Economía

A China se le 'atragantan' los chips (por ahora): la industria que tiene en vilo al mundo es clave para Pekín

  • China apenas recorta distancia con los grandes productores de chips
  • Su objetivo era producir el 70% de los chips que consume para 2025
  • Ahora mismo China aún tiene que importar el 80% de los chips de otros países
Un trabajador en China mirando analizando con una lupa los microchips. Alamy

Aunque no seamos conscientes de ello, todos los días estamos usando circuitos integrados o chips (semiconductores) que permiten el funcionamiento en millones de dispositivos: teléfonos, coches, equipos médicos, electrodomésticos... Esta industria está prosperando muy rápido, tanto es así que ahora mismo el mundo se enfrenta a una escasez de chips que ha paralizado cadenas de producción en varios países, provocando pérdidas millonarias a General Motors, por ejemplo.

Allianz: "Los ejemplos de Corea del Sur y Taiwán muestran que alcanzar posiciones sólidas en segmentos clave de la industria de los semiconductores lleva décadas para construirse"

La producción de chips no es sencilla, requiere tecnología, una inversión inicial elevada y altos conocimientos de la materia, obstáculos que por ahora han impedido a China hacerse un hueco en la producción del denominado 'nuevo petróleo'.

China quiere seguir avanzando y sofisticando su modelo productivo para llegar a ser una economía desarrollada. Dentro de esta estrategia, la producción de chips ocupa un lugar fundamental. En su plan 'dual circulation', Pekín busca reducir al máximo su dependencia del exterior (no quiere importar de fuera salvo lo imprescindible) y para ello necesita fabricar estos circuitos integrados que ahora mismo tiene que comprar en grandes cantidades a Taiwán y Corea del Sur, que son los grandes productores del mundo de chips.

A medida que proliferan los dispositivos electrónicos (la pandemia del covid ha supuesto un nuevo empujón), las empresas que fabrican semiconductores siguen prosperando. Estas empresas buscan producir unos semiconductores (chips) cada vez más pequeños, más baratos y más rápidos para optimizar al máximos los dispositivos electrónicos, conseguir que sean más potentes y asequibles a la vez. Estos semiconductores se pueden dividir hasta en cuatro categorías: microprocesadores, chips de memoria, circuitos integrados de productos básicos y 'sistemas en un chip' complejos.

Si todo esto suena ya enrevesado imaginen la dificultad y la tecnología necesaria para producirlos. Esta es la barrera que está intentando superar China con grandes dosis de inversión, que por ahora solo han servido para acercarse levemente a Taiwán y Corea del Sur, que tienen (sus empresas) la tecnología y las economías de escala para dominar, por ahora, el mercado. "Los semiconductores un objetivo prioritario para la estrategia de 'dual circulation' de China introducida en 2020", comenta Aurélien Duthoit, analista de Allianz en un informe sectorial.

China ve reducido su superávit comercial porque tiene que importar millones de chips cada año

El ascenso de China como uno de los principales ensambladores y diseñadores de productos electrónicos de consumo ha venido de la mano de un enorme déficit comercial de semiconductores que alcanza los 200.000 millones de dólares por año. "El país no ha cumplido su objetivo de cubrir el 40% de sus necesidades nacionales de semiconductores para 2020 y no puede esperar de manera realista alcanzar el objetivo del 70% asignado para 2025. Ninguna empresa china ha surgido todavía como un fuerte rival para los estadounidenses, surcoreanos y taiwanesas que dominan la cadena de valor de semiconductores", explica el experto de Allianz.

El plan de China presuponía que para 2025 se debería cubrir el 70% del consumo de chips con producción doméstica (dentro del plan Made in China 2025). No obstante, la consultora IC Insights cree que esta participación solo ha mejorado marginalmente del 15% en 2015 al 16% en 2019, y prevé sea del 20% para el 2025. Tener una población muy grande ha permitido a China convertirse casi de la noche a la mañana en la fábrica 'barata' del mundo. Sin embargo, para producir de bienes de un valor añadido muy alta no es suficiente con tener cientos de millones de habitantes, se necesitan unos conocimientos muy avanzados, experiencia y mucha tecnología.

No se logra entrar en esta industria de la noche a la mañana

Lo casos de Corea del Sur y Taiwán son esclarecedores. Hoy son las dos potencias en el mundo de los semiconductores, pero para entender su éxito hay que remontarse a los planes gubernamentales iniciados en la década de 1980. No fue hasta bien entrada la primera década de los 2000, cuando ambos países comenzaron a generar superávits comerciales recurrentes en el apartado de semiconductores. Ahora son los reyes de esta industria. "Los ejemplos de Corea del Sur y Taiwán muestran que alcanzar posiciones sólidas en segmentos clave de la industria de los semiconductores lleva décadas para construirse".

Las empresas chinas parte de una posición demasiado lejana, con un 'retraso' tecnológico muy significativo, que por ahora les impide aparecer en el ranking de líderes en la producción de chips. China tendrá que confiar en la inversión extranjera directa para alcanzar los niveles de aprendizaje que le permitan producir chips de forma doméstica. La cuestión es hasta qué punto estarán dispuestas las empresas taiwanesas o coreanas a 'desvelar' sus secretos. No obstante, nadie duda de que China terminará alcanzando sus objetivos aunque sea varios años o décadas después.

"China necesariamente dependerá de la inversión de empresas líderes extranjeras en esta industria para ascender en la escala tecnológica y reducir su enorme déficit en chips... Las empresas extranjeras tendrán que encontrar el equilibrio adecuado entre cosechar los beneficios otorgados por las autoridades chinas (generalmente subvenciones y exenciones fiscales) y el riesgo de acelerar el progreso de China a lo largo de la curva de aprendizaje", sentencia el experto de Allianz.

Turbulencias en la industria

Por último, la irrupción de Pekín en esta industria estratégica a nivel global puede generar algunas turbulencias en el sector y en la geopolítica: "Dado que la estrategia de China está destinada a impulsar tanto la oferta como la demanda, también podría reforzar la volatilidad en una industria que experimenta una recesión cada cuatro o cinco años de media. Por último, también existe un mayor riesgo de que EEUU emprenda una nueva disputa comercial con China el miedo al uso de chips avanzados en industrias críticas (defensa, aeroespacial, etc.) y la idea de que su liderazgo en tecnología de semiconductores se vea amenazado", concluye el documento.

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Comentarios 3

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Usuario validado en elEconomista.es
Diabolo
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Pues cuando el elon musk empiece a poner chips a todos monos... todos, todos, ya me entienden...

Entonces si que habrá un buen déficit !!!! Ni el de las vacunas...

Puntuación 6
#1
Usuario validado en elEconomista.es
paragueronaranja
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Los chinos con lo tramposos que son, si que harán lo que quieran y sin pagar patentes, como suelen hacer con todo, los primeros no funcionaran pero al final aunque tampoco funcionen como deben funcionar, porque son muy chapuceros, nos los venderán diez veces mas baratos y aunque no funcionen se los compraremos como tantas cosas que les compramos y no sirven para nada.

Puntuación 0
#2
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Alfonso Ferrando
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y Europa qué???

Puntuación 1
#3