
ERC mantiene la intención de pactar con Junts per Catalunya un acuerdo de legislatura con Pere Aragonès como presidente de la Generalitat, pese a que en la sesión de este martes cosechó un segundo intento fallido de investidura debido a la abstención de la formación de Carles Puigdemont.
Aragonès urgió desde el atril a alcanzar un pacto para poner en marcha el nuevo Govern, que tiene como plazo máximo el 26 de mayo antes de que se convoquen automáticamente elecciones autonómicas, mientras Junts se resiste a ceder poder -en las alianzas anteriores eran la formación predominante pero ahora han cambiado las tornas-, aunque confía en desbloquear las negociaciones antes de llegar a una repetición electoral.
Ambas formaciones siguen peleando por la dirección de la estrategia independentista, que Junts quiere centrar en el Consell per la República que Puigdemont pilota desde Bruselas, pero Aragonès afirmó ayer que no aceptará "sustituciones ni tutelas". Por su parte, Salvador Illa sigue esperando una oportunidad para optar a la investidura por haber sido el partido ganador del 14F, y reprocha a ERC que sea "rehén" de los antisistema de la CUP y de Waterloo.