
A principios de año asociábamos la pandemia con el continente asiático, pero ahora el coronavirus se ha alejado de países como China o Italia para instalarse en el continente americano, dónde ha llegado con fuerza y parece que para quedarse. Estados Unidos y Brasil lideran el ranking de casos a nivel mundial, la curva de contagios sigue subiendo estrepitosamente y el ansiado pico de la pandemia todavía no ha llegado.
El país presidido por Donald Trump también se posiciona como el primero en muertes tras superar este martes los 100.000 fallecidos, sin embargo, sus estados ya han empezado a reactivar la economía progresivamente. Pero Latinoámerica también preocupa y mucho, ya que se posiciona como la región donde más contagios diarios se registran y el invierno austral está a la vuelta de la esquina.
La OMS afirmaba la semana pasada que Latinoamérica se ha convertido en "un nuevo epicentro de la pandemia". El director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan, mostraba su preocupación por la situación en la región: "Hemos visto muchos países sudamericanos con un número de casos al alza y claramente hay una preocupación en muchos de ellos, pero ciertamente el más afectado en estos momentos es Brasil". La organización también avisaba de que la primera oleada del coronavirus aún no habría terminado, por ello aumenta la preocupación en una región en la que la red sanitaria es escasa y ya está al límite.
Brasil, este miércoles superó los 400.000 contagiados y el Senado obligo a la red privada sanitaria a ceder sus camas al estado para poder hacer frente a una pandemia que ha colapsado al país. En Perú, el segundo país con más contagios de Latinoamérica, la sanidad también se ha visto desbordada y se han instalado carpas temporales en las afueras de los hospitales para atender a los enfermos de covid-19. La sanidad chilena doblega sus esfuerzos y ha tenido que duplicar el número de camas de cuidados intensivos, con la intención de llegar a 4.800 en junio, una cifra muy pequeña en comparación con el número de contagiados en el país, que alcanzaría los 86.943 casos en este momento. De hecho, Sebastián Piñera señaló esta semana que el sistema sanitario del país "está al límite".
En México, uno de los diez países a nivel mundial más afectados por la pandemia con más de 78.023 casos, su presidente anunció esta semana que pensaba retomar su tour por todo el país pese a que los contagios siguen creciendo. Maduro anunciaba este miércoles un plan para flexibilizar la cuarentena en Venezuela y reactivar la economía, además el mandatario elevó a once las victimas mortales por el coronavirus en Venezuela. Todo lo contrario ocurre en El Salvador, donde este mes se han endurecido las restricciones. Su presidente, Nayib Bukele, impuso una "cuarentena especial" en la cual se suspendió el transporte público y solo se permitió realizar la compra dos veces por semana a cada ciudadano según su número de DNI. Semejante situación se vive en la capital de Argentina, donde se ha vuelto a obligar el cierre de los comercios después de que se permitiera su apertura el pasado 12 de mayo. Y es que, los muertos ya ascienden a 500 en un país que ha entrado en default en plena crisis del coronavirus al no llegar a un acuerdo con los acreedores para la reestructuración de su deuda.
Pero no solo preocupa la insuficiente red sanitaria de Latinoamérica, sino también la escasez de test para detectar el virus en pacientes. Según el recopilatorio de datos de la Universidad de Oxford, Our World in Data COVID-19 dataset, el país latinoamericano que más pruebas está haciendo es Chile, con 26,92 test por cada 1.000 personas, cifra muy lejana a la de países como Estados Unidos dónde la media se sitúa en 45 pruebas. En Brasil no hay datos oficiales, pero se estima que estarían realizando 4 pruebas por cada 1.000 personas y en Perú la estadística se queda en algo menos: 3,87 test por cada mil ciudadanos. Los peores datos los protagonizan Bolivia y México, con menos de 2 test realizados por cada 1.000 habitantes.
Uruguay contiene la pandemia
La otra cara de la moneda de la región la encontramos en Uruguay, un país que pese a hacer frontera con Brasil está controlando con relativo éxito la propagación del coronavirus y registra la menor cifra de contagios de la región.
El consejero del gobierno, Rafael Radi, dijo que tras no contabilizar ninguna muerte por covid-19 desde el 23 de mayo, el gobierno puede afirmar que la situación está en "relativo control". Así la actividad comercial y escolar ha vuelto a reanudarse progresivamente en el país.
Pero que Uruguay sea la nación latinoamericana menos afectada por la pandemia no es cuestión de suerte. El país se movilizó rápido en marzo cuando los primeros casos fueron detectados, introdujo una cuarentena voluntaria, realizó un monitoreo y seguimiento generalizado de infecciones, y se posiciona como el segundo país de la región (por detrás de Chile) que más pruebas ha realizado: 11,36 por cada 1.000 habitantes.
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