Madrid
Santiago Abascal perdió la moción de censura presentada contra la gestión de Pedro Sánchez por una abrumadora mayoría de 298 votos en contra de la moción, 52 a favor y, ni una sola abstención. Ni siquiera la de Cayetana Álvarez de Toledo como circulaba por los pasillos del Parlamento. Con su hazaña de este jueves, el líder de Vox no solo ha conseguido quedarse solo en el Congreso de los Diputados, sino también reforzar el bloque de la investidura de Pedro Sánchez, predispuesto por lo que ha podido saber elEconomista a apoyar los Presupuestos Generales del Estado del Gobierno de coalición y con ello, a prolongar la legislatura.
Además, en su conjunto, la izquierda y los nacionalistas disfrutaron de una doble sesión en el que las fuerzas de la derecha elevaron su contienda para dirimir quién ostenta el liderazgo, PP o Vox.
Ajuste de cuentas
Lo más esperado de la jornada fue el encontronazo entre Pablo Casado y Santiago Abascal. Y las expectativas se cumplieron. En los corrillos se hablaba de la moción contra el PP y no contra el Gobierno. El presidente de los populares empezó su intervención recalcando su 'no' ante una moción fallida, y parafraseando a Antonio Cánovas al afirmar que "en política, lo que no es posible, es falso".
Perdida de tiempo, misión imposible, falta de programa, poca acción política por parte de Vox, moción, no solo contra Sánchez, sino contra China, Soros, Botín, la Unión Europea y las autonomías, Casado fue enumerando un rosario de "dislates" hasta llegar a determinar: "hasta aquí hemos llegado", en un ajuste de cuentas inesperado por la audiencia, y aun más por el propio Santiago Abascal.
Casado recordó que lleva dos años aguantando los insultos del partido verde. Explicó que nunca ha entrado a las provocaciones por respeto a los votantes de Vox. Pero declaró que acepta el órdago. "Es hora de poner las cartas sobre la mesa. Y hasta aquí llegado", señaló con un tono muy serio y muy duro.
Así, después de esperar dos años, Casado quiso poner a Abascal al descubierto. Y "esta moción -indicó- no la dispara contra el Gobierno, sino contra el partido que le ha dado trabajo 15 años. Y lamento decirle -ahondó-, que el tiro le ha salido por la culata".
Desde el minuto uno, el dirigente popular se arrogó el liderazgo de la oposición y la única alternativa de Gobierno frente a Pedro Sánchez. Y por ello, le echó en cara a Abascal que "ha ejercido de Frankenstein para suturar las cicatrices que se estaban abriendo en el gobierno de Sánchez en los últimos meses. Y ha llegado en auxilio de la criatura en su peor momento para revivirla una temporada más". Por eso pidió que se plantee "por qué Sánchez acoge esta "función" de censura con tanto entusiasmo". Ya que, "solo por eso, no debería haberla presentado", sentenció.
La respuesta de Abascal fue la de un compañero herido, especialmente por los "ataques personales", recalcó. Le reprochó que le aplaudieran en las filas de su partido, y le dijo que sonaba como la música del fallido Titanic. Tocado Abascal, afirmó no querer continuar con su exposición para no contribuir con el espectáculo "que ha dado en la cámara".
Felicitaciones a Casado
Finalizado el rifirrafe que separó aun más a PP de Vox, la izquierda aprovechó para darle en el hombro a Casado y felicitarle por volver a la derecha tradicional e inteligente de Canovas, apuntó Pablo Iglesias. Sánchez, vino a recalcar lo mismo y a ofrecer al PP la mano para renovar el órgano del CGPJ, si bien el PSOE no ha retirado todavía su proposición del ley.
La intervención de Iglesias, descolocado por la agresividad de la dureza de Casado -tanto que le felicitó por su inteligente discurso-, sirvió para que el líder del PP le dijera al vicepresidente del Gobierno que su partido es igual de populista que Vox. Además, le preguntó si piensa dimitir después de su imputación.
