Economía

Pepe Álvarez (UGT): "La sociedad española no va a aceptar recortes. ¿De dónde se va a recortar? De Sanidad, de residencias"

  • "Habrá acuerdo para renovar los Ertes y será hasta final de año"
  • "Nissan ha actuado con traición y sin ética"
  • "Las subvenciones a las empresas hay que condicionarlas a la entrada en el capital"
Pepe Álvarez, secretario general de UGT.

Pepe Álvarez quiere volver a la normalidad, lo que significa reanudar lo antes posible el diálogo social junto al Gobierno y la patronal. No tiene duda de que habrá prórroga acordada de los Ertes y que estarán en vigor hasta diciembre. Cree que Nissan se ha portado de forma inmoral y sobre la recuperación, dice que la sociedad española no aceptaría nuevos recortes del gasto.

¿Saldrán los trabajadores perjudicados de esta crisis?

Van a salir muy perjudicados, al margen de que se hayan puestos más medios para protegerlos que en otras crisis. Acabaremos con medio millón o un millón de trabajadores que cuando se recoloquen no tendrán las condiciones en las que estaban y la mayoría son mujeres por lo que daremos un paso más hacia la desigualdad. La renta vital llega tarde y no en las mejores condiciones. Nosotros planteamos un mínimo vital para el Covid, y una ley de mínimos integral en la que se supiese qué tiene que poner cada uno, desde los ayuntamientos al Estado. No se puede pretender que se pidan las ayudas telemáticamente a través de un ordenador, es lo contrario de las necesidades de una persona a la que hay que atender, ayudar en orientación a trabajar y a formarse, y todo esto lo iremos diciendo en el trámite parlamentario de la ley. Pero aunque haya llegado tarde, es necesario. Y también saldrán perjudicados una parte de los autónomos, que también son trabajadores. Es evidente que hay empresas que van a cerrar.

"Que va a ver un intento de recortes de los derechos laborales, lo tengo claro; pero creo que no lo van a conseguir" 

Más allá de los despidos, ¿se teme recortes en los derechos laborales como en anteriores crisis?

Que va a ver un intento, lo tengo claro; pero creo que no lo van a conseguir, porque desde la anterior crisis prácticamente no se ha recuperado prácticamente nada. Estamos viendo la reforma laboral y sólo hemos derogado una cuestión que tiene que ver con las bajas, que clamaba al cielo (artículo 52 del ET). Las pensiones no se van a poder ajustar más; al contrario. Pero creo que sí va a ver esos intentos, aunque nosotros estamos intentando que, por un lado, no se produzcan desde el ámbito europeo. Es decir, que la UE no ponga condicionantes por los fondos. De hecho, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) aprobó este martes (9 de junio) una resolución durísima con la novedad respecto a 2008 de que ha sido aprobada por unanimidad por los sindicatos de todos los países de la UE, eso incluye a los países del norte y el resto de Europa. Por tanto, no creemos que Europa vaya a condicionar las ayudas a recortes estructurales a los derechos sociales. Y, por otro lado, el país no lo va a consentir: ¿qué vamos a recortar?, la salud, con una sanidad que necesita de todo; las residencias de ancianos, que es el escándalo del siglo y no necesitan recortes, al revés. Y los salarios tampoco se pueden recortar, pues es la esperanza de la recuperación económica, pues el consumo debe ser un motor.

Sobre la continuidad de los Ertes, ¿cree que el Gobierno está siendo cicatero presupuestariamente?

Hay dos cuestiones que han estado presentes. Una primera, el fraude, porque el Estado no tiene medios para perseguirlo. Eso lo entiendo, porque no hay Inspección de Trabajo que aguante lo que paso en marzo y abril. Ahora entramos en una fase un poco más controlada, no hay tal avalancha de Ertes y los que salen se pueden ir visualizando. Y, en segundo lugar, el Gobierno está muy pendiente de cómo se pagan los Ertes, y eso hace que no tome decisiones que darían mucha más tranquilidad a las empresas y a los trabajadores. Pero igual que no tenía ninguna duda, como en el mes de mayo, de que se iba a aprobar la continuidad de los Ertes, aunque creo que teníamos que haberlo hecho de manera más generosa con los trabajadores y con las empresas. Y diré una cosa que afecta más a las empresas: los Ertes Etop (organizativos) como consecuencia del Covid tenían que haber tenido las mismas condiciones que los de fuerza mayor. Porque en el fondo, la causa es la misma. Eso no fue posible por cuestiones económicas, porque no era posible prever cuando iban a acabar los Eres. Ahora ya está un poco más claro que hace un mes.

Pepe Álvarez, secretario general de UGT.
Pepe Álvarez, secretario general de UGT.

En definitiva, estas cuestiones, y otras de carácter político, no ayudaron en la concertación social hace un mes y algo. Pero los Ertes van a continuar, vamos a aprobar la continuidad, y va a ser hasta final de año. El Estado hace una inversión de futuro, no es un gasto; la mejor inversión es tener al país en condiciones para ir reincorporándose a la normalidad, no a la nueva, sino a la normalidad. ¿Qué ganamos nosotros con esto, pues hay gente que piensa que si cierran empresas ya se crearán otras nuevas? Si se crea otra empresa, las condiciones no serán las mismas que tienen los trabajadores en la empresa que ha cerrado. Por eso, es tan importante para nosotros mantener las empresas y a los trabajadores adscritos a ellas.

Ya se ha anunciado el cierre de empresas como Nissan y Alcoa. ¿Temen en UGT que se vaya a producir una escalada de cierres?

Esto no tiene nada que ver con el Covid, este problema lo teníamos antes. Eso sí, lo ha agravado muchísimo, porque las empresas iban tirando, no tenían la inmediatez de tomar decisiones. En cualquier caso, es un tema que tenemos que abordar. Desde la UGT hemos pedido que España adopte un gran acuerdo de política industrial, un pacto de Estado por la Industria lo más transversal posible. Que estén las Comunidades Autónomas, lo que hará que la oposición se sienta representada. Y hay que hacerlo para los grandes consumidores de energía; necesitamos el Estatuto de las Electrointensivas, y con esto no justifico a las grandes empresas que están tomando decisiones aprovechando la coyuntura. Pero llevamos dos años esperando el Estatuto de las Electrointesivas que es fundamental para competir como Francia y Alemania, con un precio de la energía equiparable. En algunas comunidades esto es vital, como en Asturias con Arcelormittal o en el caso del aluminio...

"El cierre de Nissan y Alcoa no tiene nada que ver con el Covid, este problema lo teníamos antes"

¿Y en el caso de la automoción?

Necesitaría una entrevista solo para hablar de él. Somos el décimo país productor del mundo, pero hemos llegado a ser el cuarto. Y el primero en componentes y, sin embargo, tenemos un consumo pequeño. Todo esto lo hemos hecho, además, sin contar con multinacionales propias, con su sede aquí, y no sólo por su capital, también por la investigación. Solo Seat tiene un departamento de investigación potente, y Nissan lo tuvo. Las empresas de componentes son otra cosa, de las primeras del mundo. Y todo eso, quien piense que la economía de mercado lo solventa se equivoca. Le economía privada tiene que estar, pero también tiene que estar el Estado cuando tienes un sector tan importante para la economía de tu país del que dependen más de medio millón de puestos de trabajo. Tiene que estar pendiente permanentemente.

¿Cómo debe estar presente el Estado en el sector de la automoción?

Hay que hacer un giro en las subvenciones de las administraciones a las empresas. Tienen que estar condicionadas a entrar en los capitales, hay que romper esta idea de que les regalamos el dinero. Además, como hay un problema con la competencia con las subvenciones, no puede impedir que se entre en el accionariado. No se trata de nacionalizar un sector, que en algunos casos sí se quiere, puede; pero hay que estar incidiendo y ayudando para que en esta era del futuro coche podamos tener el peso en el sector que tenemos ahora.

"Hay que hacer un giro en las subvenciones de las administraciones a las empresas. Tienen que estar condicionadas a entrar en los capitales"

Y en el caso de Nissan, ¿en qué momento estamos?

No hay negociaciones con la empresa, hubo una comunicación hecho con un cierto desprecio, porque no hubo opción a que interviniesen los representantes sindicales en esa videoconferencia. Me parece que Nissan lo hace con traición y poco sentido de la ética; lo digo porque siempre he tenido una profunda admiración por Japón, por ese sentido de la corresponsabilidad, de la ética, del compromiso. Y Nissan me ha roto todos los esquemas. Hacerlo en plena pandemia, podrían haberlo hecho en otro momento y de otra manera. Es mi primera crítica, que si tengo ocasión trasladaré a la propia Nissan y a los japoneses. No me parece justo después del tiempo que llevan en España y con una factoría de estas características medioambientales. No han tenido la más mínima ética con la sociedad en la que han estado viviendo. A partir de aquí. Nissan tiene una fábrica en Barcelona plenamente competitiva por el esfuerzo de los trabajadores, porque inversiones no han hecho muchas en varios años y creo que puede seguir produciendo en España.

¿Cómo están respondiendo las administraciones españolas?

Todas las noticias que nos llegan de los que deciden son negativas. Tanto la administración catalana como a la estatal tiene una actuación que me parece un poco subrealista. Tenemos un Gobierno que se dedica a decir que se solidariza con los trabajadores. No están para solidarizarse, hagan algo, porque hablan de que hay alternativas, pero no sabemos cuáles. Me parece que Nissan lo hace con traición y poco sentido de la ética; lo digo porque siempre he tenido una profunda admiración por Japón. Nissan ha hecho un ajuste, se va de la Europa comunitaria, ya veremos qué pasa con Gran Bretaña, pero en Europa queda Renault. Y deberían generar actividad para recolocar a los trabajadores de Nissan y 25.000 puestos de trabajo.

"Me parece que Nissan lo hace con traición y poco sentido de la ética; lo digo porque siempre he tenido una profunda admiración por Japón"

Esta crisis ha dejado patente que España ha perdido su industria y no hay capacidad de fabricar productos básicos. ¿Se debería recuperar esa producción?

Como sindicato, en marzo presentamos ante la CES una resolución que planteaba dos cuestiones: primera, que la pandemia no afectaba a un Estado, sino que era global y, segunda, que la UE debe responder a sus responsabilidades. Se han firmado tratados comerciales que nos han impedido tener los elementos esenciales de seguridad para los ciudadanos. Si hubiésemos tenido una fábrica de mascarillas el precio no se hubiese disparado. Pero en una situación sin pandemia, si alguien hubiese ido a comprar una mascarilla fabricada en España pagaría equis, y por una fabricada fuera sería de menos equis. Y la gente compra la barata. La UE es corresponsable, porque aunque el Estado español hubiese querido, la comisión de la competencia hubiese generado un conflicto si hubiese querido subvencionar ese tipo de producción. La UE se ha hecho cargo de la moneda, un elemento esencial para afrontar una crisis como la que tenemos. Pues tendrá que hacerse responsable de que los estados no tengan el instrumento monetario.

¿Y en el ámbito nacional?

España no solo tiene que situar esto en la Unión Europea, que yo creo que hay un consenso muy amplio en todos las sociedades europeas, incluidos los países nórdicos. También necesita determinar cuáles son sus sectores estratégicos, y no sólo en la producción de mascarillas o medicamentos para proteger a la población. Igualmente, en sectores como el aluminio porque sin aluminio primario quedamos al albur de lo que venga de fuera y no solo para embalar alimentos, también para la industria del automóvil. Hay que hacer una reflexión y eso ayudará a la industria.

¿Pero se habla hace muchos años de un Pacto para la Industria y no se alcanza?

No se ha aprobado porque hemos tenido la desagracia de no haber tenido nunca un Gobierno que se haya preocupado. Si fuésemos capaces de contar con un Ministerio de Industria potente, y podemos incluir también el turismo, empezaría a ir de otra manera. Un Ministerio que estuviese trabajando constantemente en ello y hablando con los directivos españoles de grandes multinacionales que se les consulta poco, generando un motor de ideas y para reforzar influencias en ciertos países. Y tenemos unos cuantos, alguno de ellos importantísimos en algunas multinacionales. Nosotros cada día del año vamos a hablar de un Pacto por la Industria, que hay que articular desde una perspectiva amplia. Las Universidades, los Colegios profesionales, deben opinar, pues se debe establecer una red social tan potente que el Gobierno, sea de un partido o de otro, tenga la industria como un elemento clave. Y luego, por supuesto, hay que definir los sectores. Pero hay que incluir un pacto por la energía, y la transferencia de tecnología de la Universidad a las empresas. Somos un país de pequeñas y muy pequeñas empresas sin capacidad para afrontar la nueva realidad. Es cuestión de voluntad política y de mantener las medidas mucho tiempo, por lo que es importante que no sea solo con un Gobierno, que arrimen el hombro las organizaciones políticas que están llamadas a gobernar.

Algo hemos hablado de nacionalizaciones, pero ¿qué opina de este debate sobre un posible de cambio de modelo económico?

Me parece fatal frivolizar con estos temas, porque soy de los que creo que España debe tener pie en algunos sectores estratégicos como Estado, igual que tienen los italianos, los franceses o los alemanes. ¿Tiene sentido que no tengamos una empresa de energía con participación del Estado, y me da igual que tenga el 49 o el 52 o el 93, pero con peso para poder tener una estrategia? Yo creo que no tiene sentido, igual que tienen otros países europeos. Y no sólo en la electricidad, también en el gas.

"Me parece fatal frivolizar con estos temas, porque soy de los que creo que España debe tener pie en algunos sectores estratégicos como Estado, igual que tienen los italianos, los franceses o los alemanes" 

Y esto se debería debatir, porque no solo se trata de que el Estado gane dinero, que también, sino para ser la punta de lanza de las nuevas tecnologías, abrir camino al resto de empresas, incidir en las tarifas. Pero bien gestionadas, porque aquí tenemos un problema -que no pasa en Italia, o Francia, o Alemania-, que cuando cambia el Gobierno, cambia el gestor de las empresas públicas. Debemos tener gestores de primer nivel sobre la base de la eficacia y la eficiencia. Podríamos hablar igualmente de la banca, que debería haber un banco público bien gestionado. Sabemos que los fondos de préstamos para el Covid en una parte importante se han dedicado para que los bancos se los den a sus clientes preferentes. Cuantos autónomos y pymes han ido y les han dicho que los créditos ICO se habían acabado el mismo día que se abrían. Eso sucede porque el Estado no tiene vías directas para interaccionar. Sería pues razonable tener un blanco público y tenemos una base que es Bankia. Ahora, ¿hay que nacionalizar la Nissan? Pues francamente no, porque no hay nada que nacionalizar.

¿Pero la automoción también es un sector estratégico para España?

Se podría hacer lo que han hecho los franceses, como en Renault, que han puesto tanto dinero porque tienen su centro de decisiones en París, porque investiga y desarrolla y es estratégica para el Estados francés. Quizá en España haya alguna empresa de coches que se pudiese plantearse una cosa así, pero no Nissan que está descapitalizada y tampoco desde el punto de vista técnico. Pero sí habría que declarar el aluminio como sector estratégico, y no hace falta nacionalizar las fábricas. Y si se quieren ir los americanos, decirles que no se van a cerrar las factorías porque el sector es estratégico y el Estado, directamente o buscando a un tercero, se encargue de la gestión, que ya lo hizo en tiempos del INI. Y hablo de los dos casos, de Nissan y Alcoa, porque, para hablar claro, yo no voy a pedir al Estado que ponga mucho dinero en una cuestión que no tiene mucha salida. Si hay que hacer eso, montemos una fábrica de coches público-privada con los trabajadores de Nissan; pero para entendernos, Nissan es una marca que no podemos nacionalizar. Pero, repito: una cosa es nacionalizar, otra es tener presencia permanente en algunos sectores y otra declarar algunas actividades estratégicas cuyas empresas que las llevan en España si se quieren ir que se vayan, pero no se puede parar la actividad porque el Estado debe encargarse de mantener la producción. Y esto son los niveles que debemos plantear en un debate que a mí, de momento, me parece que solo aporta frases hechas. Antes era comunismo y ahora bolivarianismo.

En esta fase de reconstrucción, ¿por qué no ha arrancado el foro de los agentes sociales que prometió el Gobierno?

Hemos planteado al Gobierno que hemos acabado una etapa y tenemos que entrar en una fase de normalidad, incluso de nueva normalidad. Durante esta etapa de confinamiento hemos currado para salvar la actividad económica y los puestos de trabajo, se nos reconozca o no. Hemos trabajado día y noche junto a la patronal y al Gobierno. Y luego, atendiendo a la gente, más de 400.000 consultas vía online. Y hay que ponerlo en valor. Silenciosamente hemos enviado al Ministerio algo más de 16.000 reclamaciones de trabajadores que no han cobrado los Ertes. Somos conscientes de que ha sido muy complejo gestionar cinco millones de prestaciones, pero con el tiempo que ha pasado había que solventarlo. No vale con decir no. Pero superado eso, hemos dicho al Gobierno que con nosotros no cuente para seguir aprobando con urgencia y sin debate normas. Eso quiere decir que hay que restablecer las mesas de diálogo social que pedimos al Gobierno antes de la pandemia. Y no nos vayamos a enero, en este verano ya. Y que sea un proceso de negociación física, no por videoconferencia.

Este jueves ha presentado, conjuntamente con Unai Sordo, las bases de la negociación para este debate social bajo el lema de 'Un país con futuro'. ¿Qué destaca del documento?

Un plan integral para soportar el consumo. No nos gusta este sistema del Gobierno de aprobar cuatro aquí, ocho allá y luego cuatro en otro lado. Eso no da una idea integral de recuperación. Si hubiésemos hecho una mesa y se hubiesen puesto todas las medidas, las del turismo, el automóvil, la mejora de la vivienda, es decir, todos los planes que han ido saliendo, hubiéramos dado la imagen de una potencia de país y un deseo de salir brutal. Y con mucho menos lío político.

Pepe Álvarez, secretario general de UGT.
Pepe Álvarez, secretario general de UGT.

Lo cierto es que esos planes ya están aprobados o casi...

El plan de turismo se ha hecho sin nuestra participación y el que tienen previsto del automóvil, tampoco. No me parece razonable. Y estamos en otra dimensión, pues una cosa es un plan renove para retirar coches que contaminen, y otra un plan renove para evitar que las multinacionales no tomen decisiones por el mercado. En definitiva, es intentar conseguir que las personas que están en un Erte se incorporen al trabajo; es decir, dar un golpe para poner el país en marcha con una cierta contundencia. Hubiese sido mejor negociarlo en una mesa, pues la prisa no siempre es buena. Y la CEOE también estaría en esta tesis.

Y en la pata política, ¿qué opina de la Comisión de Reconstrucción?

Hay mucho deseo de cobrar réditos a corto plazo y en una situación como esta no es de recibo. Y además creo que se equivocan, porque la ciudadanía ya ha votado cinco veces muy seguidas y no parece que hayan cambiado mucho los bloques. Aunque últimamente hay algún movimiento. Pero, a mí no me parece serio lo de la derogación de la reforma laboral, y mira que llevamos cuatro años machacando con ese tema, y no me sentí nada representado en el acuerdo que se firmó en el Congreso. Porque no se puede mezclar pandemia con reforma laboral. El estado de emergencia o, es imprescindible, o que no se mantenga. En la Comisión de Reconstrucción (comparece la semana próxima) diré que es más razonable pedir informes independientes, necesitamos luz en cosas como lo sucedido en las residencias de ancianos. Una Comisión independiente que pueda hacer una evaluación, sería algo gratificante y lo están haciendo otros países. En residencias o el sistema de salud. Esto evitaría esta confrontación político-partidaria que genera tanta tensión. Además, hay una parte de los conciudadanos que ya no razona, que aunque el dirigente sea lo más estúpido de este mundo, y creo que hay unos cuantos, les da igual porque ya no se abre. Y esto lleva a unos polos tan duros.

"La tensión une al Ejecutivo, no lo rompe. Unos presupuestos bajarán la tensión"

¿No parece muy optimista?

Si hay Presupuestos, la tensión política bajará, porque nadie va a aguantar esta tensión tres años. Si se ve que este Gobierno tiene vida se romperá esta tensión y creo que tiene más de lo que unos auguran y desean, porque la tensión une al Ejecutivo, no lo rompe. Unos presupuestos bajarán la tensión y nos dejará a nosotros jugar nuestro papel.

¿Cómo vivió la noticia del acuerdo firmado por el Gobierno con Bildu y la posición de la CEOE?

La patronal se puso especialmente dura porque le interesaba. Un poco de comedia a todo el mundo le va bien. Yo también escenifico alguna vez más de lo que toca porque va bien para nuestros intereses. Yo estaba en casa leyendo noticias en el teléfono, y me entró una ráfaga con 'acuerdo Bildu' para la reforma laboral. Y continúe leyendo, no me puse a buscar la noticia. Acabe de leer y me sonó el teléfono y empezaron a preguntarme. Le dí muy poca importancia... Luego cuando lees el acuerdo, tiene todas las típicas salidas para no derogarla en mucho tiempo, pues dice que se derogará, no durante el estado de alarma, sino mientras duren las medidas por el Covid. Y pueden durar en 2021. ¿Qué me parece? Que no es aceptable en un tema tan serio como la reforma, con millones de personas con contratos temporales o que facilita que Nissan pueda irse de Barcelona sin más porque no tiene que hacer autorización administrativa previa ni pedir autorización al Estado. O en el caso de Alcoa. Eso es la reforma laboral. Me parece que este es un tema que tiene que ir a la mesa del diálogo social y si es posible acordar con la CEOE y, si no, que sepamos en qué situación está cada uno. Pero ya estoy bastante acostumbrado a que la vida política irrumpa en la vida social, en nuestras negociaciones, como un vendaval. Y luego, estas cosas nos restan credibilidad a nosotros, porque la gente se pregunta que para qué estamos, que parece que no tenemos la utilidad que se nos da. Pero lo hemos dicho al Gobierno: no nos vamos a quedar en terreno de nadie; o negocian o nos van a oír. La gente espera que negociemos sobre sus problemas o que pongamos voz a la situación en la que se encuentra.

"Hay que reconocer que durante esta pandemia nuestras diferencias con CCOO las hemos saldado sin que nadie las conociera"

Para terminar cuatro preguntas muy rápidas. La primera: ¿Cuál es la relación de UGT con el Gobierno socialista?

Calificaremos nuestra relación con el Gobierno cuando pase la pandemia. Durante este tiempo hay que reconocer que el Gobierno ha sido valiente para proteger a los más débiles con medidas, aunque no todas las que hubiésemos querido. Pero esperaremos a ver si en este proceso de normalidad podemos encontrar puntos de enganche y, de ahí, determinar nuestra valoración sobre el Gobierno.

Dos: ¿Cuál es la relación con la ministra de Trabajo?

Yo diría que hasta muy buena. Tenemos una ministra que conoce, y eso es un plus. Con ellas es con la que hemos tenido más relación, situándola dentro del Gobierno y situándola en la respuesta anterior. La valoración la tendremos, pues, en un proceso de normalidad.

Tres: ¿Se ha desgastado la relación con CCOO estos meses?

No especialmente. No depende ya ni de la dirección de ambos sindicatos, forma parte de la vida del país, por lo que la unidad de acción está garantizada. Hay momentos que más y momentos que menos, y hay que reconocer que durante esta pandemia nuestras diferencias las hemos saldado sin que nadie las conociera. Y claro que las ha habido, pero en medio de este problema, no vamos a caer en cuestiones de pruritos.

Y cuatro: ¿Con la CEOE?

Ese espíritu de cómo ser útiles, ha prevalecido. Y en este periodo, que no hemos discutido sobre convenios, sino como preservar la empresa nos ha llevado a niveles altos de entendimiento.

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