Economía

Las turbulencias del fondo de la UE lastran la recuperación

  • Las dificultades sobre la ratificación y los planes nacionales se suman a las dudas sobre su tamaño
Ursula von der Leyen. Archivo.
Bruselas

Tiempo de crisis. Un nuevo instrumento europeo con un complicado nacimiento. Gobiernos que esperan la ayuda europea. Y una decisión del Tribunal Constitucional alemán que dispara las alarmas en toda Europa. Sucedió en el verano de 2012, cuando los jueces de Karlsruhe pusieron en jaque la creación del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), en el peor momento de la crisis de la eurozona, un par de semanas después de que Chipre y España hubieran solicitado un rescate, y con Grecia, Irlanda y Portugal manteniéndose a flote con la asistencia del predecesor del MEDE. Y ha vuelto a ocurrir ahora, con la pandemia apretando en Europa, una nueva recesión en cocción, y toda la Unión poniendo velas para que lleguen ya las transferencias del fondo de recuperación, esperadas para algún momento del segundo semestre, si no se tuercen demasiado las cosas.

La paralización de los jueces alemanes del proceso de ratificación del fondo ha sido la enésima adversidad que encara Europa en la lucha contra el covid-19, y un nuevo varapalo para el bazuca europeo de 800.000 millones de euros. El histórico acuerdo de los líderes del pasado julio ha quedado deslucido por una puesta en marcha extremadamente lenta, criticada por socios como Francia y afeada por inversores internacionales y por el BCE. Además, ya son varias las voces que cuestionan su tamaño, incluido el presidente francés Emmanuel Macron. Dudan si los 800.000 millones de euros (con precios actuales, 750.000 millones con precios de 2018) serán suficientes para relanzar economías que ha sufrido tres olas del virus, un constante goteo de restricciones y una caída más profunda que la de EEUU y China.

El Constitucional alemán decidió el viernes considerar el recurso de un grupo de 2.200 ciudadanos en contra de la Decisión de Recursos Propios de la UE. Con ella, se eleva el techo presupuestario de la UE, paso necesario para que la Comisión Europea pueda pedir en los mercados los 800.000 millones de euros.

Ningún Estado miembro ha enviado hasta ahora su propuesta de inversiones

Los 27 Estados miembros deben dar su bendición. Pero nadie sabe cuánto tiempo necesitarán los jueces alemanes para emitir su veredicto, qué condiciones impondrán o incluso si, en el peor de los casos, bloquearan el nacimiento del fondo al considerar que viola la letra de los tratados comunitarios, porque la UE no se puede endeudar, como plantean los demandantes. En el caso del MEDE, Karlsruhe dio su visto bueno con condiciones dos meses después de la audiencia por un procedimiento acelerado. Otras fuentes apuntan más hacia bien entrado el segundo semestre.

Un portavoz de la Comisión Europea se mostró confiado con que tanto Alemania como el resto de los países que todavía tienen que ratificar el fondo lo harán antes de finales de junio. Hasta ahora lo han hecho 16 Estados miembros, entre ellos España, y otros seis lo tienen previsto para abril.

Tal y como confirmó este lunes la Comisión, ningún Estado miembro ha enviado hasta ahora su propuesta de inversiones y reformas. Tienen hasta finales de abril para hacerlo. España, que está entre la media docena de socios con el borrador más avanzado, espera hacerlo antes de que concluya este mes, tal y como prometió el Gobierno.

Bruselas confiaba en haber concluido la evaluación de los primeros planes para finales de este semestre, desbloqueando el primer tramo del 13% del fondo para cada país. Son unos 10.000 millones de euros en el caso de España, de los 140.000 millones que le tocan, repartidos a partes iguales entre ayudas a fondo perdido y préstamos. El Gobierno presupuestó 27.000 millones del fondo ya para este año, que adelantará via emisión de deuda hasta que lleguen las transferencias desde Bruselas.

Europa deja la puerta abierta a la adopción de nuevas medidas fiscales en las capitales, para lo que mantendrá suspendido el próximo año el control del déficit y la deuda nacionales. Sin embargo, la adopción de un nuevo estímulo europeo no entra de momento en los planes. El debate ha surgido sobre todo tras el empeoramiento de la situación económica, y la aprobación de un tercer estímulo en EEUU, con la Administración Biden poniendo la vista ya en un cuarto.

Donohoe coincide en que no hay excusas para los plazos. "La urgencia es primordial"

Tras la cumbre europea del pasado jueves, Macron dijo que "probablemente" tendremos que aumentar la respuesta europea. El presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, le respondió este lunes con una tribuna publicada en el diario Financial Times. El también ministro de Finanzas irlandés considera que comparar el estímulo europeo y el estadounidense desdibuja la magnitud del esfuerzo de la UE, y además las diferencias no son tan significativas. En 2020, las medidas presupuestarias extraordinarias en Europa fueron del 7% de su PIB, y se ofreció hasta el 17% del PIB en liquidez, frente al 10% y 7,7% en EEUU, dijo Donohoe.

Pero más allá del tamaño, el irlandés coincide en que no hay excusas para los plazos. "La urgencia es primordial", sentenció Donohoe.

Los pasos que quedan

Ratificación del fondo. Tras los problemas con el constitucional alemán, y la falta de claridad con algunos países, la Comisión Europea confía en cerrar el proceso antes de que termine este semestre.

Aprobación de los planes nacionales. Los países tienen hasta finales de abril para enviar sus planes nacionales de inversiones y reformas. La Comisión y el Consejo tienen tres meses en total para concluir su evaluación.

Primeras transferencias. Si Alemania se desatasca en dos o tres meses, y Polonia y Hungría no plantean demandas de última hora, las primeras transferencias del fondo todavía podrían tener lugar en verano.

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