Economía

Diez países rechazan la reforma del mercado eléctrico como pide España

  • Creen que el incremento de los precios se debe a un problema circunstancial
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Foto: Alberto Martín
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Austria, Alemania, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo y Países Bajos muestran su oposición frontal a cualquier intervención del mercado interior del gas y la electricidad en un comunicado conjunto el pasado lunes, de cara al Consejo de Ministros de Energía extraordinario que se celebra este martes para abordar el incremento de los precios.

"Dado que las subidas de precios tienen un origen global, deberíamos ser muy cuidadosos antes de interferir en el diseño de los mercados energéticos interiores", advierten, "no podemos apoyar ninguna medida que entre en conflicto con el mercado interior del gas y la electricidad, como por ejemplo, una reforma ad hoc del mercado mayorista de la electricidad".

Aunque la resistencia de buen número de gobiernos europeos a la intervención de los mercados era de sobra conocida, el anuncio es un jarro de agua fría para la propuesta de España, Francia, Chequia, Grecia y Rumanía. También una muestra de las importantes divisiones en el seno de la Unión Europea sobre cómo afrontar la crisis energética, que ya exhibieron los líderes de la UE en una larguísima discusión durante la cumbre.

Defienden mejorar la eficiencia energética e incrementar el uso de renovables

En la reunión, los ministros de Energía tendrán una discusión técnica y política, en torno a la caja de herramientas que la Comisión presentó, y a la que los líderes de la UE dieron el visto bueno la pasada semana, recogiendo las posibles medidas a nivel nacional y europeo para frenar e incluso revertir el incremento récord de los precios de la energía. Pero las posiciones están cada vez más alejadas.

Frente a la petición de España y otros cuatro gobiernos de reformar el mercado mayorista de la electricidad, Bruselas apenas se comprometió a solicitar a los reguladores europeos que estudiaran las ventajas e inconvenientes de su actual configuración y propusieran posibles recomendaciones sobre cómo mejorar su funcionamiento. Aunque los resultados preliminares del informe deberían publicarse en noviembre, las recomendaciones no llegarán hasta abril. La oposición de estos países supone que, en cualquier caso, sería muy difícil que llegaran a implementarse.

"Esto no serviría para mitigar el actual aumento de los precios de la energía vinculados a los mercados de combustibles fósiles", aseguran estos diez países, que apuestan por la mejora de las interconexiones entre los diferentes países europeos y una mayor integración de los mercados de la electricidad en la Unión. "Un mercado energético transparentes y competitivo ofrece eficiencia y precios competitivos a los usuarios finales", insisten.

Estos países consideran el incremento de los precios un problema circunstancial y abogan por medidas nacionales a corto plazo para limitar el impacto sobre los colectivos más vulnerables. A largo plazo, entienden que la solución pasa por mejorar la eficiencia energética e incrementar el uso de energías renovables y rechazan cualquier vínculo del incremento de los precios con las políticas verdes. "Una transición energética bien gestionada no es la causa, sino parte de la solución para mantener precios asequibles y predecibles", aseguran.

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