Economía

Los diez errores más frecuentes cuando inviertes pensando en la jubilación

  • Desde Abante destacan un decálogo de errores frecuentes en España
  • No caer en ellos, clave para conseguir una seguridad financiera y económica
Foto: iStock.

La jubilación es uno de los acontecimientos de nuestra vida. Un cambio sustancial para el que conviene ir preparándose a lo largo de los años: la incertidumbre sobre qué pasará en el largo plazo con las pensiones invita a ser precavidos...y también, a buscar toda la seguridad económica y financiera posible para garantizarse una vejez tranquila y sin sobresaltos.

Los expertos de Abante, asesora financiera y de gestión de activos, alertan sobre diez errores frecuentes a la hora de encarar este proceso que, si se asume con antelación, no tiene por qué ser un problema.

1. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy

Siempre tendemos a pensar que la jubilación es un momento que tardará en llegar. Si bien puede ser así, esto no significa que haya que dejarlo en el cajón de asuntos pendientes. Por eso, es recomendable 'mover' nuestros ahorros y no dejarse llevar y confiar solamente en una pensión pública que con mucha probabilidad nos dará menores recursos en el futuro.

2. No te fíes del pasado

Tendemos a tomar por verdades absolutas los testimonios de otras personas que han pasado por esta situación durante las últimas décadas. Sin embargo, hay que pensar que sus soluciones no serán válidas cuando llegue el momento de nuestra jubilación: si no se retrasa la edad de jubilación, y dado el aumento de la esperanza de vida, lo lógico será un escenario en el que necesitaremos más dinero para afrontar esta etapa...previsiblemente con menos recursos estatales, por lo que se concibe como necesario prepararse para ello e invertir antes y no dejarlo pasar.

3. Olvidarse de tener un plan

A menudo dejamos a un lado la planificación de una etapa tan importante como la jubilación. Qué queremos de ella, cuándo queremos dejar de trabajar, cuánto dinero necesitaremos y si la pensión pública satisfacerá todas nuestras necesidades. A partir de esto, podremos elaborar un plan y actuar en consecuencia.

4. Sufrir la falta de cultura financiera

Si decidimos mover nuestros ahorros, es importante también hacerlo bien. Y esto incluye no incurrir en errores propiciados por la escasa cultura financiera en España y Europa: no depositar el dinero en productos de escasa rentabilidad y no pensar que guardarlo sin más no conlleva pérdida de poder adquisitivo por la inflación son premisas clave.

5. Caer en la trampa de las bonificaciones

Dejarse llevar por los regalos o bonificaciones de algunos planes de pensiones (o el traslado de ellos de una entidad a otra) que después no son tan rentables supone un error de calado, ya que puede implicar la pérdida de una rentabilidad muy valiosa: entre un 2 y un 3% en diez años.

6. Ser demasiado conservadores

Quizá como producto de esa falta de cultura financiera, es difícil salir de la zona de confort que supone la renta fija y asumir unos riesgos (los de la renta variable) que suelen ser más necesarios en las primeras fases de la inversión. El miedo a perder puede más que la posibilidad de ganar, y evita que logremos cantidades suficientes en los primeros compases para después volcarnos en la renta fija.

7. 'Pasar' de los profesionales

Dejar todo al instinto no es la mejor opción para invertir nuestros ahorros. Así, solemos olvidarnos de una aseoría financiera que puede ser clave para no caer en los errores más frecuentes y conseguir los objetivos de inversión necesarios para nuestro futuro bienestar.

8. No ir a por todas

Muchas veces entendemos la inversión como una especie de hobby, por lo que solo ponemos la cantidad 'sobrante', un pequeño porcentaje de nuestros ahorros. Esto hace que no nos lo tomemos como un proyecto de vida, simplemente como un gasto más.

9. No lo dejes para final de año

A menudo, las aportaciones a planes de pensiones se hacen a final de año, cuando caemos en la cuenta de que puede conseguirnos deducciones fiscales y frecuentemente tras las campañas habituales de las entidades en esa época. Prescindir de una aportación periódico nos priva de obtener una rentabilidad global (la de todo el año) y con toda seguridad a un precio mejor.

10. Esto no acaba con la jubilación

El camino no termina cuando nos jubilamos: es importante comprender que, con jubilaciones cada vez más largas, resulta vital seguir gestionando y buscando rentabilidad para garantizar la seguridad financiera y económica en un periodo creciente.

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