
El pasado 1 de enero, Cuba puso fin a su sistema de doble moneda, un complicado entramado que durante un cuarto de siglo ha provocado grandes distorsiones económicas y que ha dificultado el conocimiento de la contabilidad real de la isla debido a la convivencia de diferentes tasas de cambio.
La medida no está siendo un camino de rosas para el gobierno cubano y la población. El propio presidente cubano, Miguel Mario Díaz-Canel, reconoció a comienzos de año que la tarea "no está exenta de riesgos" y que puede provocar un aumento de la inflación que podría reducir significativamente el valor de su dinero ahorrado.
Varios economistas consultados por Reuters aseguraron que "la reforma significaría un dolor a corto plazo para los cubanos", pero la ven como un sacrificio necesario de cara al largo plazo, "ya que las variaciones de los tipos de cambio han oscurecido el funcionamiento real de la economía y han subsidiado de manera efectiva a algunos sectores".
Doble cara
Según informó este pasado jueves el viceprimer ministro cubano, Alejandro Gil, unas 508 empresas estatales cubanas han registrado pérdidas desde la unificación monetaria y cambiaria que entró en vigor a principios de año e incluyó la eliminación del peso convertible CUC, paritario al dólar.
Gil aseguró que, por contra, 1.304 compañías estatales han logrado beneficios desde la puesta en marcha de la llamada en Cuba "Tarea Ordenamiento", una de las reformas económicas más complejas de las previstas por el Gobierno cubano, que la pospuso durante casi una década.
Según el ministro, el Gobierno busca fortalecer la empresa estatal socialista y otorgarle una "mayor autonomía", aunque mantiene "la voluntad de ampliar" el sector privado, cuyo rol reconoció como actor de peso en la economía.
Defensa de salarios y precios
El también viceprimer ministro cubano defendió las medidas vigentes desde enero, que incluyeron una revisión al alza de los salarios y precios, así como la retirada de buena parte de los subsidios a la población, pero que también provocaron que la inflación se disparase.
Ese proceso ha coincidido con la pandemia del coronavirus y el incremento de las sanciones de Estados Unidos, lo cual ha agravado la crisis, indicó Gil, quien admitió "problemas" del diseño de la Tarea Ordenamiento.
Gil justificó que los precios en establecimientos estatales están regulados según el cambio oficial, pero reconoció que la oferta es insuficiente. La solución para incrementar la oferta, producir alimentos, sustituir importaciones o incentivar otras esferas económicas "no es sencilla, ni se resuelve con dos o tres medidas", aseveró, y reiteró que el embargo de EEUU sigue siendo el principal obstáculo al desarrollo económico de Cuba.
Creación de 150.000 empleos
No obstante, Gil destacó que el Gobierno ha escuchado a los productores y reconoció las deficiencias en la aplicación inicial de las medidas, y que en estos primeros meses se crearon 150.000 empleos. También aseguró que Cuba aspira a crecer un 6% este año, tras el desplome del 11% registrado en 2020.
El titular de Economía se refirió asimismo al malestar que ha generado en la población -en un momento de fuerte escasez- la concentración de los alimentos y productos básicos en tiendas de pago exclusivo en divisas, pese a que la mayoría de la población cobra sus salarios en pesos cubanos.
La falta de liquidez estatal ha provocado que los bancos y casas de cambio tampoco vendan monedas fuertes a la población, mientras en el mercado informal el dólar se cotiza ya a más del doble de la tasa oficial de 24 pesos cubanos por dólar.