
La crisis del coronavirus está teniendo un impacto muy desigual entre países, regiones y también provincias. A las diferentes estructuras de los sistemas productivos se les ha unido las diversas estrategias para luchar contra la pandemia. En el caso de España se ha podido observar que las provincias que pasaron antes a la fase 1 de la desescalada han reducido las personas afectadas por Ertes más rápido que el resto de provincias, generando desigualdades en el mercado de trabajo y el ritmo de recuperación de la economía.
Esta es la conclusión a la que llega un análisis publicado por el Banco de España (BdE) este viernes. Mientras que la afiliación total a la Seguridad Social no se ha visto afectada de forma notable por la desescalada, "en la evolución del número de trabajadores afectados por ERTE, se observa un efecto significativo y de magnitud relativamente elevada de la variable que denota el paso de la provincia en cuestión a la fase 1 el 11 de mayo", destaca el artículo del BdE.
"El paso más rápido a la fase 1 de la desescalada en una determinada provincia habría venido asociado a una disminución de los trabajadores en ERTE que supera en 3 puntos prcentuales (pp) a la de una provincia más rezagada en la retirada de las medidas de contención del Covid-19", reza el artículo del banco central.
A media que se reabre la economía, el mercado laboral comienza a resurgir. El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, destacaba hace una semana que casi 900.000 personas han vuelto a trabajar, de los cuales, unas 700.000 eran procedentes de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs). Sin embargo, no especificó que comunidades o provincias estaban avanzando más rápido.
Desde el Banco de España, creen que los asalariados afectados por ERTE se redujeron en casi 400.000 trabajadores a lo largo del mes de mayo, aunque el Banco de España no descarta que una parte de ellos pasaran al desempleo y no a la actividad.
La utilidad de los Ertes
"El impacto más positivo de la desescalada sobre el empleo a través de la reducción de los trabajadores acogidos a un ERTEs frente al comportamiento de la afiliación resulta coherente con la finalidad para la cual fueron concebidos, en particular, los de fuerza mayor", argumenta el Banco de España.
No obstante, señala que aunque los ERTEs preservan las rentas de los trabajadores y moderan los costes de las empresas durante un período de tiempo acotado, "cabe esperar que probablemente la pérdida de afiliaciones a la Seguridad Social tenga un componente de mayor persistencia temporal".
La institución apunta que también cabe esperar que en junio se produzca una mejora adicional del empleo ante la retirada de las medidas de contención, si bien subraya que "no debe interpretarse mecánicamente que un proceso de desescalada más rápido habría tenido necesariamente efectos positivos sobre el empleo".
Debe primar la precaución
En su opinión, el ritmo de retirada de las medidas de contención debe acompasarse al cumplimiento de las condiciones sanitarias, incluyendo no sólo el control actual de la epidemia, sino también la recuperación de la capacidad asistencial necesaria para poder abordar hipotéticos rebrotes o contar con infraestructuras para localizar y aislar a los contactos de las personas infectadas.
En su opinión, el ritmo de retirada de las medidas de contención debe acompasarse al cumplimiento de las condiciones sanitarias, incluyendo no sólo el control actual de la epidemia, sino también la recuperación de la capacidad asistencial necesaria para poder abordar hipotéticos rebrotes o contar con infraestructuras para localizar y aislar a los contactos de las personas infectadas.
"De lo contrario, no se puede descartar que una desescalada prematura resulte en una menor recuperación del empleo a corto plazo (si, por ejemplo, la demanda no repuntara porque los consumidores percibieran un nivel elevado de riesgo sanitario), o incluso a medio plazo, en la medida en que pudiera aumentar la probabilidad de nuevos brotes de contagios", advierte.