés reales caen a mínimos de las últimas décadas
La otra parte del mandato de la Fed, el mercado laboral, sigue mostrando nuevos signos de fortaleza, los datos de peticiones de subsidios han sido impresionantes esta semana al caer a su nivel más bajo desde 1969, mientras que las vacantes de empleos sin cubrir siguen marcando máximos históricos en unos 11 millones de puestos.

"Esto, junto con una inflación desenfrenada, hace que la posición de la Fed sea cada vez más incómoda y el mercado ahora ve una posibilidad de hasta tres aumentos en los tipos de interés el próximo año (creemos, sin embargo, que se detendrá en dos)", aseguran los analistas del banco nórdico SEB.
"La presión sobre la Fed aumenta a medida que la inflación galopante se ha convertido en un tema político candente. Antes de la publicación de big data de hoy, la cifra de inflación de EEUU ya está en máximos desde 1992. El presidente Joe Biden tuvo que preparar ayer a la gente para una nueva ducha fría. Biden aseguró que la información que se publicará mañana no refleja la realidad actual y no refleja las disminuciones de precios esperadas en las próximas semanas y meses, como en el mercado de automóviles".