
¿Logrará Estados Unidos implantar el Impuesto Mínimo Global sobre Sociedades del 15% en el escenario global? Los fiscalistas internacionales muestran sus dudas. La mitad cree que es "poco probable" que se lleve a la práctica pese a los anuncios del G7 y de la OCDE en los últimos meses.
Así lo recoge el Consenso Económico del segundo trimestre de 2021 publicado por PwC. La contribución de las empresas a la Hacienda común es objeto de discusión a nivel nacional e internacional. Los encuestados defienden su simplificación y también son partidarios en su mayoría de que los esfuerzos de la inspección se centren en los grandes grupos empresariales.
A nivel internacional, la opinión es concluyente. El 77,7% apoya el reciente pacto de la OCDE para establecer un tipo mínimo del 15% en el Impuesto sobre Sociedades, aunque casi la mitad lo considera "poco probable". Por otra parte, una amplia mayoría aboga por la supresión de los impuestos sobre Patrimonio y sobre Sucesiones.
Los especialistas muestran sus dudas sobre la aplicación de las medidas fiscales impulsadas por Washington después de la oposición de las pequeñas economías europeas. La decisión del G7 -firmada por Alemania, Canadá, los Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido- ha incomodado a socios europeos. La medida está rubricada por las tres mayores potencias europeas: Alemania, Francia e Italia. Sin embargo, en Europa y en la UE hay economías modestas que utilizan una política fiscal con un Impuesto sobre Sociedades más reducido para atraer inversión. Es el caso de Irlanda o Chipre -que fijan un tipo general del 12,5%-, de Bulgaria -que aplica un 10%- o de Hungría, que mantiene el tipo de referencia en un 9%.
Irlanda y Hungría lideran por el momento la respuesta al G7, también contra sus socios europeos. El ministro de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe, advirtió que Irlanda desafiará la decisión del G7 y "luchará" por mantener su tipo del 12,5% en el Impuesto sobre Sociedades. Donohoe habló en su momento con Janet Yellen, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos. El irlandés trasladó a la Administración Biden que "todavía existe un papel para la competencia fiscal legítima, particularmente para las economías más pequeñas". Donohoe espera que otros países se sumen a su petición e impugnen la decisión del G7.
Este verano, Donohoe insistió en que Irlanda no se adherirá a los planes de reforma fiscal mundial, consolidando la resistencia del país a esta medida que gana apoyos en todo el mundo. "Lo que está sobre la mesa en este momento es un acuerdo del que Irlanda no puede formar parte", declaró a la radiotelevisión pública irlandesa RTE.
"Estamos comprometidos a negociar para ver si podemos entrar en el acuerdo en algún momento, pero yo defiendo el 12,5%", agregó. El ministro irlandés subrayó que "ha sido una característica clave de nuestra política económica desde hace décadas".
Según sus estimaciones, Irlanda perderá alrededor de 2.000 millones de euros al año con la decisión del G7. Donohoe previó hace meses esta situación e incorporó en los Presupuestos esta eventualidad. Las pérdidas para la Hacienda irlandesa, de entre 2.000 y 2.400 millones de euros, equivaldrá a una quinta parte de los ingresos fiscales anuales del Impuesto sobre Sociedades de Irlanda.
Por su parte, el secretario de Estado de Asuntos Tributarios de Hungría, Norbert Izer, ha llegado a calificar la propuesta de Estados Unidos de "violación de la soberanía". Hungría tiene la tasa impositiva en el Impuesto sobre Sociedades más baja de Europa, del 9%, y una de las más bajas del mundo. En enero de 2017, el primer ministro Viktor Orban redujo la tasa del país del 19% al 9% para atraer más inversión extranjera. "No aceptará ninguna solución que dificulte la vida de las empresas locales o reduzca la soberanía financiera", aseveró.
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