Alemania no es solo la mayor economía europea y principal contribuyente a las arcas comunitarias. También es su motor político, punto de partida o estación imprescindible para cualquier iniciativa. Más aún cuando Berlín ocupa este semestre la presidencia rotatoria de la UE, y su canciller, Angela Merkel, se ha volcado en sacar adelante una respuesta ambiciosa para superar la crisis del covid-19. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió en Berlín con la alemana para hablar sobre el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros, y el presupuesto comunitario de algo más de un billón de euros para los próximos siete años en el que está encuadrado.
Merkel será la gran aliada de España, Italia y aquellos que buscan un estímulo sin precedentes frente la profunda recesión que atraviesa Europa, cuando los líderes se reúnan este viernes y sábado para intentar lograr un acuerdo sobre el paquete. Será la primera cumbre presencial desde el pasado febrero, tras cuatro meses de encuentros por videoconferencias. "Julio tiene que ser el mes del acuerdo", aseguró Sánchez en una comparecencia conjunta con la canciller, previa a su cena de trabajo.
"Soy muy consciente de que hay una difícil negociación por delante, muy difícil" añadió. Pero "la UE nunca se ha construido en base a vetos", apuntó en referencia a la oposición del bloque del Norte al paquete que apoyan Alemania, Francia, España o Italia, entre otros. "Si retrasamos el acuerdo, vamos a retrasar la recuperación, y si retrasamos la recuperación, se va a agravar más la crisis", sentenció Sánchez.
Merkel coincidió en que "el tiempo apremia", por lo que "sería deseable llegar a un acuerdo lo antes posible". Y adelantó que se esforzará este fin de semana para lograr una "solución de compromiso". Pero dadas las "notables diferencias" que todavía existen entre los Estados miembros, reconoció que "todavía no es seguro" que se vaya a lograr esta semana, como lleva días repitiendo. La posibilidad de una segunda cumbre este mes no se descarta en Bruselas. Sánchez por su parte valoró "la extraordinaria fortuna de que podamos tener a la canciller Merkel liderando la UE en este momento tan crítico para la historia del conjunto de la Unión".
Europa es la gran prioridad, o la gran preocupación, para Merkel. Y sabe bien que tener listo el fondo de 750.000 millones de euros para el 1 de enero del próximo año determinará en gran parte su legado, meses antes de abandonar el liderazgo de su país, y el timón de la UE, tras 15 años en el poder. Si el acuerdo político se retrasa más allá del paréntesis veraniego, también quedará menos tiempo para la necesaria ratificación parlamentaria.
Así, el encuentro con Merkel llegó como parte del constante peregrinar de los líderes europeos por las capitales para intentar acercar posiciones de cara a la cumbre.
Mientras, Sánchez visitará este miércoles al primer ministro de Suecia, Stefan Lofven, que forma parte del grupo de los Cuatro Frugales del Norte, junto con holandeses, daneses y austriacos. Posteriormente, presidente se desplazará a París para almorzar con el francés, Emmanuel Macron.
Desde que estallara la crisis del covid-19, Macron ha liderado el frente de quienes pedían un estímulo fiscal masivo para ayudar a los países más afectados, sobre todo España e Italia. Logró arrastrar hasta su posición a Merkel, y juntos propusieron el fondo de 500.000 millones de euros de ayudas a fondo perdido, que posteriormente se convirtió en el núcleo de la propuesta de la Comisión Europea.
Sin embargo, los Frugales se oponen a la concesión de subvenciones no reembolsables, y además exigen a cambio reformas más profundas y una supervisión más estrecha de la ayuda. Sánchez se reunió este lunes con el abanderado de este grupo, el primer ministro holandés, Mark Rutte, que volvió a mostrar este martes su escepticismo sobre la posibilidad de lograr un acuerdo este fin de semana.
"Las respuestas entre bambalinas a nuestras propuestas no me hacen ser optimista sobre la posibilidad de lograr un acuerdo", dijo en el parlamento holandés el primer ministro.