
Si bien es cierto que la respuesta gruesa a la crisis del covid-19 ha estado relativamente coordinada en Europa (bajadas de tipos de interés, un mayor gasto público, protecciones del empleo...) las estrategias en materia impositiva que están poniendo en marcha los países son algo diferentes: unos apuestan por bajadas del IVA, otros por subidas en Sociedades y otros impuestos... La República Checa ha anunciado su apuesta: una rebaja del IRPF para 2021 para estimular el consumo durante la recuperación económica.
La República Checa reducirá el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRFP) el próximo año. El Gobierno espera que la medida ayude a la economía a recuperarse de la recesión inducida por el coronavirus, según publican desde la agencia Bloomberg.
Apoyar a la economía
El parlamento ha aprobado este viernes el cambio presentado por el partido del multimillonario primer ministro Andrej Babis. Esta es una medida que pretende incrementar el apoyo a la economía más allá de las medidas actuales: como los esquemas de trabajo a tiempo reducido (Ertes) y las ayudas a pequeñas empresas. Sin embargo, los críticos dicen que está usando los presupuestos para aumentar su popularidad antes de las elecciones del próximo año.
La República Checa ha disparado su gasto público durante la crisis, lo que ha llevado a que el déficit se eleve a niveles récord, en un intento por suavizar el impacto económico de la pandemia. Babis ha explicado que la reducción de impuestos tendrá carácter temporal (dos años) para impulsar los ingresos de los hogares y aumentar el consumo, puesto que la crisis ha puesto freno al crecimiento de los salarios.
El Ministerio de Finanzas ha anunciado que deja el IRPF en dos tramos, uno del 15% para la mayoría de la población y otro de 23% para los que más ganan. Esto reducirá los ingresos del estado en aproximadamente 80.000 millones de coronas (3.040 millones de euros) el próximo año. No obstante, el ministerio asegura que la caída será inferior a la estimada, pues la rebaja del impuesto estimulará el consumo y el el empleo, reduciendo el impacto en los ingresos públicos.
La ministra de Finanzas, Alena Schillerova, ha defendido la propuesta asegurando que está medida aumentará la renta disponible de 4,5 millones de personas, para un país que tiene 5,1 millones de ocupados (personas con empleo) y 10,6 millones de habitantes en total. La medida afectará casi a la mitad de la población. "Con esto, apoyaremos a la economía cuando más lo necesite", aseguró la ministra durante el debate.
Esta política incrementará el nivel de deuda pública del país, algo que en principio no debería convertirse en un problemas. Tras años de un boom económico y el incumplimiento de los objetivos de déficit han convertido al país en uno de los miembros de la Unión Europea menos endeudados en relación con el tamaño de la economía. La deuda pública equivale al 39% del PIB, mientras que en países como España ya se roza el 115% del PIB.
Algunas críticas
El plan ha provocado el rechaz inesperado por parte del gobernador del banco central, Jiri Rusnok. Los analistas creen que el recorte de impuestos beneficiará en gran parte a las personas con mayores ingresos que tienen más probabilidades de ahorrarlo que de gastarlo.
"Esta reforma es cara", asegura Jan Bures, economista jefe de la firma Patria Finance, con sede en Praga. "Pero el problema no es el alto déficit de las finanzas públicas en sí mismo, sino la baja eficiencia del gasto estatal", explica este experto en declaraciones a Bloomberg.