Desde que la inflación comenzó a despuntar a principios de 2021, los economistas y las instituciones internacionales han querido marcar distancias con el periodo de la década de lo 70, caracterizado por una inflación muy alta y un crecimiento real mediocre. Sin embargo, Kenneth Rogoff, profesor de Economía en la Universidad de Harvard y antiguo economista jefe del Fondo Monetario Internacional avisa de que las similitudes con esa aciaga década son cada vez mayores.
Rogoff se encontraba hace unos meses entre esos expertos que marcaban distancias con los 70, sosteniendo que la inflación, pese al fuerte repunte, sería mayormente transitoria. Sin embargo, algunas cosas están cambiando en la economía global y en EEUU, lo que ha llevado a Rogoff a lanzar este mensaje de alerta en un artículo publicado en Project Syndicate.
"Muchos economistas parecen ver la inflación como un problema puramente tecnocrático, y a la mayoría de los banqueros centrales les gustaría creer eso. De hecho, las raíces de la inflación sostenida provienen principalmente de problemas de economía política, y es ahí justo donde la larga lista de similitudes entre la década de 1970 y la actualidad es inquietante", asegura el profesor de la universidad de Harvard.
Afganistán y Vietnam
Con la desastrosa salida de EEUU de Afganistán, los paralelismos entre la década de 2020 y la de 1970 siguen creciendo. "¿Es ahora mucho más probable un período sostenido de alta inflación? Hasta hace poco, habría dicho que las probabilidades estaban claramente en contra. Ahora, no estoy tan seguro, especialmente mirando hacia adelante en unos años", asegura el experto.
En lo que se refiere a EEUU, Rogoff comenta en aquella época hubo también un período en el que el presidente de Estados Unidos desafió las normas institucionales, como ha hecho Trump en los últimos años (Richard Nixon era la versión de los años setenta), mientras una persona completamente decente asumió el cargo después, como es Joe Biden (en ese entonces, Jimmy Carter). En el extranjero, EEUU sufrió una derrota humillante a manos de un adversario mucho más débil, pero mucho más decidido (Vietnam del Norte en la década de 1970, los talibanes hoy).
En lo que se refiere a los parecidos económicos, en la actualidad la economía mundial sufre una prolongada desaceleración de la productividad. Mientras que la década de 1970 marca un punto de inflexión en la historia económica de Estados Unidos, por una fuerte desaceleración en la innovación económica significativa.
Un shock en la oferta
Por otro lado, "la economía global sufrió un choque masivo de oferta en la década de 1970, cuando los países de Oriente Medio subieron masivamente el precio del petróleo que cobraban al resto del mundo. En la actualidad, el proteccionismo y la retirada de las cadenas de suministro globales constituyen un shock de suministro negativo igualmente consecuente", apunta Rogoff en el artículo de Project Syndicate.
Otro gran paralelismo se puede establecer con las políticas fiscales, aunque con ciertas diferencias obvias por la evolución de la economía y el Estado de Bienestar en las últimas décadas.
"A finales de los sesenta y setenta, los enormes aumentos del gasto público no se vieron acompañados de mayores impuestos a los ricos. Los aumentos en el gasto se debieron en parte a los programas de la 'Gran Sociedad' del presidente de Estados Unidos Lyndon B. Johnson en la década de 1960, luego amplificados por el coste vertiginoso de la guerra de Vietnam. Primero Johnson y luego Nixon se mostraron reacios a aumentar los impuestos para pagar estos costes, por temor a perder el apoyo político", apunta Rogoff.
En la actualidad ha sucedido algo comparable en los últimos años. "Primero los recortes de impuestos de Trump, luego las políticas fiscales ultra expansivas relacionadas con la pandemia y ahora los planes progresistas para expandir la red de seguridad social han golpeado duramente al presupuesto federal. Los planes para financiar estos mayores gastos que pasan por aumentar los impuestos solo a los ricos probablemente se quedarán cortos", reconoce el ex economista jefe del FMI.
El resultado de todo lo anterior es un fuerte incremento de la deuda pública que complicará sobremanera la normalización de la política monetaria. ¿Qué quiere decir esto? Que aunque la inflación supere de forma sostenida el 2%, los bancos centrales se lo pensarán dos veces antes de subir los tipos de interés oficiales y generar un problema adicional a unos gobiernos que están endeudados hasta las trancas.
"El fuerte aumento de las deudas gubernamentales hará inevitablemente más doloroso desde el punto de vista político para los bancos centrales subir los tipos de interés nominales si los tipos reales globales comienzan a subir. Las elevadas deudas ya son una de las razones por las que algunos bancos centrales dudarían hoy en día en subir las tasas de interés si se produce la normalización pospandémica", asegura Rogoff.
No obstante, para este experto la deuda privada, que también se ha disparado durante la pandemia, es quizás un problema aún mayor. "Los incumplimientos privados generalizados eventualmente tendrían un gran impacto fiscal a través de una menor recaudación de impuestos y mayores costos de la red de seguridad social".
"Antes de volvernos demasiado pesimistas, recordemos que los años setenta fueron seguidos por los ochenta y noventa, y un gran resurgimiento del crecimiento de las economías avanzadas... por otra parte, la década de 2030 está muy lejos aún", culmina el experto.