España llegó al Consejo de Ministros de Energía de la Unión Europea del martes con una ambiciosa propuesta para desvincular el precio del gas del de la electricidad en situaciones excepcionales, pero el Gobierno se encontró con una fría respuesta tanto de sus colegas como de la Comisión Europea, que cuestionó la eficacia de la medida y advirtió de sus posibles riesgos.
España había circulado a última hora del lunes un documento en el que ponía sobre la mesa Bruselas cuestiona la propuesta de España de salirse del sistema europeo de precios y avisa de los riesgos. En él, el Gobierno alertaba del efecto contagio del incremento del precio del gas en el de la electricidad y del impacto para el crecimiento económico, y pedía a Bruselas dar libertad a los países para modificar su sistema de fijación de precios. "Tiempos excepcionales requieren medidas excepcionales con urgencia", alegaba el Gobierno en el documento.
La medida buscaba romper el mecanismo actual de fijación de precios en el mercado marginalista en el que la energía más cara afecta al precio del resto de fuentes, lo que explica que se hayan disparado las tarifas incluso en países con menor dependencia de gas, a raíz del incremento del precio de este combustible.
España también pedía establecer un precio máximo para el gas natural. Sin embargo, una parte importante de los países de la UE consideran que esta situación es temporal y, por lo tanto, también deben serlo las medidas que se tomen para paliar sus consecuencias. Y alertan además de las consecuencias de intervenir el mercado.
"Algún Estado miembro sugiere que deberíamos desvincular las energías renovables y el gas en la formación de los precios. Eso significa posiblemente crear mercados paralelos y fijar precios para diferentes tecnologías", explicó al término de la reunión extraordinaria la comisaria de Energía, Kadri Simson, pero "no está del todo claro cómo funcionaría en la práctica un sistema con precios para diferentes fuentes de energía y si sería una mejor alternativa al diseño actual del mercado eléctrico", advirtió la estonia.
La propuesta de España pretendía romper el actual mecanismo de fijación de precios
Simson se alineó abiertamente con Austria, Alemania, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo, y Países Bajos que el pasado lunes habían rechazado de plano que la solución al incremento de los precios de la electricidad que sufre Europa, en mayor on menor medida, pueda solucionarse mediante la intervención o la reforma de los mercados de la mayoristas. "Cambiar el modelo actual plantea riesgos para la previsibilidad, la competitividad y nuestra transición energética limpia, y, además, porque el modelo de mercado actual garantiza la adecuación de la oferta y la demanda en todo momento", advirtió Simson en rueda de prensa.
A lo que sí está abierta la Comisión es a la compra conjunta de gas, que no tendría por qué remplazar la compra privada, pero sí asegurar reservas estratégicas cuando los precios se estabilice, precisamente para poder hacer frente a situaciones excepcionales con la actual. "Así y todo, tenemos que examinar las ventajas y los inconvenientes de este sistema", explicó la comisaria.