La entrevista se celebra coincidiendo con el anuncio del confinamiento de varios barrios de Madrid y el encuentro del presidente del Gobiernos, Pedro Sánchez, e Isabel Díaz Ayuso y, aunque él prefiere no hablar de política, sí lanza un mensaje inequívoco al consenso entre los grandes partidos: "Hay un clima político muy crispado y un nivel de radicalización de la política muy preocupante".
Antonio Garamendi, la cara y la voz de los empresarios españoles (Getxo, 1958), licenciado en Derecho por Deusto, es un hombre amable y educado, de sonrisa fácil, que ha adoptado una estrategia absolutamente pragmática respecto al Gobierno de coalición. Viene de una larga tradición familiar de empresarios y antes de asumir la presidencia de la CEOE, en 2018, ya tenía una amplia experiencia en responsabilidades institucionales. Lideró Cepyme y formó parte de los consejos de administración de varias empresas, como Bankia, Albura, Tubos Reunidos, e incluso de grupos de publicaciones. Si le preguntas a qué dedica su tiempo libre, sonríe y afirma que para él la familia es lo más importante, y aunque intenta ir a Bilbao todo lo que puede, ahora apenas tiene vida privada, y casi sin tiempo para sus aficiones: la música (toca el piano) o navegar: "Tengo tres hijos: un músico que es compositor, un fiscalista y un empresario, pero les veo poco: trabajo bastantes más horas de lo que marca el decreto", ironiza. Dice que no le cuadran las cuentas que está dando el Gobierno del importe de los Ertes, reconoce que algunos al final se convertirán en Eres y que hay que compaginar la subvenciones con formación.
Afirma que subir los impuestos a los ricos es el chocolate del loro y la mejor manera de desincentivar las inversiones. Insiste en que en estos momentos una derogación total de la reforma laboral sería una temeridad y "un grave error que las empresas españolas no pueden permitirse" y advierte de que el teletrabajo permite la externalización y también la contratación fuera de España.
¿Este país resiste un nuevo confinamiento?
No se debe volver a los confinamientos anteriores. Hay que aprender a vivir con la pandemia de otra manera y afrontar los rebrotes con medidas locales más selectivas. Además, es muy importante no bajar la guardia con las medidas de prevención individual y la sociedad debe colaborar al máximo. En el caso de la economía, se ha demostrado que las empresas, tanto de la industria como de servicios, se han puesto las pilas y todo el mundo está cumpliendo las normas. En estos momentos, volver a un confinamiento generalizado, como se hizo en marzo, sería un error. Ya sabemos que la situación es complicada, pero hay que gestionar las cosas de otra manera. Ahora tenemos PCRs, apps... y no es necesario confinar todo el país, aunque hay muchas cosas que deberían haberse implementado desde hace mucho tiempo que permitirían hacer seguimientos mucho más localizados
¿Es verdad que el coste de los Ertes es inferior a lo que dice el Gobierno? La ministra lo cifra entre 4.000 millones y 5.000 millones mensuales...
Cuando nos dicen que los Ertes tienen un coste mensual de 5.000 millones, a nosotros no nos salen las cuentas. El Ministerio de Empleo nos ha dado solo lo que son las prestaciones, que en agosto fueron de 850 millones, y nosotros estimamos que posiblemente podemos estar rondando en coste total de los Ertes los 1.250 millones. El Ministerio de Seguridad Social, por mucho que diga, no nos ha entregado nada desglosado, solo nos ha dicho cuál es el coste total de los Ertes. El ministro se inventó una fórmula donde exonera más a empresas que están incorporando gente, y en cambio, está dejando fuera a las que necesitan esas exoneraciones. Eso es un contrasentido.
¿Los Ertes deben renovarse automáticamente y sin plazo mientras dure la situación?
Tanto Alemania como Francia establecieron como un plazo inicial hasta finales de 2021 si fuera necesario. Y nosotros defendemos que en España se haga como en otros países y se renueven de forma automática sin excluir a determinados sectores. No tiene ningún sentido que estemos hablando de turismo y se les olvide, por ejemplo, la hostelería y la restauración, que suman 300.000 locales en nuestro país, y tampoco es lógico que no se tengan en cuenta las zonas. El modelo que se está aplicando en otros países es mucho más sensato que el nuestro.
¿Me está diciendo que la CEOE quiere que sean generalizados?
Bueno, todos los españoles somos iguales ante la Ley. Y aunque hay sectores más tocados que otros, habrá que ver qué empresas lo necesitan más, independientemente del sector al que pertenezcan. Debe haber una fórmula para amparar a las empresas que más lo necesiten, sean del sector que sean, si tienen problemas. Por ejemplo, ¿qué pasa con la industria? ¿no existe? Y lo mismo ocurre con el comercio y otros sectores. El gobernador del Banco de España y la Comisión Europea ya han dicho que es importante que se vea empresa por empresa, porque, si no, entraremos en una hipérbole perversa de difícil solución.
¿Finalmente, se mantendrán al 70% o pueden verse recortados al 50%?
Los empresarios hemos apoyado a los sindicatos para que esta prestación llegue al 70% después de los primeros seis meses, y parece que lo hemos conseguido, porque bajarla al 50% no tenía sentido y pondría en dificultades a muchísima gente.
Oiga, ¿y hay un riesgo cierto de que los Ertes se conviertan en Eres?
Nos guste o no, esta crisis va a afectar a muchísimas empresas y, tristemente, muchas van a cerrar, y habrá trabajadores que se queden por el camino. La situación es triste y claro que habrá Eres, pero si no hubiera Ertes el desempleo sería masivo. Con el Erte, cuando tengamos la vacuna, se volverá a una situación de normalidad y las empresas que queden vivas volverán a reincorporar a sus trabajadores. Si no fuera así, como ha admitido el propio Banco de España, el paro llegaría al 20%.
"Claro que habrá Eres, pero si no hubiera Ertes el paro sería masivo"
¿Cuántas empresas calculan en la CEOE que pueden desaparecer tras esta pandemia?
De momento, no podemos hacer un cálculo, y sería alarmista dar datos inexactos sobre una situación tan delicada. Insisto en que los Ertes son una herramienta para que, al final, cuanto esto pase, pueda activarse la economía de una forma ordenada. Yo confío en ello.
Oiga, ¿y qué supondría en estos momentos una derogación total de la reforma laboral? ¿y qué aspectos de ella estarían ustedes dispuesto a negociar con los sindicatos?
Fíjese, solo el anuncio de que se puede estar planteando una derogación de la reforma laboral ya tiene efectos negativos, porque supone una pérdida de confianza brutal, tanto dentro de España como de cara a nuestros inversores internacionales y la gente que nos puede estar comprando deuda. Cuando el FMI, la OCDE, la UE y el BCE nos están diciendo que gracias a la reforma laboral estamos aguantando el tirón con figuras como los Ertes, plantear derogarla es una temeridad con la que está cayendo. En este momento, una derogación sería una auténtica barbaridad. Cuando vuelva la normalidad, el tema puede plantearse dentro del diálogo social, pero en esta situación promover una contrarreforma laboral es un grave error que España y las empresas españolas no pueden permitirse.
¿Ustedes aplazarían cualquier medida sobre la reforma laboral hasta que haya vacuna?
Nosotros estamos dispuestos a hablar de mejorar las normas y las leyes, pero ideologizar la economía es ir en sentido contrario a lo que se necesita porque 2 y 2 son 4, no 7, ni 1. Si hay que cambiar las cosas, yo pediría que nos dejen hablar solos a los sindicatos y a los empresarios, y así podríamos llegar a acuerdos, porque si se mete la política por el medio todo se complica. Reivindico el diálogo social, porque, aunque empresarios y sindicatos tengamos diferencias de pensamiento, somos capaces de llegar a acuerdos, y somos mucho más serios a la hora de abordar el futuro. Si la política se mete, no hay nada que hacer. Me siento más cerca de los sindicatos que del Gobierno y que quede claro que nosotros tenemos una voluntad real de no dejar a nadie atrás. Ahora mismo, muchos de los temas que están sobre la mesa ya estarían resueltos si se plantearan en el seno del diálogo social y los políticos no intervinieran .
Dígame, ¿tal como está el patio nos podemos permitir seguir alargando los Presupuestos de Montoro como ha insinuado ya la vicepresidenta?
La ley permite prorrogar los Presupuestos de Montoro, y si hay que hacerlo, supongo que se hará. Que un país tenga Presupuestos es bueno, pero depende de qué Presupuestos. Si los Presupuestos que se plantean son malos es preferible prorrogar los anteriores que aprobar unos nuevos que empeoren las cosas. Nosotros no hablaremos ni valoraremos nada hasta que no nos digan las líneas generales de las próximas Cuentas del Estado.
"Si las Cuentas que se plantean son malas, es mejor prorrogar las anteriores"
¿Y cuáles serían las prioridades para ustedes de esas Cuentas?
La primera, la eficiencia en el gasto. Además ahora no es el momento de subir impuestos, y los Presupuestos que se hagan tienen que ir en sintonía con lo que se está planteando en Europa. Si no es así, nos irá mal.
¿Cree, como algunos de sus colegas, que subir los impuestos a los ricos, como pide Podemos, es 'el chocolate del loro'? ¿O es justicia social?
Subir los impuestos a los ricos es el chocolate del loro, y la mejor manera para desincentivar las inversiones y el ahorro. El impuesto a los ricos no aporta absolutamente nada al país, y hace que los pocos que hay se vayan. Esa es una medida ideológica, y la economía no funciona por ideología. Cuando se habla de la presión fiscal en España, y se dice que es menor que la de otros países, es verdad sólo si divides lo que se recauda por el número de españoles, pero si lo divides por el número de la gente que pagamos, realmente es muy superior. La economía sumergida en Europa es el 13%, y en España del 24% y ahí está el quid de la cuestión. La UE y la Comisión están diciendo que se bajen los impuestos a las empresas desde el punto de vista de las cotizaciones sociales, y se ponga el acento en los temas medioambientales y tal vez hay que ir por ahí. Anunciar impuestos a los ricos solo sirve para llenar portadas de campaña electoral, pero ninguno de quienes lo proponen ha echado las cuentas de lo que realmente supone, que es muy poco.
¿Entonces, la bajada de impuestos en Madrid que ha anunciado la presidenta le parece correcta?
Sí. La bajada de impuestos en Madrid me parece correcta. Nosotros apoyaremos todo lo que sea bajar los impuestos, siempre que se plantee respetando los Presupuestos.
"Subir los impuestos a los ricos es el 'chocolate del loro' y desincentiva la inversión"
Según UGT, de las 900.000 peticiones de Ingreso Mínimo vital, sólo se han gestionado 6.000. ¿Fue una operación de marketing?
Posiblemente, el Ingreso Mínimo Vital debía de haberse madurado un poco más. Nosotros planteamos que no se aprobara hasta final de año, cuando todas las Administraciones, el Estado, las CCAA y los Ayuntamientos se hubieran coordinado. No era fácil sacar una norma en tres días, por mucho que se llenen portadas. La medida se ha hecho con un alto grado de improvisación. La UGT está denunciando con claridad que los beneficiarios son poquísimos, cuando se sabía que gestionar una cosa así era complicada. A nosotros nos parece bien que nadie se quede atrás, pero somos partidarios de que la gente que recibe estas prestaciones también tiene que recibir formación. Las ayudas económicas son fundamentales, pero sobre todo hay que recuperar el espacio para poder buscar trabajo.
¿Me está diciendo que sin formación podemos llegar a ser un país de subvencionados?
Sí, existe un grave riesgo de convertirnos en un país de subvencionados, y hay que evitarlo a toda costa. No nos engañemos, la desigualdad viene como consecuencia de la falta de trabajo. Si a la gente le das a elegir entre subvención o trabajo, la inmensa mayoría prefiere un trabajo.
¿Quién tiene razón, el ministro Escrivá cuando dice que se debe bonificar a quienes alarguen la edad de jubilación o la ministra Díaz que afirma que se perjudica a los jóvenes?
Nosotros no entramos a en las polémicas ni en las peleas entre ministros, que, desde luego, no ayudan y crean intranquilidad. El pacto de Toledo está ahí, y ese es el marco para hablar de las pensiones. Cuando se empiecen a plantear medidas, nuestros equipos tendrán preparadas las respuestas.
¿Pero usted es o no partidario de alargar la edad de jubilación?
Ya hay una serie de recomendaciones al respecto. En la UE más que alargar la edad de jubilación se recomienda jubilarse a la edad real, y en nuestro país esto no sucede. Cuando se nos den opciones claras entraremos a valorarlas.
Hablado de discrepancias dentro del Gobierno, ¿cómo valora usted el nivel de confrontación política y de enfrentamiento en una situación como esta?
Hay un clima político muy crispado, y un nivel de radicalización de la política muy preocupante. Los españoles, en general, estamos por la moderación, y si sales a la calle la gente no entiende que los políticos en vez de remar en la misma dirección en plena pandemia sean incapaces de llegar a acuerdos. Sería mucho más lógico para todos que los partidos que están en la moderación -que son los que representan a la mayoría- se pusieran de acuerdo en los temas fundamentales; así la clase política estaría a la altura del momento, y se evitarían algunos espectáculos bochornosos que estamos viendo.
¿Qué le ha parecido la fusión de Bankia y CaixaBank?
Es una gran operación que conforma el primer gran banco en España que además estará liderado por profesionales muy competentes. Son dos grandes instituciones y la fusión es una buena noticia para nuestro país, teniendo en cuenta que el BCE está animando las fusiones bancarias.
Oiga, ¿y el teletrabajo se tiene que regular de manera urgente?, ¿en qué condiciones?, ¿las empresas deberán pagar por los ordenadores, la luz y todos los gastos que comporta trabajar en casa?
Estamos aún discutiendo los flecos del teletrabajo, pero no entiendo la obsesión por regularlo ya como algo ordinario cuando estamos en una situación extraordinaria. Precipitarse y legislar a toda prisa puede ser un error garrafal. Somos los primeros que decimos que el teletrabajo ha llegado para quedarse, eso es evidente, pero para quedarse de otra manera, porque ahora se ha implantado casi por obligación. Legislar de urgencia este tema no lleva a ninguna parte.
Pues los sindicatos dicen que no van a consentir que el teletrabajo sea un nuevo foco de explotación y abuso por parte de las empresas. ¿Eso puede suceder?
Bueno, puede ser un foco de explotación y abuso por parte de las empresas y también una forma de abuso por parte del trabajador. Los abusos se pueden cometer por ambas partes, pero entrar en esa dinámica no lleva a ningún sitio. La gente no es consciente de que el teletrabajo permite la externalización y también la contratación fuera de España, y eso hay que asumirlo. Por otro lado, permite medir perfectamente la productividad, y por lo tanto es un arma de doble filo, y la globalización es algo ya asumido.