
"Estoy bastante nervioso porque el país esta muy dividido y la pandemia no mejora las cosas" reconocía a este periódico Joe Parisi, uno de los primeros en acudir a City Hall, el ayuntamiento de la ciudad de Nueva York, para registrar su voto. Al contrario que hace cuatro años, Parisi se mostró sorprendido por no haber tenido que esperar y la poca afluencia de votantes
Y es que la jornada electoral que se desarrollaba este martes en Estados Unidos era atípica. Las infecciones por Covid-19 junto con el distanciamiento social llevaron a más de 100,6 millones de estadounidenses a votar por adelantado, bien en persona o por correo. Entre ellos estuvo Jamie Kulhanek, quien acudió a las urnas el pasado viernes en Manhattan y dijo "tener muchos sentimientos encontrados".
"No espero que sepamos los resultados en días o al menos semanas, en ese sentido estoy tranquila, pero me impresiona ver multitud de establecimientos protegidos en la ciudad ante la posibilidad de disturbios", apuntó.
Desde los almacenes Macy's en la calle 34 de Nueva York hasta los múltiples establecimientos de lujo en Rodeo Drive, en Beverly Hills, California, por mencionar algunos han tapado y cubierto sus escaparates como precaución en caso de que se desaten actos violentos durante los próximos días.
Durante la mañana, el presidente de EEUU, Donald Trump, afirmó tener una posibilidad "muy sólida" de ser reelegido pese a que las encuestas ofrecían a su contrincante, el demócrata Joe Biden, una ventaja de 7,2 puntos a nivel nacional, según el portal RealClearPolitics, y de 8,4 puntos según FiveThirtyEight, que incluye más encuestadoras.
El actual inquilino de la Casa Blanca visitó el centro neurálgico de su campaña electoral, en Arlington, Virginia, para agradecer a todos sus empleados. Está previsto que Trump siga la evolución de la jornada desde el Despacho Oval.
Hablan los candidatos
En una entrevista con Fox News, Trump cambió de opinión frente a los últimos días y aseguró que esperará a que se cuenten los votos antes de reclamar la victoria. "No hay motivos para juegos", sentenció.
Por su parte, el ex vicepresidente demócrata optó por visitar Scranton, Pensilvania, donde reiteró su compromiso para "restaurar el alma de la nación". Biden visitó la casa en la que vivió durante su infancia, actualmente ocupada por una mujer de nombre Anne Kearns y firmó en la pared del salón de la misa con un "de esta casa a la Casa Blanca con la gracia de Dios. Joe Biden 3-11-2020".
El demócrata viajó posteriormente hasta Filadelfia y tenía previsto regresar a su casa en Wilmington, Delaware, para seguir el resto de la noche. Su campaña destacó en una conferencia telefónica con la prensa, señaló cómo durante las primeras horas solo se había registrado "problemas e interrupciones mínimas" en el proceso de votación con algunos retrasos menores en algunas mesas electorales en Florida, Carolina del Norte y Arizona.
Haciendo una última parada en el aeropuerto de Detroit, en Michigan, antes de poner rumbo a Delaware, donde tenía previstos seguir los resultados con Biden, la nominada demócrata a la vicepresidencia, Kamala Harris, se mostró confiada en que "quienquiera que votemos, defenderemos la integridad de nuestra democracia y una transferencia pacífica del poder", apostilló.
Dadas las circunstancias excepcionales actuales, los resultados podrían hacerse esperar hasta finales de esta semana en algunos estados clave, como es el caso de Michigan y Pensilvania. En el caso de Wisconsin, el recuento final podría llegar durante la jornada del miércoles.
Además de la carrera presidencial, los republicanos luchaban el martes por mantener su mayoría en el Senado, donde actualmente ocupan 53 de 100 escaños. Su batalla por la reelección en Iowa, Maine, Carolina del Norte, Georgia y Arizona se considera un indicador para determinar si los demócratas contarán con el apoyo suficiente para retomar el control de la Cámara Alta.
El ganador de las elecciones debe contar al menos con 270 votos en el Colegio Electoral, donde se distribuyen un total de 538 escaños. La decisión final dependerá de los 6 grandes estados bisagra o veleta. Es decir, aquellos que pueden decantarse por uno u otro candidato pero que suponen un bastión clave para blindar el éxito electoral. Entre ellos se incluyen, Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Arizona, Florida y Carolina del Norte, donde están en juego 101 votos electorales.
En caso de un ajustadísimo resultado, dos distritos electorales jugarían un papel decisivo para declarar quién será el próximo presidente de EEUU. En otra peculiaridad del Colegio Electoral, Maine y Nebraska asignarán algunos de sus votos electorales a los ganadores en cada distrito del Congreso en lugar de dárselos todos al ganador en cada uno de los estados, como ocurre en los 48 restantes.