
El Banco Central Europeo está estudiando un nuevo programa de compra de bonos para evitar turbulencias en el mercado cuando las compras de emergencia se eliminen el próximo año. En el punto de mira se encuentran España e Italia por su elevado endeudamiento. El plan pasaría por completar el QE anterior, que se mantiene en vigor a pesar del programa de emergencia con una capacidad de adquisición de bonos de 20.000 millones, y evitar el temido efecto acantilado que terminaría disparando la prima de riesgo de ambos países.
El Consejo del BCE tienen señalado diciembre como la fecha límite para decidir qué hacer con el programa de compra de urgencia, conocido como el PEPP y teme que su retirada provoque pánico en la deuda de países como Italia y España, con un elevado endeudamiento. Las adquisiciones del banco central está manteniendo a raya las rentabilidades, pero todavía sigue muy vivo el recuerdo de la pasada crisis de deuda soberana, cuando los intereses se dispararon a niveles insostenibles.
La nueva hoja de ruta pasaría por el diseño de una herramienta que jubile al PEPP, que tiene una capacidad de 1,85 millones y que ha ayudado a pasar la pandemia sin ninguna crisis de crédito, y complemente al APP, el antiguo QE de Draghi, que ha pasado a un segundo plano, pero que todavía está en vigor, con una potencia de fuego de 20.000 millones mensuales para adquirir bonos, según informa Bloomberg.
La gran diferencia estaría en su flexibilidad para realizar compras selectivo y romper la proporcionalidad
El plan pasaría por dotar de mayor flexibilidad para realizar las compras de manera selectiva, lo que supone una enorme diferencia respecto al PEPP y al APP. Actualmente en los dos programas manda un principio de proporcionalidad para que las compras estén vinculadas al tamaño de la economía de cada país. El problema para el BCE es que está dejando seco al mercado de deuda alemana, que es la principal inversión de Frankfurt.
Varios miembros del BCE ya han expresado la necesidad de evitar un efecto acantilado en el momento de la retirada de la PEPP. El Banco Central Europeo discutirá un aumento de sus compras regulares de bonos a través del APP cuando termine su esquema de lucha contra la pandemia, explicó Madis Muller, miembro del Consejo del BCE.
"Me doy cuenta de que sería un problema si hay un efecto de acantilado muy agudo al final del programa de compras de emergencia pandémica (PEPP)", explicaba Bloomberg el director del banco central de Estonia. Por ello, "parte de la discusión que tendremos sobre cómo eliminar gradualmente el PEPP y qué significaría para las compras de activos en el futuro". Un aumento del APP podría hacer más gradual la retirada de estímulos.
El gobernador del Banco de Grecia, Yannis Stournaras, ya apuntó antes en esa dirección que aunque concluya el PEPP, "el BCE tendrá que seguir brindando un apoyo significativo incluso después de que termine la crisis". El banquero griego se apoya en que la inflación está muy por debajo del objetivo del 2% para tener que retirar las ayudas con tanta rapidez. Y apunta al APP, el programa de compra de deuda del BCE anterior al PEPP y que todavía se mantiene en vigor, como una fórmula flexible para que la economía no se quede sin ayuda. "La APP puede necesitar ser recalibrada para evitar cualquier efecto de acantilado, con mayores volúmenes de compra y algunas características importantes de flexibilidad como en el PEPP".
De momento, el BCE ya anunciado que reducirá el ritmo de compras, que durante el verano ha disparado a un paso de 20.000 millones semanales. En la última reunión, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, se emplazó a diciembre a tomar decisiones importantes. Posteriormente admitió que el programa establecido para combatir los efectos de la pandemia podría ir seguido de una "transición a un nuevo formato", sin dar más detalles. El vicepresidente, Luis de Guindos, dijo el lunes que el BCE decidiría en su última reunión de política del año "qué alternativas hay" a ese programa, "si se necesitan alternativas".