La situación en el mercado laboral de los grupos vulnerables ha empeorado, según recoge el sindicato Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) en un documento al que ha tenido acceso elEconomista. Las personas activas mayores de 55 años, las mujeres, los menores de 25 años y los trabajadores extranjeros han visto como sus dificultades laborales se han visto agravadas desde el inicio de la pandemia y como consecuencias de la misma.
Los principal dificultad que afronta la población activa que supera los 55 años de edad radica en la reinserción al empleo. Este grupo de trabajadores cuenta con una tasa de desempleo del 12,7% en el primer trimestre de 2021 con respecto a total de la población activa, la cual ha crecido un 0,6% frente al primer trimestre de 2020, cuando registró un 12,1%.
El crecimiento de la tasa de paro de los mayores de 55 en general es menor: inferior a la media del total (aumentó un 1,6%, del 14,4% al 16% en el primer trimestre de 2020 y 2021, respectivamente) e inferior al resto de grupos vulnerables (mujeres, menores de 25 e inmigrantes). No obstante, la complicada recolocación de estos trabajadores es lo que más preocupa al sindicato.
Los mayores de 55 sufren en mayor medida el paro estructural y de larga duración
Los mayores de 55 son el grupo más frágil ante el paro estructural. Son preocupantes, en este sentido, los datos relativos al paro de larga duración: 46 de cada 100 personas desempleadas lleva más de un año buscando empleo, y la cuarta parte más de dos. Una situación de desigualdad que se puede agravar con la extensión de la presente crisis sanitaria y económica.
El desempleo en las mujeres se sitúa en 18,1% frente al 14,1% de los hombres, lo cual las coloca como grupo vulnerable. Desde el inicio de la pandemia y en comparación con el primer trimestre del pasado año, las mujeres han sufrido un aumento del desempleo de casi dos puntos porcentuales: del nombrado 16,2% al 18,1%.
La vulnerabilidad de los jóvenes y la falta de empleo en este colectivo es un de mal endémico que sitúa a España muy por encima de la media europea. El paro juvenil (menores de 25 años) alcanza el 39,5% frente al 31,3% de enero de 2020. Tan solo nos siguen la estela Grecia (34,2%), que hace un año era el mercado negativamente líder, e Italia (33%), que ha protagonizado una preocupante subida de 4,2 puntos.
Las personas extranjeras copan el 26,2% del desempleo, junto a los menores de 25 las más altas. Las personas no nacionales han protagonizado una fuerte subida respecto a los primeros tres meses del 2020, con cinco puntos porcentuales más que no hacen más que confirmar su preocupante posición de vulnerabilidad en el mercado laboral español.
Erte: diques de protección social
Junto a otras medidas de protección social, los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (Erte) llevan funcionando desde el inicio de la pandemia como un dique de protección social, de las familias y de la economía nacional. En abril de 2020, durante la primera ola y el confinamiento severo, acogió a hasta cerca de 3,6 millones de afiliados. En mayo, con la recuperación a la vista, bajó por primera vez de 600.000.
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