Economía

EEUU se arriesga a una avalancha de impagos si no se aprueba esta semana el nuevo plan de estímulo

  • El retraso en el paquete deja a 30 millones de americanos sin liquiedez
El presidente de los EEUU, Donald Trump. Reuters
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Con los legisladores republicanos y demócratas en "distintos universos" en lo que a las negociaciones del próximo plan de estímulo se refiere, según una fuente citada por CNN, alrededor de 30 millones de estadounidenses dejarán a partir de la próxima semana de recibir los 600 dólares semanales.

Esta cifra se ha convertido en el principal punto de discordia en el Capitolio, donde los congresistas demócratas abogan por extenderla tal cual hasta el próximo enero. Por su parte, los senadores republicanos consideran que esta ayuda adicional a los desempleados, que se suma al subsidio convencional que los parados ya reciben por parte de los gobiernos estatales y que puede cubrir de media un 45% del salario, debe reducirse hasta los 200 dólares.

No solo eso. Los estados deben establecer un nuevo sistema antes de septiembre, cuando el pago extraordinario de los 200 dólares expiraría, para que los subsidios por desempleo cubran hasta el 70% de los salarios, con un máximo de 500 dólares a la semana.

De esta forma muchos consumidores y familias se enfrenta a lo que se conoce como el "acantilado fiscal", dado que sin los 600 dólares semanales podría desencadenarse un sinfín de impagos de alquileres, créditos e hipotecas.

Las ayudas adicionales a los desempleados y otras medidas expiran el viernes mientras las divisiones entre los legisladores sobre éste y otros asuntos, como la protección legal a las empresas por la pandemia, hace pensar que un proyecto de ley definitivo no llegará por lo menos hasta el próximo 7 de agosto.

La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, ha acusado al líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, de "no querer llegar a un acuerdo". Pero su problema es que un gran número de senadores republicanos se oponen a su propio plan, tildándolo de "pornografía del gasto" pese a ser más austero que el demócrata, lo que complica aún más la negociación. Y todo eso pese a que un recrudecimiento de la crisis económica impactaría de lleno en la campaña de Trump justo antes de las elecciones.

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